Sin título

El inicio de mi primer encuentro

Tras haber pasado ya un mes desde que Uwer y su hermana comenzaron asistir a la escuela, todo iba cambiando a su alrededor. Para su hermana, debido a su carisma, empezaba hacer el centro de atención de su clase. En comparación Uwer seguía siendo alguien que se mantenía al margen de todos y de esta manera involucrarse lo más poco posible con los demás.

Mientras Uwer pasaba por el parque de atrás, vio que alguien estaba corriendo en dirección opuesta. Al parecer esto le hacía sentirse un poco incómodo y, con un mal presentimiento, decidió ir un poco más rápido. Conforme iba caminando, hasta correr, escucho como una voz le decía detrás de él – oye, no escapes así de mí – y le toco el hombro deteniéndolo a la vez. Uwer, dirigiendo la mirada hacia atrás, se llevó un gran susto al ver que se trataba de uno de sus compañeros de la clase de combate. Este, sin dejar ir a Uwer, dijo – sabes-. E visto que siempre te mantienes solo y que nunca estas toda la clase y eso no es justo – Uwer, tratando de no llegar a una gran conversación que lo terminara metiendo en problemas, contestó – ah, discúlpame, creo que no soy el indicado como para ser llamado a la clase, por ello es que prefiero salir antes y no molestar a los profesionales – el compañero, enojado, respondió – debes de estar bromeando. ¡¿cómo que decidiste dejar la clase por tu falta de profesionalismo?! ¡¡Acaso no ves que esto no es un juego!! Deberías de tomártelo más en serio. El simple hecho de que nadie te conozca debe ser por ese mismo motivo. Personas que no pueden hacer ni la más mínima relevancia de sí en todo este tiempo se vuelven un estorbo para los demás y deberían de retirarse. Si lo entiendes, - con una expresión de estar asqueado – no deseo que vuelvas a entrar a la clase. Sabes, mejor si ni te vuelves aparecer en este lugar si deseas vivir – Uwer – Creo que se me será un poco difícil de cumplir con tal petición, aunque – con una sonrisa, mientras se resistía las ganas de dejarlo noqueado – me gustaría que ese deseo se volviera realidad – el compañero, ya arto, trato de acertarle un golpe y así dejarlo noqueado como símbolo de advertencia.

Pero, al estar a punto de darle, este lo esquivo y acercándose a su lado, susurro casi cerca su oído – No tengo tiempo como para perderlo en una ridícula pelea con alguien como tú – y se esfumo de repente sin dejar rastro. El compañero, viendo a los lados, pensó – ¿qué? ¿Qué acaba de pasar? – y luego grito – ¡YA VERAS CUANDO TE ENCUENTRE! – y se dirigió a la clase para poder practicar otro rato. Por otra parte, Uwer se encontraba ya cerca de la salida de la escuela y en dirección al trabajo. En su mente pasaba – qué bueno que no tuve que pelear. Si lo hiciera, estaría en graves problemas, unos muy graves – y su velocidad fue cada vez menor para no llamar más la atención de la que fuese necesaria.

Al llegar al trabajo, se dirigió al área de empleados para poder cambiarse e iniciar su trabajo. Mientras que todos los demás debían de estar al pendiente de concentrarse únicamente en mejorar en sus materias, él y su hermana debían de trabajar a tiempo parcial para poder mantenerse. Afortunadamente, mientras su hermana trabajaba en una cafetería, él se encontraba en un puesto de regalos. Por lo que debía de tratar de atender e intentar comprender lo que buscaban cada uno de los clientes, sobre todo cuando se trataba de detalles para alguna ocasión especial. Con el tiempo que ya llevaba en la tienda, se había vuelto muy hábil en tal puesto, sin mencionar que se encargaba de realizar algunas revisiones o mantenimiento de ciertos aparatos que traían a la a la tienda. Pero, cuando inicio a estudiar en "la selección G", estaba realmente estresado en pensar cómo conseguir otro trabajo si en este no le permitían continuar. Pero, como buen empleado que es y lo eficaz que demostró ser, en la tienda le permitieron seguir trabajando, ajustando los horarios para que estos no le molestaran con la escuela.

Mientras atendía algunos clientes, un compañero de trabajo se le acercó y le dijo, muy animadamente – veo que hoy estas trabajando igual de duro. Pero, dime ¿Qué tal en la escuela?, no sería bueno que te descuidaras en el estudio – una compañera, al escuchar la conversación, se asomó, aprovechando que aún no ingresaba otro cliente, y dijo – tienes razón, no sería bueno que para ti Uwer descuidarte en los estudios. Sé que a veces puede ser un poco irritante pero, si lo dejas pasar, te puedes arrepentir – Uwer – no creo que sea necesario arrepentirse por eso – en voz baja, casi como un susurro – sobre todo si es que fuiste obligado a estudiar en un lugar al que no querías ir y además amenazado para ello – los dos, que no lograron escuchar esto último –... –. Al entrar otro cliente, todos volvieron al trabajo inmediatamente.

En el trabajo parecía estar mejor que en la escuela, sin mencionar que ahí podía olvidarse de todos los problemas que le estaban generando en la escuela. Los maestro que cada vez le ponían hacer trabajos un poco más difícil con el fin de que fracasase y fuera expulsado por no poder con ello, lo cual no era nada bueno para ellos al ver que eran terminado bien a pesar que en alguno de estos ni siquiera ellos podían hacerlo.

Entre la falta de socialización y ser casi invisible, no le era una molestia. Esto se debía a que, mientras no le molestasen en el trabajo ni se convirtieran en un obstáculo para lo que el buscaba, no le interesaba lo demás. Pero, tampoco podía quedarse así sin llegar a pensar en nada más, lo que si le preocupaba un poco era que su hermana tratara de arreglar esta situación y luego terminase mal, y verla echándose la culpa no podría soportar tal cosa.

Por lo que, después del trabajo, decidió ir directamente a su cuarto y no encontrarse con ella por un tiempo, en su mente pasaba – no es que la esté evadiendo sino que trato de llegar a un mal final – como tratando de justificarse. Pero la verdad era otra, sobre todo que no sabía cómo responder cada vez que ella le preguntaba sobre cómo eran sus amigos y compañeros de clases. 



#12707 en Fantasía

En el texto hay: fantasia

Editado: 31.01.2021

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