Mi cabeza está en la hacienda, recordé lo feliz que era cuando papá me cargaba en sus brazos, me desperté porque justo íbamos a aterrizar, Lili estaba a mi lado, recordé a conciencia y todo lo que pasó volvió a mi mente, no pude evitar soltar una lágrima, estaba nuevamente en España, pero esta vez era diferente no tenía esa necesidad de vengarme ni nada de eso, ya no tenía a Lucas, solo a Lili, pero no necesitaba nada más.
–¿Estás bien?.– Pregunta Lili sacándome de mis pensamientos.
–Claro, ahora solo tengo que buscar un trabajo.
–Si de eso no te preocupes, pero tu herencia.
–No quiero ocupar nada, mi madre me odia y no quiero nada.
–Pues bueno, si eso decides, pero ahora tienes que descansar.
–Sí.
Fuimos a su departamento a guardar mis cosas busqué anuncios de trabajo, pero todos querían a chicas profesionales yo claramente no lo era, pero eso no me detendría. Salí a dar una vuelta a distraerme y fue ahí que recordar los momentos felices que pase con Paul me dolía que ahora está casado con mi hermana.
–Karina porque no te inscribes en la universidad, total dinero tienes, solo estudia y después te vuelves profesional.
–Si eso es lo que haré, eso debí hacer antes de irme a, si tan solo te hubiera hecho caso, otra cosa seria.
–Pero ya nada ganas con pensar eso, mejor dedicate a estudiar.
–Si amiga eso haré.
Al siguiente día fui a inscribirme, como cuando empece tenía mucho que igualarme para estar a ala altura de ellos, pero no me di por vencida, Lili me ayudo mucho, al siguiente día estaba en mi asiento cuando un hombre alto, pelo negro, muy guapo se sentó a mi lado, quise ignorarlo, pero era imposible, ya que llamaba la atención.
–Hola. – Me dijo y sin dejar de ver mi cuaderno le respondí.
–Hola.
–¿Eres nueva aquí?
–Sí.
–Era de suponerse, una cara tan linda no se olvida fácilmente. –Sus palabras me sonaron estúpidas, pero mi mente estaba con Paul, lo amo y nada de lo que me diga otro hombre me hará cambiar de opinión.
–Gracias.
–Veo que se conocen. – Dice Lili llegando donde nosotros.
–La acabo de saludar, como te llamas linda. – Me estaba pareciendo molesto así que no le respondí.
–Karina Estrada.–Dice Lili respondiendo por mí.
–Lindo nombre, soy Dante Sotomayor, unos de los mejores estudiantes del grupo, espero que seamos buenos amigos.
–Si yo igual. –Respondió torciendo los ojos.
Empezó la clase y si era cierto cuando dijo que era uno de los mejores, todo lo que preguntaban los profesores lo sabía, lo quede viendo y si era bastante lindo, tal vez fui muy grosera al principio, pero mi mente estaba con Paul.
Al salir pude ver que a Lili le gustaba Dante, sus ojos la delataban, pero sentía que él no pensaba lo mismo, sé lo que se siente un amor no correspondido.
–Dante es muy lindo, ¿Te gusta?.– Lili se puso roja.
–Si, pero a él le gustas tú, se notó desde que te vio no dejo de preguntarme por ti.
–Pues dile lo que sientes.
–No claro que no, solo si él te invita a salir solo acepta, quiero que seas feliz. –Sentí que no era sincera, no quiero hacerle daño.
Yo seguía pensando en Paul, no sé ni porque lo hago seguro está feliz con mi hermana y yo aquí llorando, siento que no soy feliz y nunca lo he sido solo quiero ser feliz nada más.
Pasó el tiempo y me dediqué a estudiar, Dante no dejaba de invitarme a salir, pero no quería aceptarlo, Lili dejó de fijarse en él, pero aun así no quería saber nada del amor, me enteré de que Lucas estaba ya en una prisión de España, lo habían condenado por 10 años, eso me tranquilizaba bastante, a la directora igual la habían condenado, sabía que no me harían más daño.
Mi madre como siempre no llamaba ni nada, no me extrañaba aunque aun así esperaba que algún día se llamara.
Pasó el tiempo y mis sentimientos hacia Paul cambiaron, no me sentía tan enamorada como al principio, Lili viajó a Estados Unidos, le salió una beca allá y dijo que era lo mejor, alejarse ya que Dante no se fijaría en ella y que si me propone ser su novia acepte, la verdad que ella es un amor.
Por mucho tiempo he tratado de no enamorarme de nuevo y así quiero seguir.
Un día como cualquier otro saliendo de clases, veo a Dante con unas flores, nunca me imaginé que serían para mí.
–Hola, Karina, te regalo estas flores, quieres salir a comer conmigo. – Por un momento quise decir que no, pero, he estado muy sola y aunque no amo a Dante como una vez que Paul acepte, a veces es bueno tratar de darse una oportunidad.
–Sí, acepto.
–Gracias, trataré de que sea la mejor noche.
Fui a mi departamento me bañe y me arregle, me puse muy linda, pero aun así no me sentía bien, si tan solo hubiera sido Paul el que me invite, pero ya basta debía olvidarme de él, nunca me llamó ni nada, así que tenía derecho a darme una oportunidad.