Los pasillos de la escuela nunca me han resultado más asfixiantes, los miles de alumnos que van y vienen me hacen sentir ahogada y eso que no sufro de claustrofobia. La caseta del baile escolar esta puesta justo en la entrada, hay una fila de chicas tratando de entrar en la lista de las candidatas al baile.
Los pósters sobre los nuevos clubes ya están puestos alrededor de toda la escuela, pienso unirme al club de Arte con el profesor Parker. Me dirijo al salón de clases, cuando entro no me sorprende ni un poco el hecho de estar vacío, siempre soy la primera en llegar. Un repentino frío me invade y tomo la chaqueta negra amarrada en mi cintura y me la pongo, me pongo también la capucha y apoyo ambos brazos en la mesa y descanso mi cabeza sobre estos, aún falta muchísimo para la próxima clase.
Mi tranquila paz en el salón se desvanece al momento que escucho como la puerta es abierta de golpe y escuchos murmullos y risas, mi cabeza sigue abajo así que no sé de quienes se trata así que lentamente alzo un poco, solo un poco la capucha y mi corazón se rompe en mil pedazos.
Era Shawn.
Estaba besando, acariciando y complaciendo a Vanessa Quinn sobre el escritorio del profesor Smith, aun no se como no se han dado cuenta de mi presencia en el salón. Mis piernas tiemblan pero esta vez es por una sensación diferente, aprieto mis puños y tomo aire.
Quisiera decir que hice algo que llamo su atención, que los separe o que de repente se dieron cuenta de mi presencia, pero no fue así. La profesora Mildred irrumpió en el salón sorprendiendo a ambos en el acto, Shawn se excusaba mientras Vanessa soltaba sollozos.
Hasta que la vista de Shawn repara en mi, no puede verme gracias a la capucha pero ahora sabe que estaba presente en su travesura.
Lo odiaba, odiaba a Shawn.
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—¡Shawn!. —Me despierto de golpe y Liseth al igual que yo se levanta en la cama asustada. Mi pecho sube y baja.
Liseth me lanza una almohada la cual no puedo esquivar y aterriza sobre mi rostro.
—¡Eres horribles Lileth!. —Grita Liseth bajando de golpe en la cama y corre al baño cerrando la puerta de un portazo.
Entierro mis manos en mi cabello y suelto un suspiro ahogado, solo fue un mal sueño, pero se sintió tan real, de repente lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas. La puerta de la habitación es abierta y mamá entra preocupada.
—Escuche gritos ¿Que ocurre?. —Mamá nota mi aspecto asustado y no duda en acercarse y sentarse en la cama. — Lileth, cariño ¿Que te pasa?. —Limpia una de mis lágrimas y me abraza. — Díselo a mamá cariño.
—Mamá tengo miedo. —Digo sollozando. — Tengo mucho miedo de que me hagan daño, creo que si confío me dañarán mamá. Mamá ¿No puedo volver a ser una niña?. —Pido mientras más lágrimas caen y ella me aprieta más fuerte.
—Oh cariño... Quisiera que fueras una niña para siempre. —Dice de manera dulce mi mamá. — No puedo decir que siempre te voy a proteger porque sé que algún día crecerás y quizá dejes esta casa. —Empiezo a negar con la cabeza pero mamá solo asiente. — Enamorarse es hermoso mi niña, cuando te ocurra lo sabrás. Habrá quien te haga sufrir y quien te haga reír, pero eres una mujer fuerte que puede levantarse a pesar de todo, tienes fortaleza y eres única, cuando en media batalla no sepas que hacer simplemente recuerda quien eres y lo sabrás. —Termina y yo solo sigo llorando y más ante sus palabras.
—Gracias mamá.
—De nada cariño, mamá siempre estará aquí. —Por su tono de voz puedo ver que también está llorando. — Ahora vístete para ir a la escuela, haré tostadas.
Asiento con una sonrisa y la abrazo, a pesar de todo ahí estaba mamá.
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El timbre sonó varias veces, termino de comer mis tostadas y le sonrió a Liseth y a mamá para tomar mi bolso y abrir la puerta para encontrarme a Shawn.
Solo que no era Shawn.
Era Harry.
—Harry... —No oculto ni un poco la desilusión al verlo en la entrada. — ¿Qué haces aquí?.
—Hola a ti también. Vamos juntos a la escuela. —Me recuerda con ironía.
—Oh cierto. —Salgo de casa y empiezo a caminar en dirección a la escuela con Harry detrás de mí.
—¿Peleaste con tu novio?. —Su pregunta me hace frenar en seco y encararlo.
—Eso no te incumbe, no seas metiche. —Digo mientras cruzo la calle cerciorandome de que no pasen autos.
—Entonces no tienes novio. —Asume y yo solo ruedo los ojos. — Y por tu silencio veo que es así.
Harry habla durante todo el camino a la escuela y me encargo difícilmente de ignorarlo. Apenas veo la escuela siento mi rostro iluminarse y unas grandes ganas de cantar victoria. Entramos a la escuela y busco con la mirada a Shawn, frunzo el ceño cuando empiezo a caminar en su búsqueda y oigo pasos detrás de mí.
—¿Por qué me sigues?. —Inquiero dando un giro haciendo que su cuerpo choque con el mio.
—Te recuerdo que no conozco a nadie de esta escuela ¿A donde iré?. —Dice obvio. — Lo bueno de todo esto es que tenemos todas las clases juntos. —Dice y creo que mi molestia lo hace feliz.
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Editado: 22.02.2019