Sobre Hielo

Capítulo 25

CAPÍTULO 25

El sol entraba por la ventana con una fuerza implacable. Me desperté con la peor resaca de mi vida.

La cabeza me explotaba, mi boca estaba más seca que el desierto, y, por si fuera poco, sentía como si mi cuerpo estuviera en huelga por el abuso del alcohol de la noche anterior.

Me incorporé en la cama de Nicole, tratando de encontrar algún resquicio de comodidad en la cobija, pero mi cuerpo no cooperaba. Solo podía pensar en cómo el día anterior había sido una mezcla de vergüenza, caos y un montón de decisiones cuestionables.

Me estiré con lentitud, esperando que mi cerebro se aclarara un poco, pero no hubo suerte. Así que decidí que lo mejor era salir de ahí.

Caminé hasta la puerta, y al asomarme, vi algo que no había notado antes: la puerta de la habitación de Aiden estaba entreabierta.

No pude evitarlo. Algo dentro de mí, una mezcla de morbo y la necesidad de entender qué carajos había pasado la noche anterior, me impulsó a acercarme.

Entré en su habitación con cautela, como si estuviera metiéndome en una misión secreta. No sabía exactamente qué esperaba encontrar, pero lo que vi me dejó aún más confundida.

Sbre su escritorio, había un calendario. ¿Aiden? ¿Usando un calendario? La sorpresa no terminó ahí. Cada sexto día de cada mes estaba marcado con un círculo rojo. Esas fechas estaban resaltadas, como si fueran eventos de importancia.

Me quedé allí unos segundos, observando esos círculos con detenimiento. ¿Por qué iba a marcar un día cada mes? ¿Qué demonios significaba eso?

De repente, me entró una especie de incomodidad, como si estuviera invadiendo algo que no me concernía, algo que no debía saber.

Al salir de la habitación de Aiden, una sensación extraña me recorrió el cuerpo, como si todo lo que acababa de ver en ese calendario fuera solo la punta del iceberg de algo mucho más grande.

Algo que, claramente, Aiden había organizado con un cuidado meticuloso. Pero ¿qué significaba todo eso? ¿Por qué marcar esos días en rojo? No podía dejar de darle vueltas.

Me detuve en el pasillo, mirando la puerta cerrada de la habitación de Aiden con una creciente sensación de inquietud.

Algo en mi estómago me decía que había más detrás de esa pared de hielo que él se había construido, algo que no me estaba contando. Pero, ¿por qué me importaba tanto?

Suspiré, frustrada. No tenía ni idea de por qué me obsesionaba con esto. Tal vez porque la noche anterior, todo había sido un torbellino de emociones, y ahora, en frío, me sentía como si me estuviera perdiendo de algo importante.

Si tan solo pudiera entender qué estaba pasando en su cabeza, tal vez podría dejar de pensar en esas malditas fechas marcadas.

Decidí, finalmente, que no tenía sentido seguir con esa investigación. Así que, sin hacer ruido, salí de la habitación, cerrando suavemente la puerta detrás de mí. Había más cosas por descubrir, pero no hoy. Hoy no podía lidiar con más sorpresas, especialmente cuando aún estaba medio muerta por la resaca.

A veces, las respuestas no son lo que más importa... o eso me decía mientras caminaba hacia la salida de la casa.

Bajé las escaleras como si estuviera caminando sobre un campo minado, con cada paso un recordatorio de mi borrachera épica de la noche anterior.

Cuando llegué a la planta baja, lo vi: Aiden. Estaba allí, sentado en el sofá, como si el mundo no hubiera explotado alrededor de él y todos los demonios de mi mente estuvieran luchando por salir.

Él estaba... tranquilo. Como si la noche pasada fuera solo un episodio sin importancia, como si no hubiera tenido que arrastrarme por su casa, ni escucharme hacer comentarios ridículos, ni siquiera tener que lidiar con mis ataques de ¿por qué estoy vestida así?.

Por el contrario, tenía el pelo hecho un desastre, y probablemente aún olía a whisky barato y decisiones cuestionables. Me quedé mirando, parada en la entrada, sin saber si gritarle o lanzarle una almohada en la cara.

—¿Qué miras? —me soltó Aiden sin levantar la vista del teléfono.

—¿Qué miro? ¡Te miro a ti, señor de la calma absoluta! —le respondí, cruzándome de brazos. —¿Cómo es que nada de lo que pasó anoche te afecta? ¿Estás seguro de que eres humano? Porque en este momento, me estás dando vibes de robot con resaca.

Aiden me miró con esa cara de "¿realmente tengo que lidiar con esto?" y me hizo un gesto como si estuviera a punto de decirme que "esto no es un reality show, relájate".

—No pasó nada —dijo, como si estuviéramos hablando del clima.

—¿No pasó nada? —repetí, levantando las cejas y mirando con incredulidad. —¡Lo vi! ¡El calendario! ¡Esos días marcados en rojo, Aiden! ¡No me vengas con que es "nada"!

Aiden, por supuesto, hizo esa mirada de "no sé por qué te molestas", como si tuviera un botón para apagar mis preguntas. Pero, en lugar de responder con una explicación lógica, dejó el teléfono con una rapidez inquietante y se recostó en el sofá como si estuviera en su propia zona de confort.

—Es solo algo que hago. Nada importante —dijo con la misma indiferencia de siempre, como si fuera a decirme que colecciona sellos o algo igual de emocionante.

Estaba sinceramente, al borde de perder la cabeza. ¿Cómo podía estar tan calmado cuando apenas podía mantenerme en pie sin derrapar por el pasillo?

—¡Nada importante! —repliqué, realmente luchando por mantener mi compostura. —Aiden, ¡vi el calendario! Estabas marcando fechas, ¡fechas! ¿Qué rayos es todo esto? ¿Una cita para tus spas de todos los días? ¿Un recordatorio para ver la última temporada de "Stranger Things"? Porque en ese caso, te estoy juzgando muy fuerte.

Aiden finalmente me miró, su expresión fue como un lienzo en blanco. No tenía ni una pizca de emoción.

—Te dije que no te preocupes por eso —respondió, con un tono que me hizo pensar que estaba a punto de darme un sermón sobre la vida en el que yo no tenía cabida.



#1625 en Novela romántica
#571 en Chick lit

En el texto hay: amorodio, romance, hielo

Editado: 03.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.