Síndrome de estocolmo

A.1.

Había algo en la forma de actuar de la cría que Mel decidió traerla hasta la casa para darla a cambio de mantener nuestras cabezas puestas.

No entendía por qué le importaba mantenernos a salvo.

En serio que no entendía una mierda.

*

— Hoy follo como perro en celo.

No miré a mi compañero designado.

Me importaba una mierda lo que hiciera. 

Pero seguía insistiendo en contarme sus cosas.

— ¿Qué harás hoy?

— No sé — respondí.

Lo escuché suspirar.

Hizo algo a mis espaldas mientras yo continuaba viendo The Simpsons.

— Diany dijo que prepararía algo bueno para la cena, ¿te vienes?

— No.

La puerta se cerró de un portazo.

Mis ojos de a poco se desviaban al cajón de la mesa de noche.

Volvían a la televisión.

Y se devolvían al cajón.

Como el día que Mel nos entregó la fotografía, volví a verla como un gilipollas.

Era guapa.

La quería follar.

Tragué saliva.

Ya me estaba poniendo duro.

Hasta que sentí la vibración del celular.

Era Mel.

Para cabrones yo. Vayan a buscar a la cría.

Victor no tardó en llegar.

Podíamos seguir en esa casa por la única razón de que Mel no estaba.

Pero ya sabía.

Y ahora íbamos a tener que ir.

— Menuda mierda en la que me metiste.

Victor rió.

— Deja de joder. Mientras más rápido más pronto podrás seguir siendo el que eras.

*

Había algo en la forma de actuar de la cría que Mel decidió traerla hasta la casa para darla a cambio de mantener nuestras cabezas puestas.

No entendía por qué le importaba mantenernos a salvo.

En serio que no entendía una mierda.

*

— Tú irás por ella, te esperaré en la carretera que lleva al bosque.

— ¿Por qué coño me mandas?

— ¿Por qué coño me mandas? — repitió con voz burlesca — No seas tan amargado, solo quiero que conduzcas y ya. No creo que te apuñale — rió como siempre hacía.

Le quité las llaves de la mano y monté el auto, lo llevé a la entrada de la casa y esperé a que la cría entrara.

— Buenos días.

Su voz sonó en el auto.

No miré atrás. 

*

Había algo en la forma de actuar de la cría que Mel decidió traerla hasta la casa para darla a cambio de mantener nuestras cabezas puestas.

No entendía por qué le importaba mantenernos a salvo.

En serio que no entendía una mierda.

 

 

 

 

 

 

 

 

Si por un milagro de la vida, estais siguiendo la historia, os quiero dar las gracias por leer las cosas que escribe este cabrón. Akashi agradecido =)




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.