Sin Testigos De Amor

Nada sería igual.

 

Me quede dormida profundamente, ya que después de todo lo que me paso el cansancios se hizo presente, la enfermera me trajo a mi hijo para que le diera de comer, fue hermoso una gran alegría al tenerlo entre mis brazos, era tan pequeño, tan indefenso que me derrite el corazón. Luego volví a dormir, eso de la maternidad se ve tan agotador que solo me da sueño.

No se cuanto tiempo paso pero al despertar veo a alguien parado ahí, me sorprendo porque no le vi bien, se me vino a la mente Lucas, pero al reaccionar bien vi que era Paul, me estaba mirando como dormía, me puse nerviosa ya que no tenía tan buen aspecto.

—¿Qué haces ahí mirándome?. —Fue lo primero que se me ocurrió decir.

—No puedo ver lo linda que te ves.

—De esa manera no, mejor vete a trabajar.

—No hay nada que hacer en estos momentos, además tu y yo tenemos mucho que hablar.

—Hablar ¿De que?.

—De tu bebe ¿Quien es el padre? —Su pregunta se venía venir, él se muere por ser madre y la verdad me encantaría que él sea el padre pero no estoy segura.

—Dante, obvio. —Sonrió de lado, era obvio que no me creía, bueno ni yo lo sé.

—Sabes que yo también puedo ser el padre, no nos cuidamos así que bien podría ser mío.

—¿Y qué cambia?, era el esposo de mi hermana, no podemos estar juntos.

—Ya estamos en proceso de divorcio, acaso no lo sabes.

—No, no he visto a Pamela desde ese día que me corrió.

—Ha, sabes bien que nunca debí casarme con ella,  desde que te vi me enamoré de ti, te amo, quiero que seamos una familia. —Sus palabras me tomaron por sorpresa, ya que era lo que menos me esperaba, una familia con él siempre había sido mi sueño, pero ahora que lo veo no me parece justo por más que él y mi hermana no estén juntos se que ella se va a poner mal si estamos juntos.

—Sabes el daño que le haríamos a Pamela.

—Si pero sufrir solo por el que podria pensar ella tampoc es justo, yo te amo y se que tu tambien o lo unico que ames al idiota que te acompaña. —No me gustó la manera en la que se expresó Gustavo.

—No le digas así.

—Lo defiendes.

—Por supuesto, él nunca me dio la espalda, me ayudó cuando más lo necesitaba, me dio trabajo y un techo, estoy muy agradecida con él.

—Ya mejor conviértete en su amante, es lo que te falta. —Empezó a tratarme mal.

—NO te voy a permitir que me trates así. —Sonrío y trato de ocultar su disgusto por defender a Gustavo.

—Ya. ya veo que quieres a ese tipo, es un insípido que le ves, conmigo estarías mejor, nos amamos, mira formemos una familia, no me importa de quién es tu hijo, lo tratare como mío. —Eso era lo que había querido escuchar desde que supe que estaba embarazada pero ahora que lo escucho no me parecía tan genial como me lo imagine, no se que me pasa, debería estar feliz porque el hombre que siempre he amado me lo está proponiendo.

—Debería pensarlo, no es una decision facil, ademas tu y yo a la cuenta no nos conocemos mucho, no deberíamos apresurarnos.

—Lo se, solo piensalo, yo te amo y el bebe necesita una familia, si tan solo me hubiera enterado antes, hubiera estado contigo en tu embarazo. —Se sentó a mi lado tomó mi mano y la beso, me sentí tan feliz con ese gesto, la verdad que quería volver a sentir las mariposas que sentía antes pero no se que pasaba que no fue así, hace unos días moría por tenerlo cerca pero ahora que lo tengo aquí frente a mi no siento eso, no se porque pero n lo siento, besa mi mejilla y se va a trabajar, quedé más confundida, vivir con él había sido mi sueño pero ahora no se escuchaba tan cool.

La doctora me daría de alta al siguiente día a mi y a mi bebe, me sentía feliz ya podría irme a casa, Gustavo regresó con ropa para mi y unas cosas para el bebe, sus acciones me encantaban, él quería ayudarme y me sentiría mal si rechazó su ayuda por Paul.

La enfermera me entrego a mi bebe, al fin saldría de aquí Gustavo me ayudaba a bajarme de la cama y fue justo cuando Paul entró al vermeer con él su cara cambio, se enojo estaba celoso, el bebe lo tenía la enfermera.

—Dame al bebe, ve a ver a los demás pacientes. —Le dijo a la otra enfermera, el cargo al niño, y lo mire tan tierno, tal y como lo había soñado, sonreía con tanta ternura, que aseguraba que estaba feliz de tener al bebe en sus brazos.

—Esta hermoso, mi bebe, —Dijo y note como Gustavo cambió de expresión, como que no le gustaba que Paul cargue al bebe.

—Karina debemos irnos.

—Si ya nos vamos.

—Te iré a visitar después, quiero estar cerca de mi hijo.

—Aún no sabes si es tuyo. —dijo Gustavo enojado, al cual Paul también miró con enojo.

—No has escuchado ese dicho de que la sangre llama, adoro a este beb porque siento que soy su papá. —Se miraron con odio, ni con Dante se habían visto de esa manera parecía que se golpeaban la verdad me daba miedo.

—Es hora de irnos, dame al bebe no vemos luego. —Paul me dio al bebe y se fue, Gustavo me ayudó hasta llegar al auto, caminaba por el espacio ya que me dolía la herida de la cesárea.




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