Mis sentimientos no me dejan mentir.

El tiempo corre como el agua ha pasado ya 4 años de su boda, de que me perdiera en el amor de Paul, y si aunque no he tenido contacto con nadie de mi pasado he seguido con mi vida, Dante y yo nos hicimos novios y aunque Lili no se enojó desde ese momento dejó de llamarme como antes, le cuento mis cosas y ella a mí, pero siento que ya no es como antes. De mi hermana no se nada, de mi madre menos, Paul ya no está en mi mente como antes, Dante es un hombre sensacional, me ayuda mucho y trabajamos juntos en la empresa de su padre, nos llevamos de maravilla, casi nunca peleamos y sería la vida perfecta para cualquier chica, pero nunca me sentía bien, sabía que aunque Dante me daba amor y siempre estaba pendiente de lo que necesitaba mis sentimientos no estaban del todo con él.
–Amor mira una carta para ti. -- Dijo Dante entrado a la casa, ya vivíamos juntos desde hace algún tiempo, me encanta su manera de ser, siempre entraba así sorprendiéndome.

–¿Quién es?.

–No sé, deberías abrirla.

–Si amor.

La tome y decía de quien era, la verdad me dio miedo al principio de abrirla, pero aun así lo hice, me quede helada al ver de quién era, Paul me escribía después de tantos años, mis sentimientos volvieron en cuando supe que era él, creí que estaba superado, pero no, solo al ver su letra volví a recordar todo, en la carta decía que mi madre estaba muy enferma y que me estaban buscando, ella quería hablar conmigo antes de irse, Dante estaba a mi lado, la leímos juntos, en ningún momento decía nada comprometedor, solo hablaba de mi madre.

–Deberías ir.

–No, amor, no ella nunca me quiso, no pienso ir.

–Deberías, es tu madre.

–Nunca me comporto como una, además ahí está Pamela su consentida, yo no tengo nada que hacer ahí.

–No seas dura con ella, es tu madre, y por peor que haya sido debes escucharla.

–No, no quiero verle la cara a mi hermana, mucho menos a Paul. –Se quedó callado al oír su nombre, él sabe muy bien lo que yo sentía por él, pero aun así no dejó de animarme para ir a verlo.

–Ve, no importa el pasado, no vivas más pensando en lo mal que te trato tu mamá debes aprender a perdonar, a perdonarte a ti misma, no hiciste lo correcto y que te dejaste llevar por alguien que en realidad no quería tu bienestar.

–No, y no quiero seguir hablando contigo de esto.

Me fui a la cama y aunque él sabe ser muy insistente no siguió tratando de convencer de que viaje.

Él se acostó a mi lado y comenzó a tocarme, mi novio y ya llevamos mucho tiempo, pero nunca siento lo que sentía cuando estaba con Paul, sé que debo olvidarlo, pero ahora que escribió esa carta menos logró sacarlo de mi mente, sé que no me dijo nada de lo nuestro y no decía nada malo, pero cada caricia que Dante me daba me lo imaginaba a él, sé que está mal, pero es algo que no podía evitar.

Pasaron algunos días y volví a recibir otra carta de Paul, en esta carta insistía más que vaya, no quiero ir y ver lo feliz que es con mi hermana, pero aun así creo que sí debería ir.

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NARRA PAMELA.

Mi madre cada día esta muy mal, ya no es la misma y aunque no quiero que pase, a veces creo que lo mejor es que ya se muera y así deje de sufrir, no deja de nombrar a mi hermana, quiere verla, pero yo no quiero que venga, sé que lo único que trae son problemas.

Paul no deja de buscarla y aunque me dice que es para que mi mamá se despida sé que es para volverla a ver, nunca la olvido, la ama y sé que cada vez que estamos juntos él piensa en ella. Hace 2 años he querido tener un bebe y no hemos podido, él siempre se enoja cada vez que me hago alguna prueba de embarazo y sale negativa, su gran sueño ser papá, pero sé que no quiere serlo conmigo, eso me duele mucho.

–Ya le mande otra carta, espero que esta si le llegue o por lo menos responda.

–Estás muy emocionado con que se vuelva verdad.

–Solo quiero que tu madre esté tranquila, nada más,

–Mi madre o tú, porque no deja de buscar su teléfono o de escribirle cartas, ella hasta casada ha de estar y tú aquí como loco buscándola.

–Mira Pamela, no quiero discutir al parecer no quieres que tu madre esté bien, deja tus celos por dios.

–No, no dejaré de pensar que la amas a ella.

–Piensa lo que quieras, hago esto por tu madre si no me crees, que pena por ti.

–Deja de mentir Paul, aún la amas nunca has dejado de amarla a ella.

–Si tanto piensas eso, porque mejor no me das el divorcio y ya, así vives feliz, te buscas otro hombre que según tú si te ame.

–Ve buscando la manera de estar con ella.

–No estoy para tus juegos, mejor voy a dar una vuelta.

Se fue dejándome ahí sé que aun la ama, pero no dejaré que me abandone Paul es solo mío, estoy dispuesta a todo por él no dejaré que mi hermana intente tan solo quedarse con él.

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