Sin tu amor

Capitulo 1. Él.

Eran gotas de lluvia, eran gotas de lluvia las que veía caer del cielo, desde la ventana de la habitación, solo con un recuerdo, solo con una ilusión, atrapada en mis últimos días de descanso en aquella gran casa, casa rodeada por hermosos arboles, un pastoral increíble, cultura muy exótica, llena de colores y emoción, pero, eran opadas por la bella lluvia, de esa tarde de mis lamentos

Pregunto, ¿por qué estaré de tal humor?, y por mi mente comenzaron a pasar el recuerdo todo lo que había vivido con Alan aquellos días, recuerdos que ahora solo quedaban en mi memoria. Al recordarlo me llenaba de felicidad de una extrema alegría, pero dentro de mi no cesaba la tristeza del saber que no lo volvería a ver. Lo nuestro estaba destinado a "no ser posible", ya me lo habían dicho muchos, pero ¿quiénes son ellos para afirmar eso?, llegue a decir, pero al final me di cuenta que tenían toda la razón.

Ahora bien, esta es mi historia, Me llamo Ema Abellán, Vivo en caracas, Venezuela, Junto con mis dos padres Emmanuel E. Abellán y Laura Sánchez, ambos hijos de españoles, los cuales se  mudaron aquí desde hace un buen tiempo, esos serian mis abuelos, Enmanuel Alejandro Abellán y Manuela Brizuela. En mi familia soy la menor de dos hermanos, esta mi hermano Leonardo Abellán, que tiene 20 y yo que tengo 18, recientemente cumplidos.

El porqué de mi tristeza, se debe de detallar en una buena historia, estoy triste porque gane algo que nunca pensé tener, algo que nunca me imagine que necesitaría tener, ya que, era una niña rica, consentida por mi padres, no me faltaba nada, hasta que encontré ese gran sentimiento, pero cruelmente lo perdí, lo perdí por descuido, por soberbia, por coraje, por orgullo, por miedo a luchar contra todo por eso. Acabo de graduarme, y espero el momento de comenzar mi carrera, por lo cual mi padre me ofreció la gran oportunidad de visitar una gran casa, que era de su propiedad, ubicada en una hacienda en el Estado Bolívar, Venezuela.

Sinceramente, aunque toda mi vida la había pasado en la gran ciudad, con esos edificios altos, las calles de asfaltos y el día a día, no quedaba nada mal salir por una vez de la zona de confort. Me gustaba la idea de estar al aire libre, conocer nuevas cosas, nuevas personas, tener nuevas experiencias.

Cuando al fin llegamos a la gran casa rodeada de grandes árboles, con un pastoral abundante, flores de todos los colores que hacían un arcoíris en mi mirada, en la entrada tenía un arco de ladrillos que había sido atrapado por un fino y delicado despliegues de enredaderas que formaban un bello diseño de tonos verdes, mas adelante un hermoso jardín con una hermosa fuente en medio, la cual tenía elementos bruscos que aportaban rudeza al bello y esplendoroso Jardín.

Mi papá, me señala mi habitación, y me doy cuenta que tiene una salida extra que da hacia el jardín trasero aparte de la puerta principal hacia adentro de la casa, sin duda alguna el detalle de esa puerta en esa habitación me pareció tentadora desde un principio, pero no le di la mera importancia. Poco a poco fui desempacando, me gustaba sentir el aire fresco que rozaba mis mejillas, y los dulces rayos del sol que entraban por mi ventana. Y de repente "toc, toc"-adelante- respondí, era una señora del servicio, para informarme que ya podía ir  a comer, que la comida ya estaba lista; debido a la hora que llegamos nos correspondía un almuerzo. Al llegar al comedor, estaba servido un exquisito plato de Torrenzos, que no son otra cosa sino tocino cortado en tiras gruesas frito en aceite hasta que queden dorados y crujientes. Son tan maravillosos que la UNESCO los considera patrimonio gastronómico de la humanidad.

Luego de comer, me dio curiosidad de expedicionar el gran terreno, caminar, observar, explorar, así que tome hacia el jardín trasero, y llegue hasta un establo, en donde tenían a una gran cantidad de caballos, más adelante, había ganado, vacas, ovejas. Observo detenidamente a los animales, en cuanto sale el sonido de un grito del establo, un grito como de frustración, asustada corrí desde donde supuse provenía el grito, obviamente, del establo, al llegar ahí, me asome sutilmente para averiguar qué pasaba, y ahí estaba, el, con esa figura esbelta, cabello largo, ojos sumamente bellos, bastante alto, de piel blanca, un poco más oscura que la mía, así como un tono canela claro, me observo, y rápidamente se quito el sombrero que traía puesto y dijo –señorita- con una voz grave, que enseguida me hizo estremecer. –No fue mi intención causar problemas- afirmo apenado

-Descuida, no hay problema- replique yo esbozando una sonrisa

El sonrió, y fue en ese momento cuando logre captar la imagen de la sonrisa mas esplendorosa que hubiese visto en mi vida. Nuestras miradas cruzaron y sentí de inmediato una química entre nosotros, el ambiente se torno diferente, había un estado de misterio, interés, curiosidad, estábamos solo él y yo, para mí todo quedo bloqueado, en frente de mi, solo estaba él, y a mi alrededor había una simple nada.

-No fue mi intención asustarla señorita, me disculpo otra vez por ser un autentico torpe- explico él con esmero

Dentro de mí surgía una emoción, inexplicable, pero tenía que disimular ese sentimiento, así que me dedique a guardar mi sonrisa y tome postura, y respondí –No ha pasado nada, todo está bien- dando así media vuelta y regresar a la casa. De regreso no pude evitar repasar lo sucedido en mi cabeza, y pensar que los rasgos que tenía ese muchacho, eran de gran agrado para mí mirar.




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