Pasaron los días y no había novedades, tuve los controles del bebe en el hospital, me encontré con Paul pero lo ignore, no quiero saber nada de él, trate de comunicarme con mi hermana pero no pude, segun me entere regreso a la hacienda, fue lo mejor aunque nunca he perdido la esperanza de arreglar las cosas con ella, aunque nos hicimos mucho daño no la odio, solo quiero algun dia pedirle perdón por todo, nunca debí iniciar mi plan de venganza, era de dejar la cosas así, no se porque nunca le hice caso a Lili, ella siempre tenía razón y ahora hasta a ella la perdí por mi necedad y mi venganza injusta.
De tanto pensar se me hizo tarde para bajar a la tienda, puse a mi bebe en el coche que Gustavo le compró, cuando llegué vi a Gustavo con cara de preocupación, sabía que algo andaba mal.
—Hola, ¿Pasa algo?. —Me miró y negó con la cabeza. —No mientas se que pasa algo.
—Estoy en la quiebra, necesito 15.000 euros para recuperarme, no sé de dónde voy a sacar eso. —Se que gran parte de lo que debía era mi culpa él nunca se midió en gastos para ayudarme.
—Es mi culpa, nunca debiste gastar tanto en los controles y tampoco en el hospital Gustavo será mejor que me vaya.
—No, no se te ocurra decirlo, donde vas a ir con el bebe, mira ya veo como lo soluciono si, solo no te preocupes. —Se fue y de dejo a cargo, por lo que vi fue al banco, no quería que haga nada malo, como siempre dicen a las personas que son buena siempre les pasa de todo, pasó toda la mañana y si logre vender algo, y aunque Gustavo no regresaba hice todo lo que hacía, ya por la tarde llego, tenia cara de cansado y por lo que vi estaba más preocupado que antes.
—¿Que paso?, lograste buscar alguna solución.
—No, me quieren embargar, no tengo donde ir nos quedaremos en la calle dentro de un mes, Karina lo siento, no quería que esto pasara, siento que tu eres mi responsabilidad, pero me siento mal porque tu tampoco tienes donde ir, estamos solos, pero creo que será mejor que te vayas ya no tengo como ayudarte. —Lo vi asi y necesito hacer algo, tome los papeles que traía y al revisarlo era verdad debía mucho dinero ni vendiendo todo podría pagar, eran más de 15.000 euros, me sentí muy mal por él era lo único que tenía.
—Demonios, no quería hacerlo pero, hay……tu has hecho demasiado por mi, lo haré, por ti y por mi bebe. —Me miró confundido pero aún así noté un poquito de esperanzas.
—¿Qué tienes en mente ?.
—La herencia que me dejó mi mamá, y lo poco que tengo de papá, solo eso creo que nos ayudará. —Vi como agacho la cabeza.
—No tu no quieres cobrar eso, no debes hacerlo por mí si no quieres.
—Lo haré, este es tu negocio y me has ayudado tanto que me siento en la obligación de hacerlo.
—No debes si no quieres, si lo haces hazlo por ti, por darle una vida digna a ese precioso bebe que tienes, no por mi, no te estoy cobrando lo que he hecho por ti, así que no tienes que pagarme nada. —El siempre tan modesto, siento que no quiere que lo haga pero aun así lo haré, por él aunque con todo lo que me ha pasado no debo confiar en nadie pero por Gustavo lo haré.
—No te preocupes, quiero que me acompañes a la hacienda debo hablar con mi hermana para cobrar lo que me corresponde, no quiero ir sola.
—Solo si tu quieres, yo no te estoy obligando.
—Lo sé, confío en ti, pero tenemos que regresar lo más pronto para lograr pagar todo antes que te embarguen la tienda y la casa.
—Si.
—Mañana voy a comprar los boletos.
Gustavo me abrazo aunque no entiendo porque el destino siempre me obliga a regresar aun no quieren pero esta vez haré las cosas bien, trataré de arreglarme con mi hermana.
Los días pasaron tan rápido que cuando me di cuenta ya estaba en el pueblo, Gustavo estaba encantado, era la primera vez visitando el campo, todo le pareciera impresionante, tomaba muchas fotos parecía un niño, lo mire y no pude evitar sonreír.
—Veo que te encanta el lugar.
—Si es precioso, no me importa mudarme para acá y dejar la ciudad.
—Tu no eres del campo, no te enseñas a vivir aquí.
—Tal vez no pero prometeme que no será la última vez que venimos, todo esto es precioso.
Rei con su comentario, a lo lejos pude ver a Camilo mirándome, ya caminaba pero con un bastón, se veía tan acabado, recordé cuánto lo quería y que él en alguna manera impulsó todo lo que pasó, una chica lo ayudaba, parecía su esposa, pero estaba renegado, su cara lo reflejaba, su mirada era de desprecio, vi cómo se acerco a mi con lo más rápido que pudo, Gustavo cargo a Dante.
—Tu eres la culpable de todo lo que me pasa por tu culpa quede cojo de por vida. —Me sorprendí con su acusación pues ni siquiera estaba aquí cuando él se accidentó.
—Estás loco, no siempre va a ser mi culpa lo que le pase a todo el pueblo.
—Tu amante ese, Lucas fue el que manipulo mi carro para que me accidente, el mandado por ti. —Su confesión me cayó como balde de agua fría, nunca había sabido de esto.
—Yo no tuve nada que ver, si lo hizo fue él por su cuenta.