Sin Testigos De Amor

No merezco esto.

La noche paso demasiado rápido, no quería que amanezca, hoy se casara, el hombre que amo se casara, Lili se había levantado y estaban todos alborotados, mi mamá como siempre regañando a Jose por cualquier cosa que esté mal, en fin no baje para nada, no tenía ganas de nada. Al rato subió Lili, me dijo que había hablado con Pamela y que le cayó muy bien, era de suponerse ella le cae bien a todo el mundo.
–Hay Karina no te pongas así. –Dice con cara de culpable, sabe perfectamente que no soporto a mi hermana. –Solo hablamos, no te cambiaré por ella, eso nunca.

–Pues no me extraña, todos la prefieren a ella, mi madre, Camilo, Paul y ahora tú.

–Te dije que no tonta, sabes que te adoro a ti. – Me abrazó, ella parecía más mi hermana.

–Lo sé, solo que me pongo celosa, no quiero perderte a ti también.

–Eso nunca pasará, y si vamos a ir a la boda.

–Si, se lo prometí a Pamela.

–Pero si no quieres ir no vayamos, mejor hagamos las maletas.

–Si hacemos las maletas, pero antes si quiero ir a esa boda, quiero ver como el hombre que amo se casa.

–No, mejor vámonos, no quiero verte sufrir.

–No Lili, seré fuerte, es una promesa que le hice a mi hermana, voy a estar ahí el día más feliz de su vida, así ese mismo sea el peor de mi vida.

–Sabes te admiro, eres una linda persona, no sé cómo no te valoran esas dos, eres mi mejor amiga, te quiero. –Me abrazo, ella siempre ha sido así de cariñosa, la extrañaba, no me alejaré de ella.

–Mejor busquemos los vestidos que nos pondremos, la verdad no tengo ni idea, no hemos ido a comprar nada.

–Para qué pensar, yo traje dos vestidos que seguro nos veremos mejor que la novia, como que ya adivinaba que algo así pasaría, ya que me contaste por teléfono. –Empezó a sacar dos hermosos vestidos, largos de color celeste y el otro rosado, era de Europa, mi madre se morirá, seguro el vestido de novia de Pamela no es así. –Mira elige uno, seremos los mejores, no traje unos blancos porque sino la que se termina casando serías tú.

–No como crees, quiero el celeste.

–Está bien yo tomaré el rosado, verás como todos nos quedaran, viendo hasta el novio no dejará de verte.

Nos empezamos a arreglar, me sentía muy mal. Tenía ganas de llorar, pero no me dejaría vencer, tendría que ser más fuerte que mis sentimientos, al rato ya estábamos listas, los invitados estaban llegando, mi madre estaba ayudando a Pamela, bajamos y como dijo Lili no dejaban de vernos, los vestidos son hermosos, a lo lejos pude ver a Paul, junto a un hombre bastante guapo y parecido a él, debe ser su padre porque ya es bastante mayor, su mirada se clavó en mí, era inevitable no verlo, se veía tan guapo tan deseable, Lili me sacaba de mi trance varias veces, quiero correr a sus brazos y besarlo, pero ya no se podía, en minutos sería el esposo de mi hermana tendría que aceptarlo.

Pamela empezó a bajar, se veía muy hermosa, mi madre junto a ella que al verme me puso mala cara, era de suponerse que Lili y yo llamábamos más la atención que la novia, el vestido blanco de mi hermana era lindo, pero el de nosotras era otro nivel.

Pasamos al jardín y el juez estaba listo para empezar la ceremonia, cada minuto se me hacía difícil, sentada en el público, escuchaba la ceremonia, Lili tomaba mi mano dándome fuerzas.

Llegó la parte del sí acepto, Pamela respondió sin dudar, se veía feliz, en cambio Paul dudo por unos minutos, todos empezaron a murmurar, en el fondo de mí quería que me verá y que con la mirada me dijera que se arrepentía que seriamos feliz juntos, mi mente quería que es pase, arrepiéntete, gritaba en mi mente, pero no paso no voltio su mirada hacia mí, respondió que sí, mi corazón terminó por romperse, tenía tantas ganas de llorar de gritar que me oponía, pero no me atreví, se casaron se casó, no había la más mínima esperanza entre él y yo. Lili estaba a mi lado, sabía que lloraría en cualquier momento así que en cuanto los novios salieron fuimos detrás de ellos, pero no para felicitarlo, sino para el baño a llorar, creí que sería fuerte que no me afectará tanto pero no.

–Tranquila, te dije que no asistimos, eso te hace daño.

–Tenía la esperanza de que dijera que no, deseaba que se arrepienta, pero no, el muy imbécil se casó, no me ama.

–Amiga tranquila, no debes ponerte así, mejor tranquilízate y vamos al cuarto para irnos.

–Quiero hablar con él, quiero besarlo por última vez, Lili tienes que decirle que se vaya a mi cuarto o no mejor dile que venga aquí.

–Estás loca, no tu madre nos va a matar, ya que de por sí no nos quiere aquí.

–Lili, por favor.

Sé que Lili no se negaría, así que aceptó, la veía como trataba de acercarse, pero no hallaba la manera, fue donde estaban y abrazo a Pamela, luego a Paul, sé que ahí le dijo algo por qué su cara cambio, me busco con la mirada, pero yo estaba aquí cerca del baño.

Minutos después Lili regresó, quería matarme de eso no hay duda.

–Simplemente estás loca, cómo me convences para hacer eso.

–Porque me adoras.

–No dijo nada, pero si le importas vendrá, le dije que estás en el baño y que lo esperabas aquí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.