Sin tu amor

Prologo

Como no me va a gustar, es el mejor cumpleaños de mi vida, y más por estar contigo- respondí yo, se acerco lentamente a mí, pego su frente contra mi pecho, subió y me dio un beso en el cuello, suspire, y cuando llego a mi oído, mordió provocativa mente mi oreja y susurro –Te amo-. Mi cuerpo lo recorrió un escalofrió de pies a cabeza mientras él seguía besando mi cuello y mis mejillas, yo suspiraba y en una de esas dije –Yo también Te amo- y lo bese en la boca, un beso apasionado ocupo el tiempo y después decidimos ir a dormir.

A la mañana siguiente despierto feliz de estar con el, busco algo que ponerme, ya que estaba sin nada totalmente, me doy cuenta de que esta afuera, limpiando la camioneta, me puse ropa interior, y me mente una de sus camisas, salí a darle los buenos días, me fije que había hecho el desayuno, todo estaba totalmente bien. Mis días con Alan en esa casa eran maravillosos, aunque a veces teníamos una que otra discusión pero arreglábamos todo de manera inmediata, me di cuenta que era el hombre perfecto, que tenia muchas suerte de haberlo conocido. 

Un día me despierto y el ya no esta en la cama, fui a la cocina porque ya que era temprano el probablemente no habría comido y pues yo quería prepararle algo de comer, veo por la ventana, que esta de nuevo con la camioneta,   pero de repente escucho el ruido de carros llegando, rápido fui a la puerta y veo que mi padre baja de uno de los carros, mi mandíbula se tenso, corrí a esconderme, pero el rápidamente me encontró,-creíste que me tomarías el pelo, no estas equivocada-dijo, seguidamente me agarro fuertemente por un brazo y me arrastro  hasta uno de los carros donde me dejo encerrada -déjame estar con el- le dije, -no estarás con nadie a partir de ahora- respondió de forma violenta. Junto con tres de sus trabajadores, fue hasta donde dos de ellos sujetaban a Alan para que no se escapara y mi padre con toda su fuerza lo golpeo en la cara, comencé a llorar y a gritar –No, no, no-, -papá no le hagas daño- pero era inútil, no me escuchaba. Lo golpeo como tres veces y dijo –te lo advertí- y cuando venía de regreso le dijo a sus trabajadores, -denle una lección al joven-, ellos comenzaron a golpearlo, el se subió al auto donde yo estaba, junto con uno de los que iba con él, encendió el auto y nos fuimos.




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