Sobre tus alas [ Jason Todd]

LIV Ha llegado el príncipe

—Pareces muy feliz —le digo a Jason en cuanto lo veo.      

Tiene una deslumbrante sonrisa que no augura nada bueno.

—Pues sí, ya sabrás por qué.

Maldición. Espero que no haya hecho nada que perjudique la obra.

~🦇~

Suena el timbre para el recreo y salgo esperando ver a Dick por ahí. En eso estoy cuando llega Brenda corriendo.

—¡Isabel! ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! —me sujeta de los brazos, sacudiéndome.

—¿Qué pasa?

—¡El reparto de la obra está publicado en el mural! ¡¿En qué mierda estabas pensando?!

Jason.

—Brenda, ayer no pude quedarme hasta el final y no vi los resultados, pero si no quedaste con el papel de la cenicienta, prometo arreglarlo.

—¡Sí me dieron el papel, Isabel! Nadie podría hacerlo mejor que yo. El problema es el príncipe. ¡Tienes que hacer algo ahora!

Se va indignada y camino hacia el mural. Cuando se dispersa la muchedumbre que revisa el anuncio, por fin puedo acercarme y no creo lo que veo.

—Te lo advertí —susurra Jason, acercándose sigilosamente y logrando asustarme.

—¡¿Estás demente?! Eres el director, no puedes hacer esto.

—Sí, puedo. Cuando te fuiste, renuncié a la dirección. Hice la audición y la profesora me escogió, todo fue legal. Soy el flamante príncipe azul. Creo que tenías razón, lo del drama se me da bien.

Ríe burlonamente y me enfada.

—¿Esto es para fastidiarme? ¿Qué te hice ahora?

—No eres el centro del mundo, sabelotodo. Esto es un regalo para tu amiguita ¿Viste la cara que tenía? Debe querer morirse o matarme.

—¿Qué te hizo Brenda?

—Me extraña que lo preguntes ¿No has visto como me mira?

Niego.

—¡Como si fuera algo que pisó y se le pegó en el zapato! Es la típica niña rica hija de papá, acostumbrada a hacer lo que le da la gana y que mira a todos por sobre su hombro. La detesto y no entiendo cómo puedes ser su amiga. Te conozco y en ella se concentra todo lo que tú criticas.

Brenda es mi amiga y la quiero. Nada de lo que él diga podrá cambiarlo.

—¿Vas a arruinar la obra? —Estoy casi haciendo pucheros. Esta obra se siente como una hija y está a punto de morir antes de nacer.

—No, Isabel. Jamás haría eso. Sé lo importante que es para ti. Sólo quiero fastidiar a Brenda un poco y si tengo suerte, tal vez se harte y renuncie. ¿No tenemos alguna escena con besos?

—¡Claro que no!

Agradezco por eso, Brenda me mataría.

~🦇~

Después de clases, trabajamos en el auditorio realizando la escenografía y probamos la música.

Revisando el libreto, voy anotando en cada escena qué es lo que necesitaremos para que los grupos lo preparen. Tan entusiasmada estoy que no me doy cuenta de que el tiempo pasa y me quedo sola. O casi sola porque comienza a sonar la canción del baile entre la cenicienta y el príncipe.

—En esta escena habría que ambientar un salón —anoto los detalles y materiales.

—¿Me concede esta pieza?

Doy un respingo y dejo caer el libreto.

—Dick... 




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