Sin Retorno

Problemas

-René

Existen personas malas y otras a quienes la palabra les queda corta. Odiaba ver como personas con poder lograban hacer cosas atroces. Por un lado, estaba Damián, quien no descansaba y revoloteaba alrededor de mamá, pese a mis intentos en hacerle ver qué no era el hombre que creía, ella se empeñaba en llevarme la contraria.

Estaba cansado de pensar, recolectar pruebas y buscar testimonios para que la demanda procediera. Me había dirigido hasta la delegación y contactado con el detective Julián Ordóñez, quien hace 3 años tuvo contacto con papá, para comenzar las investigaciones por fraude.

Me comentó que, así como yo, siempre pensó que la muerte del mayor de los Álvarez no había sido por azares del destino, había algo más allá que no pudo descifrar porque nunca recibió aquellos documentos.

Por otro lado, estaba Eva, me preocupaba su estado de ánimo, sé que es una mujer fuerte y valiente; sin embargo, hay días en los que está triste y todo por los comentarios ácidos del desgraciado de Javier, ya estaba al tanto de su plan para manchar su imagen, solo estaba esperando que él cayera en mi trampa y sacarlo de la gerencia, había mejores candidatos para ese puesto.

Él sí había llegado a su puesto por contactos y no por mérito, solo por qué era hijo de uno de los accionistas. Sin embargo, su desempeño no era el mejor, su equipo respondía por él, se encargaban de todo y él los maltrataba verbalmente. Se encontraban desmoralizados y solo trabajan por el simple hecho de la paga, algo que no podíamos permitir.

Mi mente estaba dividida, quería estar en todos lados. No obstante, aquel fin de semana pude sacar tiempo y asistir al viaje de la empresa, deseaba que todos pudiéramos disfrutar de unos días libre de estrés del trabajo, comunicarnos mejor y olvidar todo lo que nos pudiera atormentar.

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El departamento de recursos humanos, reservó una hacienda llamada “La Trinidad”, un lugar alejado del ruido de la ciudad y de la contaminación, se podía respirar tranquilidad y esa era nuestra intención; Pero la realidad es que nada fue así. El segundo y último día del retiro terminamos en el hospital, comenzaba a odiar el olor a cloro, las paredes blancas y el hecho de ver a mi hada nuevamente internada.

El imbécil de Javier le había jugado una sucia broma a Eva, cuando una de las dinámicas para relajarnos era cazar un tesoro, la idea era superar varios desafíos hasta encontrarlo. Empezaron organizando y dividiendo a las personas en diferentes grupos, para trabajar en equipo y de esa forma llegar hasta el premio final; Todo empeoró, desde que había visto a Eva en el equipo de López, estaba seguro que algo pasaría.

La castaña buscó en la habitación donde estaban los objetos para limpieza, pero al entrar la encerraron en aquel lugar pequeño, sin saber que sufría de ataques de ansiedad y tenía claustrofobia. En su intento por tratar de abrir la puerta y salir, una caja cayó de una repisa alta e impactó en su cabeza. De la impresión se desmayó y terminamos solicitando una ambulancia para suministrarle oxígeno.

Mi corazón se partió al verla sudada, sus mejillas llenas de lágrimas y su cuerpo tendido cuando la trasladaban los paramédicos, nadie merecería que le hicieran algo así. Cuando pedí que revisaran las cámaras de seguridad, apareció el causante de aquel atroz suceso, me le fui encima; no me importaba si quería demandarme, esa fue la gota que agotó mi paciencia.

Estaba tan molesto, Alexander intentó calmarme y Ricardo me comentó que tomaría cartas en el asunto con los ejecutivos. Ahora, me encontraba sentado al lado de Eva en la habitación mientras ella estaba profundamente dormida, deseaba paz para nosotros y estar tranquilos; pero mientras Damián estuviera rondando a mamá no se iba a poder.

Me habían llegado informes de sus actos ilícitos, el investigador privado que había contratado trabajaba día y noche para ayudarme a hundir una vez por todas aquella alimaña que trataba de conseguir todo de lo que una vez mi padre tanto luchó.

-Sr René, Rodrigo, lo necesita afuera- No me dejo responder- Puedo quedarme con ella- dijo Emilia para relevarme.

Sabía de antemano que era su amiga y una excelente profesional, así que estaba más que bien cuidada si la dejaba con ella. Debía ser algo urgente para que mi asistente me esté solicitando cuando estrictamente pedí que no me molestaran.

-Sr disculpe que lo interrumpa, pero debe ver esto- Me tendió la tablet, reproduje el video, y lo próximo me descolocó. Se trataba del anuncio del nuevo socio de nuestro conglomerado. Finalmente, el maldito había conseguido entrar nuevamente a la empresa. Apreté mis puños y le di un golpe a la pared, mientras pensaba cuál sería mi nueva jugada

- ¿Desea que le avise al piloto que tenga listo el jet?- Me propuso

- Por Favor Rodrigo, y muchas gracias- Lo vi retirarse

Odiaba el hecho de tener que dejar a Eva sola, estaba seguro de que lo comprendería, pero deseaba estar con ella en sus buenos y malos momentos, en sus caídas, batallas y sobre todo su éxito, la necesitaba conmigo.

Entré nuevamente en la habitación, ella ya estaba despierta, y me ofreció una débil sonrisa. Era tan hermosa, pese a que ahora tenía un pequeño hematoma en su frente producto del golpe de la caja pesada.

-Hola mi amor, ¿cómo te sientes?- me acerqué para darle un beso

-Siento que me pasó una vaca por encima-me reí, ella tenía cada cosa que decir

-Algo así sucedió- miré a Emilia- Es posible que nos puedas regalar unos minutos a solas

-Claro que sí, cualquier cosa estaré afuera

-Muchas gracias- le sonreí

Eva me miró pensativa, sabía que algo estaba pasando. Estaba tenso y me estaba comenzando a doler la cabeza.

-Mi hada, tengo que viajar, Damián logró entrar en la empresa- dije frustrado mientras me frotaba mi cara con las manos




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