Sin Retorno

39. Fuera de Foco

Dos semanas antes de partir para la tercera parte de su gira mundial, que llevaría a No Return por Asia y Europa del Este hasta fin de año, Jim discutió con Bárbara, la chica con la que había estado saliendo los últimos dos meses.

Oyó el portazo, el motor que aceleraba, el auto que se alejaba. Se apresuró escaleras abajo a la sala, descalzo y con el pecho desnudo, aún agitado tras el violento altercado. Sus ojos se movieron por la habitación vacía, oscura. Sacó el teléfono del bolsillo trasero de sus jeans. Hizo una llamada y aguardó, dejándose caer en el sofá.

—¡No te atrevas a volver a llamarme, maldito hijo de puta!

La mano que sostenía el teléfono resbaló mientras él se hundía en los cojines de cuero negro, aún luchando por volver a respirar normalmente.

De acuerdo, había dicho demasiado y no por primera vez. Bien, tal vez había sido demasiado cínico. Y las cosas se habían salido un poco de control cuando Bárbara rompiera a llorar y empezara a arrojarle cosas. Pero tampoco era el maldito fin del mundo para que se marchara así y lo enviara al infierno. Los amantes pelean de tanto en tanto.

Bajó la vista hacia el teléfono con una mueca y tipeó dos palabras. Se le escapó un suspiro al tiempo que su mano caía como peso muerto en el cojín junto a su pierna.

Cerró los ojos en la penumbra que llenaba la habitación.

Sintió el frío de la noche contra su piel sudorosa.

Se sintió solo.




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