Todavia veo su abrazo. Como la alzaba por los aires. Su mirada gris por encima de su hombro. Mis pies adoloridos caminando mientras la lluvia caia por mi cuerpo. Todo se vuelve borroso hasta que logro abrir los ojos y ver que sigo en mi cama.
La alarma comienza a sonar y me tapo con las frazadas. Estiro mi mano, agarro mi celular y la apago. Me levanto y me cambio. Desayundo como todas las mañanas con mi papa mientras vemos el noticiero y observo los detalles de su tierno rostro. Pienso en cuando le diga que no tengo sueldo, que no podre comprar sus medicamentos, que no podremos pagar la casa, el agua, la luz, el gas, todo lo que necesitamos se ira. Calculo el dia que nos llegara la cuota, el dia que nos llegara la advertencia y el dia que nos quedemos sin luz y, tal vez, sin casa. Me imagino a mi papa recostado en el sucio piso de la calle.
-Ey... -Susurra él extendiendo su mano hacia mi. -¿Que pasa, hija? -Pregunta muy preocupado. Una lagrima cayo sobre mi mejilla sin darme cuenta. La seco con la mano.
-Nada, nada. Es que... estoy algo cansada. -Desde mi entrega de diplomas, hace una semana, empece a hacer horas extras en el restaurante para pagar mas rapido mi falsa deuda.
-Lo se, volvieste tarde a casa. ¿Porque haces horas extra? -Me quedo callada, no se que excusa decirle.
-Yo... -Miro el reloj plateado en mi muñeca. -Llegare tarde si no salgo ahora. -Me levanto, lo saludo con un beso y salgo por la puerta.
Viajo en colectivo hasta llegar al restaurante. A unos metros de la salida de emergencias trasera veo a Vicky con su pelo negro hasta los hombros y su tipica ropa oscura bajar de su moto del mismo color, se saca el casco y con una cadena la deja junto a un palo curbo de hierro cerca de la puerta de emergencias, luego entra con su egocentrio caminar. Espero unos segundo y entro. La veo salir del baño apenas cruzo la puerta, su mirada parece clavarse con malisia en mi hasta que se da la vuelta y se va.
Mi primer turno termina antes de lo que imagine. Agarro mi mochila del casillero donde la deje y camino hacia el pequeño parque que mas cerca esta. Quiero salir de ese lugar anque sea por solo una hora. A la media hora, Elian se suma a mi y hablamos sobre nuestro horroroso trabajo, lo cruel que es nuestro jefe, lo contenta que estoy por terminar al fin la secundara, que hare luego, su novio, nuestras relaciones amorosas y animadamente me prgunta si tengo novio. La respuesta es no y se hace el soprendido.
-¿Como es el chico que te gusta? -Dice como si fuera obvio mientras le da un mordisco a su sanguche.
-¿Porque tiene que haber un chico?
-Bueno. La chica.
-No soy lesbiana, Elian.
-Entonces debe haber un chico que te guste. -Se queda viendome, esperando que conteste. -Vamos. Dicime como es por lo menos.
-Ya no me gusta. -Afirmo muy segura. Pero sus ojos no se despegan de mi. Sabe que eso me pone incomoda. -¡Bien! Es rubio, alto y con unos hermosos ojos grises.
-¡Wow! Los eliges muy lindo eh. -Ambos reimos pero no deja de mirarme, quiere que le cuente mas. Le hablo sobre sus pasiones: El futbol, la guitarra y sus intentos sin exito de dibujar. Tambien le hablo sobre su novia manipuladora y termino con el inseperado compromiso.
-Creo que te sige gustando. -Paso mis manos por mi rostro y lo miro exagerando mi tristeza.
-Se va a casar. No sabe que existo. Yo no deberia pensar en él. No deberia ni estar hablando de él. -Hace mas de una semana que fue nuestra entrega de diplomas y aún no lograba sacarlo de mente.
Elian hace una muca con su boca, nos miramos con la misma cara triste hasta que nos quebramos y comenzamos a reir.
Volvemos al trabajo. Anotando, preparando y entregando pedidos. Por un momento observo la mesa 8 junto a la ventana y recuerdo a la mujer llorando desconsolada, me veo consolandola. Desde ese dia no volvi a verla. Me pregunto que estara haciendo en este momento y la imagino volviendo a los brazos de esehombre o viviendo sola en una inmensa casa, tal vez criando a un hijo soltera. La verdad era que no podia sacar conclusiones, solo espero que este bien.
Mi segundo turno termina tarde como siempre. En el colectivo con Elian vemos subir a un chico morocho de pelo largo y ojos marrones. Me susurra con disimulo que le parece lindo y al segundo siguiente le esta pegando en el trasero. Él chico se da vuelt, lo mira serio y luego le sonrie.
-Hola, amor. -Dice mirando a Elian y se dan un corto beso. Sus ojos se conectan como si se conocieran de toda la vida hasta que mi amigo se percata de que estoy junto a él.
-Amor, ella es Camila, la sexy mesera de la que te hablaba. -Ambos rien y me pongo roja. -Cami, él es mi novio Dani.
-Hola. -Lo saludo timida.
En el colectivo los tres charlamos. Es facil hablar con ellos. Elian y Dani hacen una buena pareja. Ambos son divertidos y tienen esa mirada de enamorados cada vez que sus ojos se cruzan, cada que vez que Elian lo mira o al revez. Deseo algun dia poder tener una relacion tan feliz como la de ellos. No me sorprenderia que sigan juntos en un par de años.
Los primeros en bajar son ellos. Luego llego a mi casa agotada. Mi papá como siempre tiene algo de comer preparado. Ceno y voy a acostarme. Me lanzo sobre la cama como si fuera un peso liviano pero se escucha un ligero crack de las madera que me recuerda el ejercicio que jamas hice. No le doy importancia y me sumergo en el mundo de los sueños.
Estoy parada frenta a una enorme ventana polarisada. No logro ver nada, sin embargo, al acercarme y encerrar con mis manos mis ojos y apoyarlos en el vidrio, logro distinguir dos figuras. Es una pareja pero no veo sus rostros. El vidrio comienza a romperse. A medida que los pedazos se van desprendiedno la pareja se va separando. Poco a poco el vidrio desaparece, igual que la pareja.