Sin Retorno

Fotografía

2 semanas pasaron desde que estaba viviendo en casa de René, al siguiente día de haberme instalado, él se encargó de hablar con mi jefe para que aprobara mis vacaciones, un acto que trajo como consecuencia nuestra primera discusión.

 

 

-Flashback

 

-¿Por qué lo hiciste? Te dije que yo quería hablar con él- me crucé de brazos.

-Solo quería ayudarte- se acercó y tomo mi rostro en sus manos- Voltee mi cara- Mírame preciosa, todo lo que pueda y este en mis manos por tu salud lo haré- Me miró de forma seria- Además, él preguntó por ti y yo aproveché el momento para conversar sobre nuestra relación y tu situación- Te juro que no fue con intención de molestarte.

-Yo quería decírselo primero- comencé a dar vueltas por su biblioteca- No quiero que piense que me estoy aprovechando- Tomé mi cabello en una cola.

-No lo hará, créeme, está consiente que te mereces eso y más- Me sonrió, ese simple gesto que eliminaba cualquier molestia del ambiente.

 

-Fin del flashback

 

Mi verdadero problema era que no quería que Ricardo, pensara que por ascenderme yo me estaba tomando las cosas a la ligera, no quería bajar la guardia, no con él. No, ahora que todo marchaba bien y me había asignado más responsabilidad, tenía su confianza y no quería dejar mal parado mi trabajo.

No me quedé sin hacer nada, planifique y envié a Emilia todo lo concerniente al mes que tomaría regresar a la oficina, confiaba en mi equipo y sabía que ellos podían hacerlo. Tenía conmigo a los mejores en el área.

Ahora solo estaba concentrada en una cosa, prepararme para conocer a la mamá de mi novio. Cada vez que lo pensaba y le daba vueltas al asunto, más me atemorizaba. Pese a que más de una vez René, me dejó saber que no tenía de que preocuparme.

En cuanto a mi departamento, me dolió mucho saber que el edificio quedó totalmente calcinado, según los reportes una fuga de gas se expandió por varios pisos y justamente en un departamento tenían velas prendidas, lo que provocó la inminente explosión, una que se fue propagando hasta cubrir por completo aquella edificación.

Al menos dos personas resultaron muertas y 10 gravemente heridos por tratar de salir, y quemarse en el acto. Fue tan trágico enterarme, me sentí tan mal con aquella noticia, tal vez yo habría sido parte de esa cifra o alguno de ellos si René no fuera estado aquella vez conmigo. Por lo que, organice un pequeño evento para que las personas pudiera donar y ayudar a aquellos vecinos que no tenían nada de alimentos ni a dónde ir.

Mi castaño favorito me sorprendió con su gran corazón, logró obtener un refugio temporal y ayuda para que todos pudieran tener un techo y lugar donde dormir, mientras se recuperaban.

No logré rescatar alguna de mis pertenecías, al menos tenía la certeza que los documentos importantes estaban muy bien guardadas en mi caja fuerte, dentro de mi oficina. Mientras que Andrés no perdió nada, llevaba una pequeña maleta siempre a todos lados. A penas supo por las noticias, me llamó, hasta me regaño por no haber llamado antes.

Si de algo estaba segura aquella vez, es que lo material no importaba, mientras estuviéramos bien, podríamos salir adelante, con más ganas y más motivación.

 

++++++

 

Estaba terminando de arreglarme para asistir a la exposición de mi amigo en una exclusiva galería donde tenía un espacio, algo que me emocionó cuando me lo contó. Cada día estaba más orgullosa de lo que estaba logrando, y como su nombre era más reconocido.

Elegí un vestido negro, hasta las rodillas, tacones y un pequeño bolso de cadena, poco maquillaje y mi cabello lacio, sencilla pero perfecta para la ocasión. En vista de que mi auto quedó hecho trizas, y el seguro se negó a pagarme por los daños, me comencé a movilizar en taxi, al principio René estuvo renuente, pronto le hice entender que no podía estar todo el tiempo llevándome a todos lados, mientras estuviera trabajando.

Mientras retocaba mi labial, la notificación de mi teléfono me alertó, se trataba del taxista que ya se encontraba esperando en la entrada del edificio. Baje rápido por el ascensor, saludé a los vigilantes y tomé rumbo a mi próximo destino. Admiraba el paisaje por la ventana, la tarde estaba cayendo, pronto comenzaría a oscurecer, y la vista era hermosa.

Mi vida había cambiado, aunque me daba cierto temor nuestra precipitada convivencia, comenzaba a gustarme. Poco a poco nos acoplábamos como si de una pareja de muchos años se tratase. No estaba segura, si luego de mi regreso al trabajo debía buscar un lugar para mí, porque no habíamos mencionado el tema y no quería ser una carga para René.

El trayecto se me hizo corto, al llegar al lugar pagué y me dirigí a la entrada, a lo lejos pude divisar al rubio en la entrada, me estaba esperando con una gran sonrisa, lo extrañaba, pueden pasar días, meses, o años; pero nuestra amistad siempre será nuestra ancla en la tierra.

 

-Pero qué divina estás- me abrazó

-Todo es gracias a la hermosa ropa de la mamá de René- sonreí

-Tu suegra- Me picó

-No me lo recuerdes, tengo tanto miedo de no agradarle- tapé mi boca

Andrés rodó sus ojos- Eres una mujer exitosa, hermosa e inteligente, ¿A quién no le podrías agradar?- dijo con obviedad, mientras tomaba mi mano y nos adentraba en aquel lugar.

 

El ambiente era tranquilo y contemplativo, permitía a los espectadores sumergirse en la belleza y el significado de cada obra fotográfica. Las paredes blancas y la iluminación cuidadosamente diseñada resaltaban las majestuosas piezas expuestas, creando un espacio donde el arte cobraba vida y se convertía en el centro de atención.

Andrés se excusó para saludar a unos invitados, me animó a que descubriera todo lo expuesto por mi cuenta, con la promesa que me encantaría la última parte de la exposición, la cual era totalmente suya.




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