Síntomas de mí

IV - De pequeño tuve miedo.



- ¿Me estabas llamando? ¿te has decidido ya? ¿puedo saber tu elección? ¿te aventurarás en una agotadora e inútil búsqueda con el seguro fracasado intento de encontrar a Ev, o simplemente regresarás conmigo a reconquistar la gloria de nuestros días? ...conociéndonos no nos será tan difícil de alcanzarla, no veo la hora de hacerlo, pero lo que más anhelo es el disfrute y goce del proceso en el que la alcanzaremos. 

- Yo y mi arrogancia, mi perturbada arrogancia, ¿será que puedes ser capaz de escucharte a ti mismo? ¿cómo no puedes darte cuenta de lo que está sucediendo a tu alrededor? ¿cómo no eres capaz de darte cuenta? míralo por ti mismo, detente un instante a observar el lugar que estamos habitando. Al llegar aquí, en mi confundida desesperación, le escribí una carta de lo más disparatada e mi Ev en la que desvariaba en todo lo que le dije, en cada una de las palabras que le escribí, pero algo tenía muy claro, lo daba por seguro, y era que, si tenía tan solo un chance de regresar al comienzo, antes de tomar la decisión que nos condujo hasta aquí, jamás nos permitiría volver a terminar así. ¿y qué crees? ¿dónde estoy? ¿dónde estamos? ni tú ni yo pudimos cumplir esa promesa, ¿acaso eres tan ignorante que no lo puedes ver? la verdad es que no esperaba otra cosa de mí, y cuando digo de mí también estoy queriendo decir de ti. Mira detenidamente a tu alrededor, no es la primera vez que nos encontramos en esta situación, tampoco la segunda ni la tercera, y la verdad no logro tener idea de cuántas puedan haber sido, tú al igual que yo debes tener la sensación de haber pasado ya por esto. ¡No te atrevas a decir que no! 

- Tonterías, regresa conmigo, no consigo ver másque el reflejo de tu desesperación, solo intentas engañarme para escapar de mí, pero te lo digo desde ahora: no te será tan fácil, recuerda que soy parte de ti y conozco cómo piensas.Estoy totalmente convencido de que si regresamos juntos como un solo ser, no nos volveremos a encontrar en este punto en el que estamos, eso si es que es cierto todo lo que me cuentas¿o es que ya no recuerdas que nada nos es imposible?, siendo así ¿de qué manera podríamos acabar una vez más aquí cuando todo puede estar a nuestro alcance? incluso el poder para evitar terminar en este al que llamas: maldito lugar. 

- Tienes razón, nada nos era imposible ¿acaso sabes por quépodíamos lograrlo todo? no lo creo, jamás lo conté a nadie más que a una sola persona y tú ni siquiera te acercas a ser eso, ¿tienes idea del precio que tuve que pagar por convertirme en quien tú dices ser? ¿Lo sabes? ¿cómo fue que por primera vez me convertí en quien eres hoy? es demasiada ironía, no me cabe la menor duda que en primer lugar quien nos haya traído hasta aquí fuese sido yo tras convertirme en ti. 

- ¿Cómo te atreves a decir tantas estupideces? estamos aquí por tu frustrante debilidad, eres un incompetente, mira lo que has logrado por querer alimentar los ridículos sentimientos que te provoca esa a la que llamas Ev. 

- Oh, querido amigo mío, sentimiento, conciencia, debilidad, confianza, eso es lo único real que nos puede mover a todos ¿acaso atesoras alguna de estas cosas? 

- Ridículos, todos son ridículos, ¿cómo yo podría padecer tan semejante mal? 

- Conoces lo que es odio, rencor, genio, rabia, ira, oscuridad, ansias de más, de mucho más. 

- Todo lo que me alimenta. 

- ¿Y el vacío? ese infinito vacío que ya debes estar sintiendo, no me lo puedes negar, recuerda que somos el mismo y nadie te comprende mejor que yo, la verdad: comienzo a sentir lástima de ti, ¿acaso sabes cómo llenar ese horroroso vacío que apenas logras sentir, ese que aun pequeño en ti pareciera que no tiene fin? seguro no tienes ni idea de lo que es. 

- Ya encontraré el modo, debe haber alguna forma, alguna manera, igual creo que es algo con lo que pudiera vivir, nada de qué preocuparse. 

- Pobre, eres como un niño pequeño que, a su másmínimo antojo, da una perreta creyendo que con ella solucionará todos sus problemas. Tranquilo, te puedo comprender, he sido yo el que ha estado en tu lugar y una vez más estoy seguro de que eras tú quien necesitaba la llegada de Ev a tu vida. Yo, yo en un principio solo te necesitaba a ti, pero ni tú ni yo volvimos realmente a ser hasta encontrarla a ella, permíteme explicar quiénes realmente somos, despójate de toda rabia y enojo, observa bien dentro de mí, comprende quién eres realmente, cómo surgiste, y entenderás de la necesidad de Ev, nuestra necesaria e imprescindible Ev. 



   Miedo, siempre tuve mucho miedo, incluso antes de nacer, miedo a ser alguien distinto al que no pudiesen comprender. Comencemos por nuestra niñez, niñez que no fue nuestra, en ese entonces aun no existías, así que solo me perteneció a mí. ¿Qué te puedo decir?, era muy común y parecido al resto de los niños, no padecía ningún tipo de enfermedad o discapacidad y jamás me faltó el calor de un hogar, sin embargo eso no hizo que perdiera el miedo que me acompañaba a todas partes, a cada lugar que fuera, en todo momento, no importaba si era de día o de noche, si estaba solo o acompañado, el caso es que siempre buscaba refugio en cada una de las personas que conocía, no era un problema porque solo me rodeaba de quienes me amaban, y aunque siempre me consolaron, eran incapaces de comprender lo que me ocurría, y como solo era un pequeño niño, no le daban tanta importancia, o simplemente no lo querían ver, la verdad no lo sé, los adultos también tienen sus propios problemas, algo que a esa edad no somos capaces de entender, quizás pasaron por alto los míos, ¿quién se preocuparía por ese tipo de problemas en un niño? Atendían mis necesidades básicas, un hogar, alimento, amor y cariño, preocuparse por mis temores a esa temprana edad no era algo que debieran hacer por mí... igual, ¿cómo se iban a preocupar por algo de lo que ni yo era capaz de comprender? ¿cómo podría explicárselo a ellos? Me relacionaba poco con otros niños como yo, bueno, no creo que relacionarme sea la palabra correcta, tampoco creo que esos otros niños fueran como yo, el caso es que llegué a interactuar con algunos, ¡qué remedio!, a pesar de mis miedos y mi ya temprana controvertida forma de pensar, no tuve otra opción que hacerlo. ¿Cómo puede ser normal un niño que no es capaz de relacionarse con el resto de sus semejantes? ¡creía! A pesar de no ser igual a ellos, los imitaba todo el tiempo, pensando que así pasaría inadvertido entre ellos y podría ocultarme a la vez de mis miedos, esos miedos que por más que intentaba desterrar de mi día a día, no dejaban de permanecer junto a mí, acechándome en todo momento. Vivía aterrado en mi propia casa, el lugar donde encontraba el confort y las personas que pretendían comprenderme, ¿qué opciones tenían? De una forma u otra era su deber… y en el exterior, ese lugar donde no compartía ningún tipo de lazo con nadie ni tenia quien me protegiera, vivía aterrado también. Así fue pasando el tiempo, pero mi condición no mejoró mucho, eso por no decir que nada, seguía siendo un niño, y ya no uno pequeño. Se suponía que debía empezar a valerme por mí mismo en ciertos aspectos de la vida, de acuerdo con mi edad, pero no era así, por más que lo intentara no lograba conseguirlo y comenzaba a sentirme como una carga muy pesada para aquellas personas que tanto me querían: una y otra vez a escondidas los escuché quejarse de mí, no lo hacían en mi presencia pero lo hacían, en tono que para los oídos no eran nada agradables, se quejaban y se preguntaban que por qué no podía ser como el resto, como todos los demás, y no eran solo ellos los que se preguntaban eso, yo también lo hacía todo el tiempo, y era incapaz de poder darme una respuesta, ¿qué más hubiera querido yo? ¿Y tú qué crees? ¿piensas que esto me era de alguna ayuda?, pues no, todo lo contrario, fueron esos disimulados susurros los que sonaron tan fuerte en mi persona que hicieron despertar la gula de esos, misilegales miedos, los cuales se intensificaban con gran ferocidad desde ese momento, y yo que no quería aumentar el peso de mi carga, sencillamente todo me lo guardé para mí, los encerré en una gruesa bolsa y los eché sobre mi espalda, quizás en ese momento fue cuando comencé a crear las condiciones para plantar la semilla de tu ser. 


- Entonces eso es lo que estaba destinado a ser: un refugio para ti, ¿solo fui la coraza de un débil y miedoso niño incapaz de hacerle frente a sus problemas? 

- ¿¬¬Por quién me tomas?, que sintiera miedo no significaba que fuera débil, mi miedo no era a causa de ningún tipo de materia existencial, ni siquiera sabía de dónde provenía lo que a cada instante me acechaba. Mi miedo era por no saber qué era aquello que lo hacía, por no saber dónde estaba y sentirlo en todas partes. Un lugar, algo que solo tenía un fin: atormentarme en todo momento. Entonces, casi al borde de ser sofocado por todos y cada uno de mis pesares, la conocí.  

- ¿A quién? ¿A Ev? tuviste que pasar algo por alto, ¿dónde quedo yo en toda esa inútil historia? 

- ¿Cómo podría ser Ev? ¿Será que puedes mostrar algo de paciencia?... ya, lo olvidaba, ni siquiera eso tienes. No interrumpas más. Solo escucha y presta atención a nuestra historia que por el momento aún sigue siendo solo mía. ¿Dónde nos quedamos? ah, sí, cuando esa pequeña…Fue hace tanto tiempo que ni siquiera recuerdo su nombre, ¿en qué momento fue que lo olvidé? ¿Cómo puedo no recordar el nombre de la persona que creoque fue la primera con la que realmente creí sentirme comprendido? En muchos aspectos era como yo, pero solo en uno centraba toda mi atención. Ella a primera vista parecía ser normal, común, aparentemente como el resto de nosotros, cuando en realidad era todo lo contrario, solo eso me bastó para querer conocerla. Hasta ese momento creía ser el único en mi clase. No sabes cuánto alivio me dio cruzármela en mi camino, no antes ni después, en el justo momento que lo necesitaba. Aun no sé con seguridad cómo nos descubrimos el uno al otro, sin apenas conocernos nos identificamos con la más sencilla fugas de las miradas, nos bastó un simple gesto para identificarnos, como si formáramos parte de una misma especie, o al menos eso creí yo.  
Tras largos y repetidos encuentros, pude confirmar lo que temía, pues sí, éramos totalmente diferentes a todos, pero todavía más diferentes éramos el uno del otro. A diferencia de mí, ella sí tenía el completo conocimiento de otro lugar, un lugar como el mío, aquel que causaba mis miedos, y hacía acto de presencia sin apenas hacerse presente, ese que me acechaba en todo momento, y me envolvía dentro de él dejando escapar unos débiles fragmentos de lo que parecieran ser susurros, los que solo era capaz de percibir en los momentos que más entretenido estaba, como si quisiera decirme algo e interactuar conmigo, pero impidiendo a la vez que fuera consciente de ello. Digo como el mío, por ser tan extravagante, confuso, incomprendido e ilógico para aquellos que no fuésemos nosotros mismos, pero por desgracia no era el mismo. Solo éramos similares por ese pequeño detalle: teníamos el conocimiento de algo másallá de la comprensión que en la mayoría de los detalles eran totalmente lo opuesto, como el blanco y el negro, el frío y el calor, el agua y el aceite, lo resumiría mejor diciendo que éramos como el bien y el mal, la generosidad desmedida y el egoísmo absoluto. Ella describía su sitio como un lugar especial donde solo sucedían cosas buenas, en cambio aquel que me acechaba era definitivamente lo opuesto, ¿cómo podría ser bueno algo si solo se dedicaba a atormentarme desde antes de mi nacimiento? Así que puse todo mi enfoque en saber más sobre el Oxiara. Así era como lo llamaba ella, un lugar donde no existía ningún tipo de perturbación, siempre se encontraba en total armonía, lleno de gozo y felicidad, abundante en todo tipo de cosas bellas, donde jamás  se sufría o se pasaba ningún tipo de dolor, pena o sufrimiento, y mucho menos pensar en la posibilidad de llegar a sentir la más mínima pizca o sensación de miedo, aquel que llevaba persiguiendo toda mi vida desde el preciso instante en que me comencé a formar dentrodel vientre de esa mujer a la cual nunca conocí, esa que solo supo darme a luz, así fue cómo surgió esa gran duda en mi cabeza. Si el Oxiara era tan divino y estaba a su alcance, ¿por qué seguía atada a una vida llena de apariencia, donde debía crearse cada día al levantarse un personaje y vestir con él su piel para poder mezclarse entre los demás? ¿Y qué crees?, no era una opción para ella, para poder llegar a Oxiara solo conocía un camino y parecía ser él único, solo uno, y para poder transitarlo debía quitarse la vida. ¡Y sí!, ella era diferente, tenía que aparentar todo el tiempo a menos que se encontrara conmigo, conmigo solo era ella, a diferencia de mí no representaba una carga absolutamente para nadie, y prefería seguir viviendo a alcanzar el Oxiara, ya que una vez que llegase a él no podría regresar. Era un viaje solo de ida, sin regreso, y para algunos, esos que no eran dignos de este lugar, no eran bienvenidos y sus puertas no les eran abiertas. No estaba preparada para dejar atrás todo lo que ya conocía, siendo tan solo una niña sin tener la completa certeza de que la dejaran pasar, siendo solo una niña que no había vivido prácticamente nada. Esa fue la última vez que la vi, jamás supe de esa persona que tanta similitud tenía conmigo, y aunque no aclaró mis dudas, me mostró un camino a transitar hacia un lugar donde no me acorralarían más los miedos que me acechaban hasta ese entonces.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.