Sobre tus alas [ Jason Todd]

XXXVII Regreso

Llego temprano al salón, como de costumbre y Jason ya está allí. Sin pensarlo, corro a abrazarlo.  

—¿Qué bicho te picó?

Se remueve hasta que lo suelto.

—Estoy feliz, es sólo eso —le sonrío.

—¿Y yo qué culpa tengo?

Tiene toda la culpa. Gracias a él, he podido acercarme mucho más a Dick y de manera muy natural.

—No me digas. Esa risita boba en tu cara tiene el nombre de Grayson por donde la miren ¿Acaso me estás usando de excusa para hablar con él?

—No puedo evitarlo. Ahora que no estoy en el club de gimnasia, eres nuestro principal tema en común —me encojo de hombros.

Gruñe y antes de que se enfade más, le entrego el paquete que traje para él.

—Ya desayuné, Alfred me amenazó con un uslero por tu culpa —se queja cuando ve los pastelitos.

—Te los envía mi tía. Estaba devastada porque te fuiste sin despedirte. No sé qué hiciste para agradarle tanto.

—Aunque te cueste creerlo, también tengo mi encanto.

Sonríe y puedo ver que está mucho más animado que antes.

—Te fuiste justo a tiempo, si hubieras pasado un día más en mi casa, ella habría querido adoptarte... —me callo abruptamente.

Acabo de meter la pata hasta el fondo. Permanezco en silencio, esperando su reacción.

—Eso sería horrible. No quiero ocupar el lugar de alguien más de nuevo.

¿De nuevo?

Ni siquiera pienso en preguntarle a qué se refiere y cambio el tema rápidamente.

—¿Cuándo volveremos a juntarnos a trabajar en la obra? La fecha se acerca.

—Uy sí, la obra. Sólo quieres ver a Grayson, admítelo.

—¡Claro que no!

—¡Claro que sí! Ya te sonrojaste.

—¡¿Por qué tienes que ser tan odioso?!

—Ya verás. Voy a decirle a tu tía que volviste a llamarme así.

Seguimos peleando hasta que llegan los demás y la clase comienza.

~🦇~

—En unas semanas más será mi cumpleaños. Tienes que venir —dice Brenda, mientras caminamos por el patio.

En un extremo me parece ver a Jason hablando con Wally. Estoy atenta a cada gesto que hacen para saber si están discutiendo.

—Haré una fiesta espectacular ¡La más espectacular del año! Invitaré al capitán del equipo de fútbol y mi casa se llenará de las personas más populares de la secundaria.

Jason se acerca más a Wally y tengo el impulso de salir corriendo. Si vuelve a meterse en problemas, ya no podrá seguir aquí. Fue la condición del Director para aceptarlo de vuelta, según me contó.

Wally retrocede y cuando estoy por ir a su lado, Brenda me sujeta del brazo.

—¿Me estás escuchando? Estás con la cabeza en cualquier parte ¿Viste a Dick por ahí?

Ella comienza a buscar en derredor y cuando vuelvo a ver a los chicos, ellos se están riendo. Es la primera vez que veo a Jason reír y no precisamente de mí. Siento que mi corazón late más deprisa.

—Bueno, da igual. Me tienes que ayudar con los preparativos de la fiesta.

Tomándome del brazo, volvemos al salón para la siguiente clase.

—¿Alguien puede decirme cuál es la importancia de la fotosíntesis?

La profesora Pamela me mira, esperando que responda. Quiero hacerlo, pero esperaré a que alguien más lo haga. En mi mente puedo oír a Jason llamándome sabelotodo y me fastidia.

Brenda levanta la mano.

—La fotosíntesis le permite a las plantas fabricar su propio alimento.

Sonríe con autosuficiencia.

—Muy bien —la felicita la profesora— ¿Qué más?

—Luego viene una vaca que se come la planta y nosotros nos comemos a la vaca, así que con la fotosíntesis, también nos estamos alimentando nosotros —dice Jason, sorprendiéndolos a todos.

—Muy bien, señor Todd.

La maestra le sonríe complacida.

—Alguien está haciendo méritos —murmura Gar, causando una ola de risas.

—Cuidado, Gar. Siempre puedo esperarte a la salida —amenaza Jason y nuevamente muchos ríen, excepto Gar.

—Atención clase, hoy veremos cómo la fotosíntesis junto a la respiración celular, participan en un ciclo fundamental para la vida...

~🦇~

—¿Quién es el sabelotodo ahora? —molesto a Jason camino a la salida.

Alguna vez que me toque a mí.

—¿Estás celosa? De seguro temes que te quite el puesto número uno en el podio nerd.

Eso me causa gracia. Puede ser bastante divertido cuando se lo propone.

—Ni en un millón de años podrías ser más listo que yo ¡Soy y seré la nerd número uno!

Nuestras risas se ven interrumpidas cuando vemos a varios estudiantes correr hacia los estacionamientos. Movidos por la curiosidad, los seguimos.




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