-Tengamos una cita- Una sacudida nos sorprendió y se detuvo el ascensor.
Se cortó la electricidad no puede ser, siento como si me fuese caido las 7 plagas de egipto, como es posible que me vaya a pasar esto a mi, a mi, señor acuerdate de tu fiel servidora y no me dejes morir aqui por favor, y menos al lado del este ser.
Ya había hasta olvidado que me había dicho René ahora solo pensaba en como salir de esto antes que comenzara uno de los episodios que más odiaba de mi pasado.
Durante el primer año de mi ruptura con Antonio comencé a presentar episodios de ansiedad, me sentía sofocada y había descubierto que tenía claustofobia, en las noches me despertaba con falta de aire y más de una vez Andrés me ayudó con eso.
**Flashback
Hola cariño ya llegué- me quité los zapatos y fui directo a la cocina no había nadie, pero escuchaba jadeos. Me dirigí hasta la última habitación que era nuestra y allí estaba Amanda con Antonio en nuestra cama y vestida con la ropa que yo solía usar, no lo podía creer, lagrímas cayeron por mi mejilla y comencé a hiperventilar.
Me deslice en la puerta y caí al suelo, trataba de hacer un esfuerzo para respirar pero no podía, lloraba mientras sentí que no podía más y me desmayé.
Me senté de golpe en la cama, desperté de aquel horrible sueño llorando, me dolía el pecho y me faltaba la respiración, intenté tomar un vaso de agua de la mesita de noche pero este se deslizó por mis dedos cayendo al piso, los cristales alertaron a Andrés quien no dudo en llegar enseguida a mi habitación, al ver mi estado me tomó con cuidado y abrazó.
-Shhh ya Eva solo fue sueño, mírame- Tomo mis mejillas y secó mis lagrímas mientras me daba palmaditas en la espalda para que tratara de respirar mejor, sin dudas él había sido mi sostén durante los días que fueron un tormento para mi, conocía mi más oscuros secretos, me acogió en su apartamento cuando me quedé sin hogar y me mantuvo en tierra cuando sentía que ya no podía más.
Como buen amigo me empujó a ir a terapia durante un año, la relación con Antonio robó mi tiempo, ilusiones y hasta la esperanza de conseguir una persona que me quisiera de verdad, me dejó vacía y sin amor. Las sesiones me ayudaron muchisimo algo que agradezco infinitamente de Andrés, no sé que sería de mi vida sin él lo extraño tanto, aunque estemos lejos siempre tratamos de reunirnos para las fechas de navidad.
Se convirtió en un fotografo famoso y viaja por el mundo capturando momentos que se convertían en un verdadero arte, me sentía muy orgullosa de él y lo que estaba logrando. Es un verdadero ángel en medio de tanta oscuridad.
**Fin del flashback
Me recargué en una de las paredes de la caja metálica, mientras contaba hasta diez y comenzaba a repirar- 1, 2, 3, 4, 5...- Eva, ¿Qué tienes?- dijo cauteloso- Oh por Dios, respira vamos tu puedes- René se había dado cuenta de mi estado y comenzó a pedir ayuda mientras golpeaba la puerta del ascensor, se giró y empezó a sobar mi espalda mientras poco a poco me estaba tomando en brazos hasta que sentí como me sentaba frente a él y buscaba mi mirada.
Sus orbes avellana se posaron en mi, veía preocupación y todo rastro del empresario imponente quedó atrás, era cariñoso y tierno. Buscó su telefono, pero no tenía señal- Diablos esperemos que se den cuenta que estamos aqui pronto- dijo
No sé cuanto tiempo estuvimos esperando, hasta que comencé a normalizar mi respiración y me calmé, ya lo peor había pasado. Ahora solo quedaba la verguenza, baje mi cara, cerré los ojos y justo en ese momentó las luces se encendieron y las puertas se abrieron, divise un pequeño cuerpo de lejos corriendo en nuestra dirección, enfoqué y la cabellera rubia de Emilia se hizo presente.
-Eva ¿Te encuentras bien?- Emilia nos miró a ambos y no me pasó desapercibido su mirada curiosa. Me incorpore y tome su mano para salir de alli lo más pronto posible, en este momento quería que la tierra me tragara, odiaba que las personas me vieran vulnerable.
Volteé hacia la dirección de René y vi como trataba de hablarme pero su asistente también llegó para ver como se encontraba. Le pedí a Emilia que bajaramos por las escaleras, quería caminar y tratar de olvidar por unos minutos lo que acaba de pasar, fue un momento que se sintió muy intímo, solo Andrés era capaz de calmarme y Emilia conocía mi historía desde aquel bar que nos conocimos, luego nos habíamos encontrado y fue ella la que me recomendó para este trabajo, pero nunca había presenciado mis ataques de ansiedad.
-¿Segura que estás bien?- me detuvo- Sí lo estoy, solo sigamos caminando- Eso no es lo que dice tu cara, estás roja como un tomate- Seguro es el calor, no sientes calor yo tengo mucho uff que calor hace- comence a darme aire con una de mis manos nerviosa- Si claro, eso no te lo crees ni tu, por que no admites que bien acaramelada estabas en brazos del buenote de René- Shh callate, alguién nos va a oir- le tape la boca.
-Si, si vámonos ya, hay que preparar un discurso para la rueda de prensa- Abrí mis ojos de par en par- Rayos, tienes razón no me acordaba- Retomamos nuestra caminata hasta el 5to piso donde se encontraba mi oficina.
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- Uff Llegamos- Jadeamos, mire mi placa en la puerta, se podía leer Gerencia de Relaciones Públicas, un puesto que me habia ganado con sudor, lágrimas y mucha determinación, mi jefe eran un limón agrío que tuve que ir trabajando hasta que logré escalar donde estoy, exactamente 8 meses desde que me habían ascendido, tiempo suficiente para organizar mejor la imagen de la empresa y comenzar a ver resultados. Bien decía un profesor de historía que tuve en la univerdad, los primeros 100 días de gestión de un gobierno eran cruciales y me tome muy en serio su frase.