Singledolls: la pareja perfecta

26. En la tarima

La discoteca ha bajado el volumen de la música, las luces multicolores que cuelgan sobre el escenario se mecen de un lado al otro. Algo está a punto de ser anunciado, algo muy importante para la humanidad, pero peligroso para los SingleDolls.

Todos nos levantamos del largo y confortable sofá de la zona vip para no perder de vista la amplia espalda de Pablo, el moreno sale de la zona VIP. Vemos que, sin ningún esfuerzo, se abre paso entre la multitud de personas que está frente al escenario, trepa un pie sobre la tarima y se sube en ella. Pablo se para frente al micrófono y empieza a darle golpecitos para comprobar si está en buen funcionamiento.

—¡Ey, buenas noches a todos! Espero y se estén divirtiendo al máximo —se escucha la voz animada de Pablo a través de todas las bocinas de la discoteca.

Yo, sintiéndome sumamente angustiada y sin importarme lo que este diciendo Pablo, volteo a ver a mi amiga, quien se encuentra parada a mi lado y con su atención sobre el escenario.

—¡Jaqueline, tenemos que irnos de aquí ya! —le exijo agarrándola del brazo.

—No, esperemos un poco —pide levantando la palma de su mano en señal de «alto».

—¡¿Qué?! ¿Acaso no entendiste lo que nos dijo? ¡Este tipo odia a los SingleDolls!

—Y por eso debemos quedarnos y escucharlo.

—¡No!

—Verónica, Jacky tiene razón, debemos saber qué es lo que está planeando. No podemos irnos sin conocer aquello a lo que podríamos enfrentarnos.

«Esto no puede ser cierto, parece que no lograré hacerles cambiar de opinión».

Todos caminan hacia la barandilla que está rodeando la zona VIP y vuelven a poner su atención sobre el escenario, en aquello que está diciendo Pablo.

—Esta noche vamos a deleitarnos con la increíble y alucinante voz de una artista artificial, creada para esto, con un don nada natural. Ya saben a lo que me refiero, ¿verdad?

Pablo se aleja del micrófono dando un par de pasos hacia atrás e inmediatamente las luces del escenario vuelve a oscurecerse. La silueta de Pablo se ve bajar de la tarima y, justo al lado de él, subiendo al escenario, se hace notar unas altas botas relucientes en pedrería plateada, es una mujer joven que luce un sexy y atrevido vestido oscuro junto con un cinturón que brilla igual que las botas; las luces caen sobre su cabellera larga, rubia y de mechones turquesas, tiene un rostro delicado y labio gruesos que están pintados con un labial verdoso. Es una artista con una inigualable belleza, tallada por los dioses de SingleDolls.

Poco a poco, el volumen de la música de fondo se va elevando, melodías originadas por instrumentos de cuerdas, suave y aliviador, mece este corazón recién agitado y le da calma. A estos sonidos le hace compañía una voz delicada y muy bien afinada, alcanza tonos altos en un suave lamento; ella es una cantante excepcional. De repente, ella levanta las manos al aire, llena de aire sus pulmones y suelta su voz cantando con romanticismo:

«Que la fantasía derrame en ti

las palabras que nunca van a existir

Para que solo nosotros podamos entender cuanto nos hemos amado

Porque pecamos y la manzana aún no había tentado

Porque aquella vez soñamos querernos, y aun la noche no sabía oscurecer el cielo

Y es que, después de aquello, se nos queda pequeña la palabra “eterno”».

El ambiente está inundado de pura fascinación, todos los espectados permanecen cayados mientras se deleitan con la increíble voz de esta mujer. Nos hace sentir como si frotara dulcemente las partes más sensibles de nuestras almas. Fácilmente podría detener el mundo solo con su canto.

La canción finaliza y la cantante queda parada frente al micrófono con sus manos en el pecho, mira hacia el público en espera de una ovación, pero nadie se inmuta en aplaudir, yo me quedo esperando que lo hagan, pero, por miedo a sobresalir entre los demás, no me atrevo a aplaudir, solo me quedo viendo como toda la discoteca se queda en silencio y como la cantante baja el rostro viéndose un poco avergonzada.

Seguido, las luces vuelven a aumentar su intensidad y Pablo vuelve a subir al escenario.

—Amigos, ella me ha costado mucho dinero —dice en son de burla y señalando a la hermosa cantante—… Sí, sí, lo sé. Sé que no debería estar malgastado mi dinero en estas cosas, pero es que sino ¿cómo les demuestro lo fácil que es desactivar a esta gran masa artificial?

Es ahora cuando las personas se animan a aplaudir, entre el bullicio de las personas se pueden escuchar frases de apoyo y aceptación, al parecer todos aquí sabían lo que pasaría aquí esta noche.

—¿De qué carajos está hablando ese tipo? —se pregunta Jonnathan. Su ceño está fruncido.

—La quiere matar —le responde Jaqueline en un tono lleno de preocupación.

—¡¿Ya mismo?! ¡¿Frente a todos?!

Jaqueline asiente a la pregunta de Jonathan.

Mientras en el escenario, Pablo estira un brazo y con él rodea los hombros de la cantante.

—Dime, Camila. Cuando sueñas por las noches, ¿eres consciente de que eres una SingleDolls o tus sueños te hacen sentir como si fueras una humana?

La cantante, que fue llamada por el nombre de Camila, mantiene su rostro agachado y su cuerpo rígido, ella está aterrada.

—Sueño con los recuerdos del día, y sí, en mis sueños me siento más viva, más humana, señor.

Pablo levanta sus brazos al aire como gesto de obviedad, dándole razón a los motivos que los mantiene aquí en el día de hoy.

—Ellos se sienten humanos, en cualquier momento (si es que ya no lo están pensando) empezarán a exigir recibir nuestros mismos derechos, a tener una libertad absoluta, una vida propia. Luego continuarán quitándonos el trabajo y, como son tan perfectos, no podremos hacerles competencias. Si permitimos que aquella compañía siga fabricándolos, entonces correremos el riesgo de que ellos sean la nueva raza dominante de nuestro planeta... Señores, ¡estos SingleDolls son peligrosos!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.