Sin título

Tres

—Ya no lo dejo que sienta, me he prohibido sentir algo siquiera.

El Autor lo observó, sonrió de lado y abrió su pecho, metiendo luego su mano para sacarse de las entrañas el corazón que latía suavemente. Aquel ser parecía dejar este mundo por un momento, cosa que a su contrario le preocupó, pero que no duró mucho pues el Autor levantó a duras penas la cabeza y besó su propio órgano que lo mantenía vivo.

—...todo está en la mente, muchacho. Deja esas cosas de sentimentalismos a alguien más.

Volvió a poner todo en su lugar.
Alejandro trataba de entenderlo.



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En el texto hay: escritos, desconocido, escritos de dolor

Editado: 21.09.2023

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