Sin titulo 2. La historia de Helena, Ethan y Mir

Dinero

(Perspectiva de Ethan)

-          Eh? – me miró con los ojos bien abiertos. – sabes qué?.

-          Ay! Por favor, no te hagas, yo se que tu y él están enamorados.

-          Enamorados? No digas estupideces! – empezó a enojarse, obviamente estaba mintiendo lo cual era tentadoramente divertido, ver su cara molesta me entretenía demasiado. – no hables como si supieras todo, tampoco te conviene meterte conmigo, si yo quisiera dejaría todo tal y como esta y haría oídos sordos a tu familia.

-          Me estas amenazando?.

-          Tómalo como una advertencia, en verdad quiero enmendar ese error, pero no soy ninguna santa, como para estar soportando tus juegos. – su mirada era muy intensa cuando se enojaba, la verdad me gustaría que estuviera enojada todo el tiempo, pero ni con su amenaza me iba a rendir.

-          Entonces, no hay nada entre ustedes? – insistí jugando

-          Que no! – alzó la voz y después suspiró recargándose en el balcón dando la espalda a las escaleras.

-          Estas segura? – pregunté y ella asintió con la cabeza. – y con Alexander?

-          Con ninguno – cerró los ojos y presiono las sienes con los dedos. – ellos siempre están rodeados de chicas lindas, por que se habrían de fijar en mi.

Alcancé a distinguí a ambos Joubert viéndonos, subiendo por las escaleras eléctricas.

-          Oooh... te gustaría averiguarlo? Si alguno de ellos siente algo por ti.

-          Eh? Ya te dije...

-          Helena, no lo tomes personal – corte la frase de tajo, la tome del cuello con ambas manos y la besé a la fuerza.

Alexander y su hermano parecían haber visto al mismo diablo, ella se quedo pasmada por unos segundos y después comenzó a empujarme con toda su fuerza inútilmente, ¿en verdad creía que me iba a ganar con ese cuerpo tan delgado? no se la razón, pero al verla rechazarme con tanto ahínco no pude detenerme, solo reaccione al sentir como me jalaban de la camisa por la espalda, acto seguido de un puñetazo por parte de Miroslav. Yo estaba aun confundido, se supone que solo iba a besarla para ver sus reacciones, pero no me controle ¿Por qué? No es que ella me gustara o algo así. Supongo que eso se debió a que me gusta verla sufrir, ya que es la hija de quienes destrozaron mi familia. Sí, eso debe ser.

Alexander la arrebató de mí, preguntándole si estaba bien, ella parecía querer llorar de coraje.

-          Te lo advertí Ethan! – gritó Miroslav sacándome de mi confusión te dije que no te acercaras a ella.

-          Está bien, está bien. Lo hice por el bien de ambos.– limpié la sangre de mi labio. Mis ojos se encontraron con los de ella –Ahí tienes la respuesta Helena.

Ella no contestó ni hizo gesto alguno pero sus ojos decían que le repugnaba. Alexander me miraba con desprecio. Que me miren así es una de las cosas que más odio en este mundo pero prefiero eso a la lástima.

-          Ja! Creo que me adelante a ti Miroslav, que no le hubiera hecho ya si viviera conmigo.

-          Estas muerto Ethan! –rugió intentando golpearme de nuevo pero Alexander lo detuvo

-          Calmate Mir! No armes un escándalo! – sujetándolo de ambos brazos.

-          Cierto – respiró hondo y exhaló. Xander lo soltó – tienes razón. Ethan Muller puedes molestarnos todo lo que quieras pero no se te ocurra volver a involucrarla. ya que si tú y tu madre son capaces de mantener la cordura es gracias a mi familia! Y nosotros los Joubert no andamos con compasiones cuando de nuestro orgullo se trata. Ponle un dedo encima a mi prometida y yo personalmente me encargare de que el apellido Muller no vuelva a ser escuchado jamás.

Si creía que podía jugar con mis secretos familiares, pues yo también.

-          Ja! Que irónico viniendo de alguien que es adoptado. Bueno como sea no prometo nada por que jugar con ella es divertido, aparte no creo que ella se aleje de mi.

-          Ya vete Muller! tú no tienes nada que hacer aquí. – dijo Alexander verificando que nadie hubiera escuchado lo que había dicho.

-          Está bien – di media vuelta, ya era suficiente por hoy, pero... - ah! Casi me olvido, mi madre les envía saludos, dijo que  deberían de ir más seguido a visitarla.

-          Bastardo! Deja los chantajes – inquirió Alexander. – los problemas entre los muller y kostelic no tenían nada que ver con los Joubert, mucho menos con nosotros tres; tú fuiste el que no quiso entender.

-          Helena que pasa?. – interrumpió Mir. Helena se veía muy débil y mareada. Mir la cargo con facilidad y la llevo a una de las bancas cercanas. – al parecer se le bajo la presión. Xander trae algo con gas, por favor.




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