Siren

Conversación

Al final encontraron una pequeña laguna salada, los gemelos se metieron en el agua, provocando que su aspecto tornara al original; si bien los Shadowhunter sólo atinaron a ver el destello de las colas, pues ambos se mantuvieron en el fondo y cuando se reunieron con ellos ya se encontraban fuera del agua, habiendo recuperado las piernas y portaban las túnicas que les cubrían la piel cuando estaban fuera.

 Continuaron la marcha accediendo a ir por los caminos que se hallaban próximos a las zonas de agua, ríos, lagos y lagunas. Las vistas para Benedict fueron perfectas y pudo pasar tiempo con la princesa. 

Para Percival un tormento pues alargaba los días de viaje y con eso, tener que hacer frente a la peculiar tortura que eran sus sentimientos no correspondidos hacia el príncipe, o eso creía él. 

Al caer la noche los ánimos no mejoraron para ninguno, decidieron parar antes de que el sol se terminara de ocultar sumiéndoles en la oscuridad. 

Los nefilim prepararon el fuego y la tienda para dormir, mientras los gemelos buscaban comida en un río próximo. La acción permitió que Ben captara la belleza de Aine; como su cola destellaba con los últimos rayos de sol, grabándose la imagen en su cabeza, absorto también en cómo el cabello parecía no verse afectado por el agua, sino que mantenía el volumen perfecto tanto dentro como fuera, dándole un aspecto angelical. 

Cuando encontraron la cantidad propicia para alimentarse los cuatro, se reunieron en torno al fuego, que mantenían caliente a los Shadowhunter junto con las runas que les permitían guardar el calor corporal. Los rubios se mantenían prudencialmente alejados del calor y las llamas, mientras comían su cena.

 -¿No podéis esperar a que esté cocinado? –comentó asqueado Percival al verles comer cruda su cena. 

-Nosotros comemos así, nefilim. Si tienes algún problema, mañana te buscas tu propia cena- gruñó Aedus.

 -Sólo digo que por respeto podíais cocinarlo... 

-¿Cómo sugieres que hagamos eso en el mar, nefilim? Esto no es el absurdo cuento de sirenas mundano, no hay fuego en el mar. 

La tensión entre ambos era más que palpable y por mucho que sus acompañantes quisieron hablar, no les correspondía a ellos explicar los motivos ante esa situación; sólo les quedaba intentar suavizar todo lo posible y desear acabar la misión con rapidez. 

-Será mejor que descansemos...-intervino Benedict- Nosotros haremos guardia, ¿deseáis dormir en la tienda, sus majestades? 

-Es muy amable, Benedict –se aventuró Aine a ser más cordial; el nefilim le caía en gracia, era simpático y respetuoso, la había ayudado durante todo el camino por los complicados tramos – Pero no hace falta, mi hermano y yo descansaremos en el lago, nos ayudará a recuperar las fuerzas para la mañana. 

Tras terminar de cenar los hijos del mar se introdujeron en la laguna,mientras los Shadowhunter recogían y se preparaban para pasar la noche

-Descansa tú, haré el primer turno –masculló molesto Benedict. 

-¿Ahora qué te pasa? 

-¿Qué me pasa? ¿Qué te pasa a ti, Percival? No te reconozco, eres lo más parecido que hay a Jace Herondale; todos los seres del submundo,mundano y nefilim caen a tus pies, en cambio ahora eres un perfecto gilipollas con, nada más y nada menos, los futuros monarcas de los hijos del mar. 

-Y tú te pareces a Alexander Lightwood, siempre tan recto, tan prudente–le molestó, devolviendo el pique- ¿Te haces una idea del suplicio que implica para mí esta misión? Estar cerca de él, verle, querer hablar... 

-Pues háblale sin más, Percival, es un tritón, no un demonio de Edom–expuso Ben.

 -¡Estás loco! ¡No es tan fácil, Ben! 

-Es más fácil de lo que te crees Percival, de verdad, pasas demasiado tiempo con Jace cuando viene. Deberías hablar más con Alec.

 -¿Por qué es homosexual? –ironizó Percival, burlón. 

-Precisamente y porque si te hubieras molestado en hablar con él y no tacharle como el resto sólo por estar con un brujo, hubieras descubierto que tu caso no es tan diferente como el suyo. Cuando conoció a Bane, Alec apenas si se atrevía a reconocer que le gustaban los chicos; amaba a Jonathan, sólo por ser su parabatai y se excusaba en eso para no estar con nadie. Pero Bane insistió hasta que logró romper la coraza y míralos ahora.Tuvieron sus momentos y casi se separan por el tema de la inmortalidad;pero, Percival, si tuvieras una mínima oportunidad de ser feliz, ¿no la aprovecharías? –le enfrentó como voz de la razón que a veces perdía, pero por eso eran parabatais, se complementaban no sólo en combate, si no envida- Deja de lado tu fanfarronería, no intentes ocultar lo que todos saben. Vamos en busca de la copa, precisamente para que ya no seamos obligados a formar familias. Las parejas del mismo sexo nunca han estado ni bien ni mal vistas, sólo no se contemplaban. Lánzate por una vez en la vida a esta aventura del amor, como te lanzas en las batallas, sin pensar,sin mirar, dejándote llevar y haciendo que sea el que te tenga que salvar el culo. 

-Me voy a dormir, despiértame en tres horas -masculló Percival molesto por oír la verdad que no deseaba. 

Si bien los dos amigos no se percataron de que su conversación no había sido privada, como habían pensado. 

Las aguas engulleron la figura del rubio, que se sumergió con una sonrisa perversa en los labios.



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En el texto hay: shadowhunters, amor lgbt

Editado: 24.03.2021

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