Sin Sentidos

Guerra

El terreno desprolijo le impedía el avance. El barro producto de mil aguaceros le enredaba los pies como si quisiera atraerlo hacia sí. El corazón se le salía de agitación y los pulmones le ardían horriblemente por la carrera que realizaba. Sentía como si unos ojos estuvieran clavados en su nuca dispuestos a dispararle a la distancia.

Puso los pies fuera del charco y continúo avanzando por la calle de tierra, con arma en mano. Vislumbro una estructura que se emplazaba en el camino y le pareció un buen lugar para resguardarse hasta que pasara el enemigo. Tenía la ropa empapada mezcla de sudor y agua por lo tanto la sentía pasada y a eso le atribuía su cansancio.

Se instaló en un rincón de la fachada del edificio, allí donde había sombra, y dejo el arma en el suelo. Pasó la mirada por el lugar y distinguió una canilla que salía por una de las paredes. Se acercó sigilosamente y con rapidez giro la perilla y coloco la cabeza debajo del chorro de agua, luego bebió. Saciado se recostó en el suelo y allí permaneció tumbado.

Sentía el cuerpo ajeno, suave como si su torso se derritiera en el suelo y su mente buscara un lugar para escapar. Los parpados empezaban a pesarle hasta que finalmente cerró los ojos. La oscuridad se apodero de su campo visual mientras sentía como de a poco perdía la consciencia y una sucesión de imágenes le invadían la cabeza.  El ruido de algo chocando el suelo le despertó, tomo el arma algo alborotado y por poco no sacó el cuerpo por fuera de su escondrijo. Dos enemigos marchaban por el pasillo que separaba los edificios, uno donde él estaba y el otro que se imponía en frente. Ambos estaban armados con pistolas y granadas de mano y con la vista registraban el lugar en su búsqueda.

Hace mucho tiempo ya que se había separado de su pelotón, prácticamente desde que había comenzado la batalla y no sabía absolutamente nada sobre cuál era su situación. Si es que habían acabado con el enemigo y aquellos dos eran tan solo un resto de sus tropas, o bien que todo su equipo hubiera sucumbido en la batalla y el despojo no era más que el mismo, era algo que escapaba a su conocimiento.

Espero unos minutos con la mira puesta en ambos adversarios y cuando estaba dispuesto a disparar vio a otros dos acercarse. Inmediatamente retiro el dedo del gatillo, no era prudente dar a conocer su posición y si bien sabía que se encontraba en ventaja de posición dudaba que podría acabar con los cuatro a la vez, aun mas sin siquiera saber si esos cuatro eran los únicos por la zona.

De repente un disparo atravesó el pasillo a gran velocidad y se encontró con uno de ellos, otro más y así los cuatro cayeron un disparo a la vez. Sus compañeros se adelantaron donde yacían los enemigos y fue ahí que salió de su escondite. “Vienen más” grito uno “hay que correr”. Sin pensárselo dos veces hecho carrera calle arriba siguiendo a su pelotón, todos armados hasta los dientes y cargando bolsas enteras de suministro y municiones. Doblaron por una esquina siguiendo la fila de edificios idénticos y encontraron un par de cajas que podrían usar para atrincherarse y disparar mejor desde ahí. En grupo fueron armando el pequeño fuerte y en un par de minutos estaban posicionados a la espera.

Fue hacia las bolsas y las encontró algunas cargadas de granadas y otras con alimentos de todo tipo, tomo uno de ellos y lo devoro con hambre voraz. Supuso que aun tendrían un par de minutos hasta que el enemigo les alcanzase así que aprovechó también para beber agua y actualizarse en cuanto a las noticias:

Tras el comienzo de la batalla, en el centro del pequeño poblado, las tropas enemigas hicieron que el pelotón se dividiera y en el caos no pudieron ver como el perdía el rastro y se separaba de ellos. Algunos de los suyos corrieron hacia la región oeste (en dirección contraria donde estaba el) y allí las tropas enemigas les habían sorprendido con un ataque sorpresa, prácticamente habían caído todos salvo un par de rezagados que como pudieron lograron encontrar a sus compañeros. Por otra parte los que se habían quedado batallando en primera línea sufrieron menos bajas y superaban ampliamente en número a las fuerzas opositoras hasta que finalmente pudieron reducirlos y tomar plena posición del lugar. Sin embargo pronto fueron obligados a retroceder por los enemigos de la zona oeste que habían logrado agruparse, entonces emprendieron una retirada hacia el este donde finalmente se encontraron con él. Por lo que pudo deducir entonces aquel seria el enfrentamiento que daría fin a la batalla. Tomo el arma en mano y se dispuso por detrás de la trinchera.

Primero fue un pequeño punto que corría calle arriba, luego lo siguieron dos más y luego era una multitud de manchas negras que se aproximaban a ellos, todos armados. El fuego no se hizo esperar y ambos bandos dieron todo de sí en aquella batalla. Él esquivaba como podía los disparos desde la trinchera, rodaba hacia un lado y al otro mientras trataba de apuntar y apretar el gatillo. A su lado dos compañeros cayeron cuando los disparos les alcanzaron la cabeza, aun así contaban con la ventaja del fuerte y el enemigo sufría bajas considerables. Una bala cruzo el espacio entre su enemigo y el y fue a parar al hombro. No le dolió sin embargo eso volvía su brazo inutilizable, sentía como la humedad se apoderaba del hombro mientras cómo podía apoyaba el arma sobre los cajones que habían dispuesto y seguía apretando el gatillo.




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