Tan cerca y tan lejos...
Pienso en ella todo el tiempo ¿qué me habrá hecho? Siempre pienso, sueño y respiro por ella, si tan solo me dirijiera la mirada una vez, que se diera cuenta de mi insignificante existencia.
Estos sentimientos a veces me hacen sentir que tengo una piedra gigante en mi pecho, por más que quiera liberarme no puedo, no me deja respirar y siento que moriré si no le hago saber lo que siento.
La mayoría del tiempo imagino cómo será el sonido de su voz y de su risa, me pregunto cuál será su nombre, a veces siento que me enamoré del aire por más que quiera verlo y tocarlo solo puedo sentirlo.
Si supiera lo importante que es para mí, ella es mi mundo, daría todo por ella incluso si ella pidiera mi vida con gusto se la doy, si eso la hace feliz no me detendría ni un momento para cumplir lo que ella quiere.
Algunos días siento que Ren y Yuki piensan que estoy loco pero cuando amas a alguien tan intenso no te importa parecer el ser más loco de la tierra, cómo deseo que ellos entiendan mi sentir.
Cada mañana me despierto para ver el amanecer cuando veo el sol salir y empieza a dar calor siento que ella es mi sol que cuando aparece llena mi ser de calor borrando toda la tristeza que me da al no verla.
Mientras veo las estrellas llega el pensamiento de que soy un ser tan lamentable que le gusta lastimarse con un amor no correspondido, se perfectamente que soy una víctima del amor más letal que existe pero...¿qué puedo hacer? Es tan difícil dejar ir...
La noche se ha convertido en mi compañera la mejor en mi opinión, no te juzga y te consuela dejándote ver sus hermosas estrellas. ¿Ella mirara el cielo nocturno igual que yo? ¿Le habrá pedido a las estrellas que sean sus ojos para consolarme?
-Haru, despierta debemos ir al jardín real- Ren me movía para despertarme-
-¿Puedes despertarme de una manera más sútil? Somos amigos ten consideración por mí-
-Llevo quince minutos intentándolo pero pareces muerto-
-Bueno eso suele pasar-
-Como sea Haru hoy nos citaron en el jardín porque hoy viene del palacio de invierno la hija pequeña del emperador-
-¿Tiene otra hija?-pregunté sorprendido.
-Es una niña, la tuvo hace siete años con una concubina pero la tuvieron que separar de la madre porque al parecer ella engañó al emperador con un funcionario, al parecer creo que les cortarán la cabeza.
-Pobre niña, perder a su madre tan jóven.
-La muerte de ese hombre nos beneficia.
-¿Cómo?
-Él al parecer tenía sospechas de un movimiento de rebelión y estaba empezando una investigación por su cuenta, con la muerte de él nos da un poco más de tiempo para terminar de organizarnos.
Algunos minutos después varios siervos estábamos esperando la llegada de la pequeña por lo que oí se llama Ayako y que le encanta tocar la flauta.
-¡Su Alteza la princesa Ayako!- Todos nos inclinamos.
-Es un gran honor tenerla entre nosotros princesa, mi nombre es Yuki y encabezaré su corte- se inclinó ante la pequeña.
-¿Tienen flores aquí?- preguntó la pequeña.
-Si, su Alteza- respondió Yuki.
-Quiero que todas las mujeres que me acompañen usen una flor en su cabeza, las flores de aquí son muy bonitas como para no lucirlas, no merecen quedarse aquí marchitandose.
-Si princesa.
-Una cosa más, ¿alguien sabe tocar la flauta?
-El eunuco Haru sabe tocar- dijo Yuki.
-Eunuco Haru usted será mi profesor...