Otro día en Hogwarts

Sé que soy atractivo. Me lo han dicho en numerosas ocasiones. Me codician y me desean. Intentan conquistarme y llamar mi atención, pero nada puede conseguir siquiera que mis ojos se alejen de James.

Él se ve tan atractivo hoy. Sé que se ha arreglado. Incluso intentó peinarse, pero su cabello rebelde es imposible de domar, y como siempre tiene el cabello salido en puntas. Mis dedos pican por pasar entre las hebras y despeinarlo un poco más.

Mis ojos continúan vagando por sobre su forma y figura. Sus miembros desgarbados y su mandíbula firme, y esos ojos cálidos en los que podría hundirme y perderme para siempre cuando me mira directamente.

—Hoy tienes una cita —. Dice Remus y golpea la espalda de James suavemente antes de apretar por un momento su hombro —. Buena suerte le dice y sonríe, antes de alejarse. Casi puedo ver un destello de dolor en sus ojos antes de que camine hacia afuera de la habitación. Y sé cómo se siente.

—¿Cómo me veo? —Dice James, pasando por milésima vez sus dedos por su cabello.

—Muy bien —, le digo rodando los ojos, y me pongo de pie, saliendo de mi lugar en el alfeizar de la ventana, para empujarlo suavemente hacia la puerta de la habitación —. Ya es hora. O llegarás tarde.

James me sonríe y golpea mi brazo antes de salir de la habitación con una sonrisa arrogante en sus labios.

Cuando ya no puedo oír sus pasos, me dejo caer pesadamente sobre la cama, y apoyo mi brazo sobre mis ojos.

No importa lo que haga. No importa lo que quiera o desee. No importa lo que necesite o sueñe, no seré capaz, jamás, de alejarme de él. No seré capaz de dejar de sentir esto por él.

Siento como la cama se hunde junto a mí, y con un sobresalto saco mi brazo de mis ojos y me volteo a mirar. Junto a mí, está Remus, y la tristeza en sus ojos es casi desgarradora. Casi.

—Sé cómo te sientes —. Dice, y siento que mi corazón se detiene en mi pecho ante sus palabras. Me volteo una vez más hacia el techo, intentando ocultar el pánico creciente en mi interior —. Pero James es perfecto para ella. Y él es mi mejor amigo. Definitivamente la hará feliz.

Casi dejo salir un suspiro de alivio al darme cuenta de que él piensa que siento celos de James en lugar de los celos que comen por dentro. Los celos que siento por ella.

Me siento en la cama y aprieto el hombro de Remus, intentando consolarlo, y él me mira antes de ponerse de pie e irse hacia su cama.

Si, el sentimiento puede ser el mismo, pero no por los mismos motivos. Y si bien, todos amamos a James y la amamos a ella, no podemos evitar sentirnos de esta manera. Los amamos, pero de diferentes maneras. Y porque los amamos, deseamos que sean felices. Y ellos son felices juntos.