Capítulo 8:
Mike.
Esta mañana es muy distinta, comenzando por el despertar, por primera vez en años que no me despierta Valerio tirándose a mi cama. Esta vez me despiertan todos mis amigos, entrando todos a la habitación, pese a lo pequeña que es, debido a las tres camas y los muebles que tienen nuestras pertenencias.
Me reincorporo en la cama, mientras que Liam aprovechándose de la situación me lanza el agua que dejé por la noche junto a mi cama.
Escucho las risas escandalosas de mi grupo de amigos, y eso hace que mi poca paciencia se agote. Quito las sabanas que envuelven mis piernas haciendo que las risas de mis amigos disminuyen al ver mi cara de enfadado.
‹‹Que agradable despertar››
Alice y Zaira son más disimuladas con sus pequeñas risitas, en cambio, Liam y Flynn siguen soltando risas escandalosas que se vuelven más fuertes cuando ven mi cara de enfado.
Sé que muchas veces soy un cascarrabias, sobre todo con mis amigos que no desaprovechan ninguna oportunidad para hacerme enfadar. Mamá siempre dice que debería bajarle dos rayitas a mi mal temperamento y créanme que lo he intentado pero aún sigo sin tener resultados.
—Ve a bañarte—dice Liam cuando deja de reír—, Matt ha dicho que tu mamá te ha preparado un rico desayuno.
Hago un mohín afirmativo y camino hacia el mueble donde se encuentran las toallas. Mis amigos, sin la necesidad de decirles, salen de la habitación diciendo que me esperaran en la sala.
Esta vez debo llevar al baño la ropa, usualmente vengo a mi habitación envuelto con una toalla y escojo la ropa una vez bañado. Pero esta vez es diferente, ya que en la sala se encuentra con mis invitados.
Busco todo lo que necesito y camino hacia el baño. Abro la ducha para que se caliente un poco, mientras me desvisto.
Me ducho lo más rápido posible, cuando termino estiro mi brazo para alcanzar la toalla que se encontraba colgada en uno de los ganchos del baño. Seco mi cuerpo y me visto con una camiseta sencilla de color blanco y unos jeans negros.
Dejo la toalla y el pijama que usé por la noche en el cesto de la ropa sucia, noto que este está casi lleno, entonces, salgo del baño con este en mis manos para aprovechar de hacer la colada.
Al pasar por la sala notó que mis amigos están distribuidos en los sofás, mientras hablan sobre la nueva conquista de Zaira.
Cruzo la cocina hasta llegar a la esquina donde se encuentra la lavadora, separo la ropa e inicio la colada. En la encimera encuentro unos hot cake con la famosilla crema secreta de mamá, junto a esto hay una pequeña nota de mamá diciendo que quiso consentirme y que disfrutara con mis amigos.
Saco un vaso del mueble de la cocina, lo lleno con agua que tenemos guardada en el refrigerador, salgo de la cocina con el plato que contiene mi desayuno y el vaso con agua en mano.
Al llegar a la sala dejo el plato sobre la mesita de centro, le ofrezco a mis amigos pero estos niegan diciendo que ya han desayunado en sus casas.
—Entonces ¿tienes nuevo novio? —digo dirigiéndome hacia Zaira.
Ella, en respuesta, suelta una risa, antes de decir:
—Por ahora no es mi novio, pero quizás pronto lo sea—se encoge de hombros con una mueca divertida— ¿Quién sabe?
Como en casi todas las salidas que hacemos, Liam no desaprovecha la oportunidad para molestarla.
—Creo que deberíamos comenzar a cobrarle dinero a Zaira, por cada vez que diga eso —ríe Liam, seguido por Alice.
Ruedo los ojos por el comentario de Liam, seguido de esto intento alcanzar el tenedor para comer mi desayuno, pero noto que no he traído. Por ende, me levanto y camino hacia la cocina a paso apresurado, para no perderme nada de la conversación de mis amigos.
Abro uno de los cajones de la cocina, saco un tenedor y esta vez con más calma, vuelvo a la sala sentándome en el mismo sofá que antes, enfrente de Zaira y Flynn.
—Esta vez es diferente —replica Zaira, tomándose con humor la situación.
Algo típico en ella.
Con el tenedor corto un pedazo de uno de los hot cakes y me lo llevo a la boca.
—Algo me dice que intentas auto convencerte —canturrea Alice.
Flynn niega con la cabeza, rodea los hombros de Zaira con uno de sus brazos, acercando su cuerpo al de él.
—Yo confío en lo que dice Zaira—dice dándole un sonoro beso en la mejilla.
Sigo comiendo mientras escucho en silencio la conversación que tienen, casi siempre somos así, nos molestamos entre nosotros pero todos sabemos que solo es una simple broma, al principio si hubo muchos roces, pero con el paso del tiempo ya es costumbre y no nos lo tomamos en serio.
— ¿Y tú qué opinas, Mike? —pregunta Liam, sacando un dulce de los muchos que hay en un recipiente que solo algunas veces se encuentra repleto de dulces.
—Creo que deberías dejarme desayunar tranquilo—digo con tono burlón—, al igual que deberías dejar de burlarte de Zaira.
Hago un movimiento con la cabeza, señalando a mi amiga que se encuentra en el sofá de enfrente.
—Solo estábamos bromeando —habla Alice, levantando sus manos en señal de rendición.
—Es verdad, ¿acaso en tu mini-desaparición te cambiaron el chip? —pregunta Zaira, cambiando la situación para que ahora sea yo el blanco de las bromas.
— ¡Eso sería genial! —Exclama Flynn — ¿Se imaginan a Mike dejando de ser la reencarnación del demonio de Tasmania?
Todos sueltan risas, como llevan haciéndolo desde que llegaron, riéndose de lo que ha dicho Flynn. Acostumbrado a que hagan bromas sobre mi mal temperamento, tomo el plato que contenía mi desayuno y lo llevo hasta la cocina.
Al llegar a esta veo un poco de trastes sucios que hay que lavar, y sin pensarlo los lavo sonriendo de vez en cuando al escuchar las boberías que dicen mis amigos.