Sin reina, no hay corona

Capítulo 8

Los  documentos falsos estaban listos, habian pasado dos semanas y Selene aun no  conseguia trabajo. El país estaba revolucionado con la supuesta boda del rey, según, su coronación sereria después de que él se casase. 
 


 

—Pobre mujer... cualquiera que sea la prometida de ese bastardo infeliz. Ojala y el pene no le sirva para nada —mascullo Selene mientras se dirigía al consultorio de un ginecólogo que Teresa le había recomendado. 
 


Desde que huyo de su casa Selene no se ha hecho chequeos médicos, para su tortura personal Teresa no dejaba de acosarla exigiéndole que se hiciera una ecografía para ver el sexo del bebé. Ya tenía cinco meses y dos semanas de gestación por lo cual ya se podía ver el sexo de la criatura.

.*.

Alexander se encontraba esperando a las candidatas del: "Show de Ronal" en el episodio de hoy: "¿Quién va a casarse con el futuro rey?”.

Las puertas se abrieron y dejaron ver a dos mujeres muy distintas. Una era rubia ,la otra pelirroja. Sin darse cuenta comenzó a compararlas con Selene, una risa irónica salió de sus labios. “¿En serio?”, se preguntó mirando bien a las dos hermosas mujeres.

La pelirroja con cuerpo de modelo era muy delgada para su gusto, la rubia tenía tetas grandes y poco culo. 
“¿Qué importa? Al fin cualquiera es mejor que Selene”. Varios pensamientos pasaron por la mente del próximo rey, pero la verdadera razón por la cual no dejaba de reparar en las mujeres, era porque aquella a la que él una vez quizo, no era la misma de antes, y tendría que olvidarse de ella por el bien de su cordura. Las mujeres se inclinaron y le hicieron una reverencia.

—Su majestad —dijeron ambas.

—Señoritas —respondió cortes.

—Estamos a su disposición.

Ronal se acercó a él con aire de superioridad. Para desgracia de Alexander, era el primer ministro quien decidirá quién se va y quién no. La primera prueba se trata de algo simple y sencillo, "ayudarme a resolver un problema con el pueblo".

—Bien, la prueba es la siguiente  —Ronal saco un papel—. Una mujer está siendo maltratada por su esposo, su hija pequeña está sufriendo daños psicológicos. Una vecina lo denunció, la madre de la niña no quiere entregar a su esposo, la gente le exige al rey y la policía que le quiten a la niña, la madre reúne a un grupo de personas para que marchen con ella en contra del rey porque este quiere quitarle a su hija. ¿Qué cree que haría una Reina en esa situación?

—Bueno yo… —comenzó a responder la rubia apartándose el cabello del hombro con un gesto sumamente coqueto.

Alexander no le quito la mira de encima, estaba seguro que esa sería la primera en llevarse a la cama o el baño, donde fuese.

—Le mostraría al pueblo que con sus padres en casa no es lugar para creer una niña.

—Bueno... ¿cómo dijo que se llamaba —pregunto Alex al ver que ella callaba.

—Ana.

—Ana, ¿qué cree que haría el pueblo?

—Ellos estarán de acuerdo —afirmo.

Ronal tomaba nota en su libreta. Lo cual fastidió más a Alexander. La situación  ya lo estaba aburriendo.

—Yo creo... —se animó hablar la pelirroja—, que hay que dejar a la niña con sus padres para que todo el mundo deje de protestar.

Cesar quien está al lado de Alexander disimulo la risa con una tos. Ronal alzo la cabeza ceñudo.

— ¿No cree que la niña será un más maltratada? —pregunto Ronal.

—... Si no la damos, no, nos quitaremos a la gente de encima.

—Entonces —Ronal miro a Alexander, claramente dando por terminada la conversación con la chica—, ahora falta la respuesta de Selene.

—Ella no está aquí. Además, para que necesitemos su respuesta, ella no tiene nada que ver, no voy a casar con ella —al parecer su comentario no le gusto a Ronal quien se mostró molesto. 

Para ser alguien que no superaba los treinta y seis años. Ronal. Parecía alguien mayor al momento de tratarse del príncipe.

—Señor, olvide decir que a la señorita Selene ya se le hicieron estas preguntas, su padre se encargó de eso.

¡Maldita sea!” Alexander se preguntaba como su  padre pudo hacerle esto, pero de que se preocupó, seguro Selene dará la peor respuesta.

—La respuesta de Selene fue la siguiente: Yo le diría al Rey que solicitaríamos una reunión con su madre, le ofreciéramos ayuda psicológica tanto a ella como a su hija y asistir a una fundación de mujeres maltratadas donde le ayudarían a entender; acerca de que lo que hace su marido no es correcto y que todo esto le está haciendo daño a la niña. La madre no quiere que le quiten a su hija y para hacerle entrega de su hija, ella debe demostrar que es capaz de cuidarla y ayudarla a superar el trauma psicológico. Además, de tomar las terapias, sí todo esto sale bien las personas que están marchando con ella se retractaran de sus protestas.

La sala se quedó en silencio.

Ella no pudo haber respondido eso. ¿Cuándo? ¡Dios! Me siento como un idiota” protesto para sí mismo.

— ¿Y si la madre no acepta? —Busco cualquier excusa para no aceptar su respuesta concreta.

—Ella dice que la madre aceptara porque quiere a su hija de vuelta y si no acepta no se le dé volverá a la niña.

“Maldita seas Selene”.

—Me largo —se  levantó y miro a la rubia que ahora estaba mirando su cuerpo con interés—. Estaré en el despacho.

Claramente fue una invitación para ella, cinco minutos más tarde estaba teniendo sexo con ella en su escritorio.

-*-

Selene salió del consultorio con una sonrisa en la cara, su bebé estaba bien de salud aun no sabía si era niño o niña, pero bueno, sea lo que sea lo iba a querer igual. Teresa la estaba esperando con su primo Víctor.

— ¿Y? —Animo Teresa para que hablara.

—...Está bien —se limitó a responder.

— ¡No me jodas! Tengo sexo con ese doctor, puedo sacarle la respuesta a punta de mamadas —exclamó irritada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.