¿sinónimos o antónimos?

05| A La Deriva.

Capitulo 5: A la deriva.

Kylie.

Actuar. Algo que algunos consideran un sueño, pero para mí es una tortura. Muchas veces tengo que actuar, fingir que está todo bien, cuando la verdad es que esta todo mal, colocar en mi rostro la sonrisa más falsa que pueda hacer y decirle a los demás palabras amables y dulces, cuando por dentro me muero por decirle sus verdades a la cara.

Algo que me catalogaría como una hipócrita, hasta yo misma lo considero, pero no lo hago por ser doble cara, lo hago para no dejar en mal a mi familia y que me tilden como insolente o maleducada. No me importa lo que piensen los demás, pero las amistades de mi familia y a esta misma, le importa mucho.

Son muy pocas las personas a las que me puedo mostrar abiertamente, aunque sinceramente cada día que pasa, la cifra disminuye. Antes la persona en quien más confiaba, era mi hermano Kyle, pero lamentablemente se ha dejado influenciar por sus amigos.

Hay días en los que miento, más que en días normales, como por ejemplo hoy. Por la noche se festejara la gran fiesta de los Jones, irán personas importantes, socios de la familia, gente ricachona que lo único que hace es presumir, un claro ejemplo de ello: mis abuelos.

Tengo muy claro que soy parte del grupo de ricachones y niñitos nacidos en cuna de oro, pero a diferencia de otros, no me siento superior por ello, ni mucho menos presumo de las comodidades y lujos que me brindan mis padres. Estoy agradecida de lo que me han dado toda mi vida y nunca dejare de agradecerles.

En la fiesta de hoy, la abuela no dejara de presumir a su hijo y sus nietos con sus amigas, claramente yo no entro en la ecuación, dado que le avergüenza contarles a sus amigas que estoy estudiando para ser profesora de primaria y mi sueño es rendir en escuelas públicas.

Mientras Grisel quita de mi rostro, la quinta y última mascarilla del día, entra Isabel con un gran vestido que no me deja ver con detalles, sobre este deposita unos tacones tipo aguja, altísimos.

—Aquí te dejo lo que debes utilizar esta noche—dice antes de salir de la habitación.

Apenas me dijeron que Isa se encargaría de escoger la vestimenta de todos los integrantes de la familia, supe instantáneamente que la vestimenta no sería de mi estilo.

Grisel termina de quitar lo que quedaba de mascarilla, me aplica una crema hidratante, para luego comenzar a maquillar mi rostro con colores que según ella, combinaran con mi vestido.

Cuando acaba, le agradezco y luego observo como sale de mi cuarto, dejándome sola para que pueda cambiarme.

Camino hacia mi cama y observo el vestido, color vino tinto, cuello que dejará mis hombros al descubierto, ajustado en la parte de arriba y en la parte de abajo algunos pliegues dándole volumen.

Me quito el albornoz que estaba utilizando y me coloco el vestido con sumo cuidado de no arruinar mi peinado, coleta baja que deja algunos pelitos por fuera. Al tenerlo puesto, me doy cuenta que tiene un tajo muy pronunciado en mi pierna derecha, dejándola al descubierto.

Tomo los tacones y me dirijo hacia mi closet para sentarme en el banquillo que hay junto al espejo para poder colocarme los tacones y luego poder verme en el espejo.

Estoy terminando de colocarme los tacones, cuando escucho un ruido proveniente de la entrada de mi cuarto. Me asomo por el umbral de la puerta del closet y veo a mamá en medio de la habitación.

—Te ves preciosa—habla, caminado hacia mí.

Le regalo una sonrisa sincera y le animo a sentarse junto a mí. Noto que ya está maquillada y peinada, pero aun viste su bata de seda.

—Has estado un poco callada estos días ¿Estas bien? —me pregunta con preocupación.

Camille y David Sullivan no son el típico cliché de padres que se preocupan más de las empresas familiares y el dinero, que de sus hijos. Son todo lo contrario, siempre han estado presentes para nosotros. Se y pongo mis manos al fuego que si tuvieran que elegir entre el dinero y su familia, nos escogerían a nosotros.

Son padres atentos y cariñosos, pero todo cambia en presencia delos abuelos, no es que nos traten mal, eso nunca, solo que se preocupan demasiado en la opinión de ellos.

—He estado muy estresada debido a los exámenes—miento.

Hablamos unos minutos hasta que papá se asoma por la puerta y la apresura para ir a vestirse.

—Si te soy sincera—cuchichea mi madre—, no tengo tantos ánimos de ir.

Suelto una risita, ella se levanta de donde estaba sentada y me repara de pies a cabeza.

—Deberías colocarte medias, será una noche helada—es lo último que dice, antes de salir de mi cuarto.

Mamá es muy friolenta, siempre exagera sobre el clima. No creo que haga frio esta noche, por ende no me coloco las medias transparentes, además que ya tengo los tacones puestos.

Al principio me cuesta estabilizarme sobre los tacones, pero he utilizado muchos durante toda mi vida, así que podría decirse que ya es algo habitual en mi vida.

Cuando estoy lista, tomo el pequeño bolso que dejo Isabel, junto al vestido, guardo el labial que ocupo, por si tengo que retocarme y también guardo mi celular. Luego de esto salgo de mi cuarto, cruzo el pasillo y bajo las escaleras.

En el vestíbulo de la casa se encuentran mis hermanos y mis abuelos, todos perfectamente arreglados y teniendo una conversación entre ellos. Me integro en el círculo, para unirme a esta.

Antes de que pueda decir algo, Adam entra y anuncia que ya han llegado los choferes que nos llevarán a la fiesta, mis abuelos se disculpan y salen a darles instrucciones de lo que deben hacer esta noche.

Hoy en la mañana oí que dijeron que iríamos dos personas en un coche —Sin contar al chofer—, según yo es una idea absurda, caemos todos en un solo auto, pero según mi abuela e Isa, llegar todos en un mismo auto no sería una entrada memorable.




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