Sin Saber que llegarias

Sentimientos

Al fin estaba en casa, alejada de Ethan, lejos de su mirada, de sus labios, de su dulces voz, dos horas nos separaban y eso era suficientemente lejos como para no salir corriendo en busca de él, entre a la casa seguida de mi hermano salude a mis padres con desgana y gracias al cielo Brad no saco lo de "mi novio" ante mis padres, o una de dos: Lo estaba guardando para otro momento o se había hartado ya de fastidiarme aunque eso era lo menos probable, subí a mi habitación con lentitud, al fin sola lejos de los complejos de Adelle, de los insulsos comentarios de mi hermano y de los besos de Ethan, aunque esto último no me agradara demasiado, el sol apenas se estaba ocultando pero ya me había puesto el pijama, me tumbe en mi suave cama y cubrí mi rostro con las sabanas, estaba harta no podía ni dormir con la... ¿Preocupación? ¿Anhelo? Que sentía por Ethan, no podía creer que esto estuviera pasándome a mí, era más fácil que el mundo llegara a su fin a que un chico me quitara el sueño ¡Un tonto chico lindo! Pase toda la noche dando vueltas en mi cama tratando de reprimir el recuerdo de sus palabras, tratando de convencerme que sus besos eran falsos, como los de todos, que al fin de cuentas él era "uno del montón" de los que fingen amarte y te dejan con el corazón hecho pedazos cuando se aburren, unos tenues rayos de sol empezaron a colarse por mi ventana salí de la cama me di una ducha esperando que lograra lo que en mucho tiempo había dejado de hacer, relajarme tan solo un poco, hacerme olvidar todo lo que estaba pasando pero mis deseos fueron en vano, nada de eso paso, no desayune alegando que no tenía hambre, tome mi morral y salí hacia la playa, mi amada playa, camine por el boulevard distraída, ausente, ¿Desde cuándo yo era así?¿Desde cuándo yo Janice Giannastassio se preocupaba por el paradero de alguien?, Seguramente Adelle ya se había encargado de "consolar" a Ethan, este tonto pensamiento que cruzo por mi mente me produjo arcadas, tire mi toalla en la arena y me senté sobre ella observando el movimiento de las olas y sintiendo la brisa sobre mi rostro, cerré los ojos y el recuerdo de sus besos hicieron que llevara automáticamente mis dedos hacia mis labios. De pronto caminaba sin ser consciente de hacia donde iba, veía gente pasar a mí alrededor sin mirar exactamente quien era, parecía hipnotizada, sin embargo note que unas gotas mojaron mi rostro obligándome a alzar la vista, una tibia llovizna había dado comienzo en ese momento, las gotas se deslizaban con suavidad sobre mi piel, parecían una caricia. Aquel tonto pensamiento me hizo sonreír levemente, hasta que una mano me tomo, estuve a punto de gritar pero mi intento fue en vano pues una mano había tapado mi boca.

-¿Qué haces? ¿Quieres que muera de un ataque al corazón?-reclame a unos ojos que me miraban con cierta diversión reflejada en ellos. Gael Hiffclif, que me había empujado a la cafetería más cercana, me estaba observando, secando con sus manos las gotas que aún rodaban por mi mejilla.

-No pretendía asustarte, solo me resulto raro verte sola, sin Moon ni Radheen ni ninguna de tus tontas amigas-destaco la palabra "tontas" con cierto desdén

-Pues están todos en unas cabañas en las afueras-murmure sin reparar en lo que hacía, contesté por inercia-Pero no tengo porque darte explicaciones, hazte a un lado-pedí amablemente, o por lo menos lo mejor que me salió.

-Estas en todo tu derecho de irte, pero ha empezado a llover mas fuerte-me indico señalando con la cabeza para que mirara para afuera por el gran vidrio de la cafetería. Era cierto, la llovizna se había convertido en una tormenta.

-Bueno, ciertamente, tendré que quedarme-murmure sin ganas sentándome

-¿Café?-pregunto Gael sonriéndome

-Cortado-resople, mirando las gotas caer, mi mente sola pensaba en él.

-Un cortado y un capuchino-pidió mi acompañante al mesero. Al momento éste ya nos había traído el pedido. Tome un largo sorbo de mi café, me calentó todo el cuerpo.

-Y dime, ¿Cómo va tu noviazgo?-dijo Gael sacando un tema

-Pues, ha terminado, no hemos sobrevivido a esta crisis que tuvimos en el verano, pero quedamos como amigos, como si nunca hubiera pasado nada-comente despreocupadamente alzando los hombros. Automáticamente su brazo se cruzo por detrás de mí, alze una ceja, entendiendo en que dirección iba esta conversación.

-Estas hermosa-susurro, me limite a resoplar poniendo los ojos en blanco.

-Gael, sabes bien que conmigo no funciona, así que olvídalo-dije quitando su brazo.

-¿No funciona? ¿Segura?-dijo él tomando mi rostro, queriendo besarme, pero logré zafar de sus manos, me puse de pie, mirándolo con una profunda antipatía le propine una bofetada que resonó en todo el lugar, la gente volteo a mirar y él me observaba con los ojos como plato

-No vuelvas a poner una mano sobre mí, o te juro que no respondo de mí-dije y voltee tirando de la puerta para salir. Había olvidado por completo la tormenta que afuera se desataba, corrí a mi casa, lo cual implico llegar empapada de pies a cabeza. Maldiciendo a Gael Hiffclif y a todos los hombres, entre dando un portazo, mi madre me reto por estar bajo la lluvia lo cual no mejoro mi humor, le dije que iría a darme una ducha caliente para que dejara de gritar que iba a engriparme, que los virus y un montón de tonterías más. Subí a mi cuarto, llene la bañera y me sumergí.



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En el texto hay: amor, escuela, novios

Editado: 26.09.2018

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