Sobre tus alas [ Jason Todd]

XIX Amistad y cenizas

—El día de hoy debemos decidir qué obra representaremos en el festival escolar —anuncia la profesora Helena y todos nos emocionamos.

El festival escolar es uno de los eventos que más he esperado. He oído maravillas de él.

—Me gustaría que representáramos alguna obra clásica —agrega ella.

—¡La cenicienta! ¡La cenicienta! ¡Que sea la cenicienta, por favor! —suplica Brenda con desesperación.

—Con clásica me refería a una tragedia griega o algo así —explica la profesora, que intenta no empezar a reír.

—Los griegos vivieron hace mucho tiempo, ya nadie los recuerda, pero todos conocen a la cenicienta ¡La obra sería un éxito!

—Que alguien le diga a esta bruta que los griegos todavía existen —murmura Gar y varios empiezan a reír.

Brenda y sus ocurrencias.

—¿Qué opina el resto? —pregunta la profesora.

Lo siento, Brenda, pero no esperé todo el año para terminar representando la cenicienta.

—Yo no estoy de acuerdo —digo, levantando la mano.

Brenda me mira con horror.

—Creo que la cenicienta está llena de estereotipos machistas y clasistas, que lo único que hacen es perpetuar esas creencias en las niñas, haciéndolas inseguras e incapaces de valerse por sí mismas.

Brenda ahora me mira como si le hubiera atravesado el corazón con mis palabras.

—¿Alguien más quiere dar su opinión? —pregunta la profesora.

—Yo.

Oigo la voz de Jason. Al instante, todos guardan silencio. Es la primera vez que él habla en una clase, sin contar la presentación, que fue un fiasco.

—Yo estoy de acuerdo con la sabelotodo —dice y siento que todos me miran—. La cenicienta es una mierda ¿Puedo decir mierda sin que se ofenda?

—De todos modos, ya lo hiciste —contesta la profesora de mala gana, completamente arrepentida de haberle cedido la palabra.

—Bien. Es una mierda. Nadie debería fingir ser alguien más para ser aceptado. Además, no sé cómo funciona el cerebro de las mujeres, pero me cuesta creer que les parezca romántica la idea de ofrecerse como pedazos de carne para que un príncipe las escoja.

Sus palabras me dejan gratamente sorprendida y creo que no soy la única. Otros chicos se entusiasman y comienzan a opinar sobre la obra.

—¿Te gustó lo que dije, sabelotodo? —me susurra al oído, causándome escalofríos por la repentina acción.

—Pasaste de ser un gorila a un chimpancé en una sola clase, te felicito.

Le oigo reír y yo también lo hago.

Brenda intenta en vano seguir defendiendo su idea, pero al parecer, la decisión ya está tomada.

—Bien chicos, chicas, después de esta interesante conversación, creo que está claro lo que haremos. Este año representaremos la cenicienta.

—¡Síiiii! —celebra Brenda triunfal y yo no puedo creerlo.

Me siento estafada y el resto de la clase también.

—¡Pensé que habíamos quedado de acuerdo en que la cenicienta era una mierda! —alega Gar—. ¡Jason lo dijo primero! —se defiende cuando la profesora lo regaña con la mirada.

—Haremos la cenicienta —dice ella—, pero no será una cenicienta tradicional. Creo que sería magnífico que les hagamos saber a los de allá fuera, todas las críticas que acaban de surgir aquí dentro, así que reescribiremos la cenicienta.

Me parece una excelente idea, que nos deja felices a todos.

—Y quienes mejor para reescribirla que Isabel y Jason. Chicos, ustedes estarán a cargo —anuncia la profesora.

Creo que canté victoria muy pronto.

~🦇~

—¿Todavía estás molesta, Brenda?

Ella cierra de un portazo su casillero y no hace falta que conteste.

—¡Pero de todos modos harán la cenicienta!

—Lo arruinaste, Isabel ¡Eres una traidora! Siempre quieres ser el centro de atención y salirte con la tuya.

Sus palabras me hieren tanto como el desprecio en su mirada.

—Brenda, sé que tú quieres ser la cenicienta y prometo escribir una obra hermosa, que dignifique al personaje y que sea recordada por todos.

—¡La obra ya es perfecta! No necesita que ni tú ni nadie le haga nada ¡¿Quién te crees que eres para cambiar un clásico?! —grita furiosa y sé que será imposible llegar a un acuerdo con ella en este momento.

—No pensé que te enfadarías tanto.

—¡Pues te equivocaste! No eres tan perfecta como crees. —Pasa por mi lado chocándome el hombro y siento que se me rompe el corazón.

Creo que acabo de perder a mi única amiga. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.