Sin sentido

27. Siendo diosa

Y con eso Aspilce cerro el portal, ¡¿que rayos?! como pensaba que lo aria yo no tenía control sobre ese lugar, intente varios hechizo pero nada funcionaba en poco tiempo no podría respirar, ¿acoso me quería mandar al otro mundo? -Espera-¿otro mundo? !¡eso es quería que abriera el portal a mis reinos!- odiaba tener que hacerlo pero no me quedaba de otra apunto de ahogarme abrí el portal a odnumarfni, hay logré respirar de nuevo ironía ya que solo yo y los muertos lo podríamos hacer, tenía tanto tiempo sin ir, la última ves casi muero, las criaturas de aquí siempre intentan destruir o consumir a cualquiera sin importar que, en aquel entonces me mandaron para que tomara mi lugar como diosa de la muerte, aunque eso conllevará a luchar con cada criatura por mi título de diosa, los dioses de alto rango nunca aceptaron tal cosa una medio diosa y tan joven gobernar un lugar tan despiadado con las almas que murieron en arrepentimiento y dolor, no lo aceptarían, no hasta que derrotara a las almas perdidas o eso fue lo que se me ordenó, nunca intente luchar con ellos solo los esquivaba y decía que eran demasiados fuertes, así Aspilce me dejaba salir, ella tenía el secreto para salir nunca me contó cómo lo hacía pero siempre lograba abrir el portal

-vaya hermana si que es urgente que tome control a empeorado basta

Una era no querer pelear y hacerles daño, otra dejar que se transformara en este lío, lo poco que lograba ver estaba realmente mal, aquí la guadaña no funcionaria no con su aspecto actual pero como ya estaba acostumbrada a ella solo quedó transformarla en una guadaña de luz, lo descubrí la segunda ves que vine a pelear, pronuncie un hechizo yo y la guadaña comenzamos a brillar y poco a poco se transformo, ahora era de un azul más claro y la calavera era una flor blanca, al terminar el hechizo sabía que eso me traería problemas todos sabrían que regrese y me atacarían, no se hicieron esperar una sombra muy oscura que parecía una bola de humo o un garabato echo por algún niño apareció de la nada, no tenía ojos pero podía sentir que me miraba, en un momento su cuerpo se convirtió en un charco su superficie era tranquila y quieta como agua estancada, pero como la mismas se empezó a sacudir y de el salía una criatura llena de escamas afiladas cómo rocas, una gran boca con dientes afilados como cuchillos, avía visto algunos con ojos blancos eran los que siempre se alejaban, pero está criatura era diferente no los tenia, cuando terminó su transformación se abalanzó sobre mi, la esquive con facilidad odiaba lo que tenía que hacer pero de un tajo lo corte sentí un escalofrío al hacerlo al mirar para mí sorpresa su cuerpo cortado se transformó en un alma traslúcida y algo brillante

-gracias mi diosa ahora podré ir a esperar mi turno para renacer y servirte

Por un momento me quede perpleja pero logré contestarle

-no tienes que agradecer nada, vamos ve

Ahora lo entendía, cuando Aspilce me dijo ve y limpia ese lugar, no lo decía para que las eliminara a las criaturas si no para que lograra liberarlas, aquí llegaban las almas, tomaban su tiempo para meditar sobre sus errores y decisiones, algunas murieron con dolor y sufriendo, al darse cuenta de sus errores y que avían muerto de cierta forma era demasiado para ellos, terminaban consumiéndose hasta perderse y convertirse en bestias sin conciencia, algunos si lograban perdonarse y continuar al siguiente reino o se quedaban en la forma que ellos mismos decidieron tomar, ahora entendía tenía que poner orden y ser la gobernante que necesitaban, cosa que odiaba jamás fui buena siendo líder me era incómodo y estresante pero no podía huir tenía que seguir el ejemplo de mi hermana, saliendo de mis pensamientos por algunos gruñidos me di cuenta que estaba rodeada

-bien les daré dos opciones obedecen con su forma actual y los dejo tranquilos o lo arreglamos a las malas

Algunas criaturas se retiraron, sabía que estarían bien ya que logré ver conciencia de sus actos y decisiones, mientras las demás estaban cegadas no tenían siquiera ojos, ahora eran muy diferentes tal parece podían cambiar de forma a su antojo pasaban de ser un garabato a un charco y allí tomaban alguna forma, lograba ver a altos bajos, grandes, pequeños, con garras alas o escamas y continuamente cambiaban, pero eso no me detendría no me gustaba la idea de hacerles daño pero ahora entendía que era por su bien tenían que entender que lo que hicieron ya quedaba atrás de nada servía atormentarse, sería mejor que regresarán y aprendieran de lo anterior, estaba decidida hoy terminaría con todo eso, tome mi guadaña con fuerza me abalanze sobre uno de ellos usándolo cómo trampolín llegué bastante alto, puse la empuñadura en mi espalda la tomé con ambos brazos de cada extremo -tal como pensé ellos me siguieron- tomando impulso con uno que volaba comencé a girar en el aire logré hacerlo tan rápido que parecía un tornado, conforme caí corte a varios fue bastante difícil mantenerme por mucho tiempo, aquí la gravedad era más fuerte, termine cayendo con una pierna en cuclillas y la otra estirada al lado de la hoja fue un buen ataque pero no suficiente para acabarlos, seguí corriendo entre ellos, intentaban atacarme estirando sus extremidades como si fueran de goma, por suerte lograba dar la vuelta entera usando sus ataques, cuerpos y terminando con un corte, algunos volaban así que de nuevo use alguno como trampolín, esta ves logré caer sobre uno de los que volaban, como pude lo hice volar asía los demás cortando y dando piruetas, fue difícil usar la guadaña con una sola mano mientras así que el volador fuera por los lugares que yo quería, después de terminar con los voladores me dirigí a los últimos, llevaba un tiempo luchando me estaba cansando pero faltaba poco, usaría un último ataque para lograr acabarlos

-bien es hora

canalice toda mi magia en la hoja brillaba tanto que las criaturas comenzaron a perseguirme, con eso me vi obligada a correr mi guadaña aún no estaba lista, logré esquivar sus ataques pero un gran cañón me detuvo, justo cuando estaban por atraparme la luz se hizo más intensa anunciando que estaba lista, de un solo movimiento la ráfaga de la hoja se expandió hasta el último ser, corto a cada uno, ni siquiera tuvieron tiempo de lograr algo o siquiera reaccionar, después del corte todo quedó en un silencio absoluto estaba cansada sabía que avía luchado varias horas me senté un momento para retomar energía y aliento




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