CAPITULO II

-Vamos deja de soñar, sabes que no podemos ir para allá y siempre tengo que ir yo a rescarte- dijo mi amigo algo fastidiado.

-Pero si no soñamos ¿cómo esperas que sigamos viviendo? Los sueños nos dan ilusiones, no seas tan pesimista Ren.

-No soy pesimista tú mejor que nadie sabes que mi sueño es escapar de esta esclavitud estos siete años han Sido suficiente, ya pagué mi deuda pero aquí no importa lo que pienses ni quieras.

-¿Dónde está Yuki? - pregunté curioso.

-Siempre me haces lo mismo Haru, ¿cuándo será el día que me dejes hablar?

-Cuando digas algo que suene tan pesimista.

-Hola chicos- saludó nuestra pequeña amiga que era dama de compañía.

-¿Dónde estabas Yuki? Hoy tenemos que ir allá y vamos a llegar tarde.

-Vamos Ren relájate un poco, lo importante es llegar además si ven que siempre salimos a cierta hora empezarían a sospechar, hay que mover un poco la rutina para confundirlos.

Llevamos 3 años planeando nuestra huida, Yuki, Ren, yo y otros esclavos nos reunimos en las noches para escapar, sabemos que cuando el hijo del emperador tome el poder será lo peor que le pasará a la nación, cada día que pasa es vital para nuestro movimiento.

Nosotros que estamos en el palacio se puede decir que tenemos un poco de “libertad”, cada semana tenemos que encontrar una manera de salir sin que nadie lo note.

Yuki nos descubrió hace 1 año, dijo que no nos delataría si la dejábamos que se uniera, ella fue arrebatada de su familia a los diez años y ha estado aquí por quince años, cuando salgamos de aquí le prometí que iríamos por su familia y nos los llevaríamos para que estén juntos de nuevo.

Nuestro líder se llama Taro, a él lo tienen como siervo del ministro por lo tanto el sabe todos y cada uno de los movimientos que ocurren.

Yo soy Haru eunuco desde los diecisiete años, mi familia fue asesinada porque nuestra aldea no cumplió con el tributo, varias familias fueron asesinadas ese día, a mí me designaron aquí junto con mi amigo Ren, debido a que éramos de los pocos que sabíamos un poco de lectura y escritura.

Sabemos que no somos como tal esclavos, no estamos haciendo actividades tan duras como los que están en el campo o los que construyen, no somos azotados ni nada de eso.

Somos los siervos que tuvieron más “suerte”.

Pero esto se ha vuelto más soportable por ella... No conozco su nombre pero ella es el ser más hermoso que he visto nunca jamás, por más que intento acercarme no puedo algo me lo impide, cómo quisiera llevarla conmigo, sé qué si la dejo aquí será infeliz el resto de su vida.

Necesito acercarme a ella solo una vez al menos....