Sobre tus alas [ Jason Todd]

LVI Ardiente

—Lo bueno es que ya no tendré que compartir escenario con ese idiota —dice Brenda con un extraño optimismo.        

El auditorio se quemó. No completo, ya que Dick y yo estábamos ahí y logramos dar aviso a tiempo, pero el escenario resultó muy dañado y la obra fue suspendida hasta nuevo aviso.

Aunque aún no se sabe con exactitud la causa del fuego, se cree que pudo ser un fallo en el sistema eléctrico. Lo extraño es que con Dick oímos el ruido de cosas que caían y podría jurar que oí pasos también.

Alguien lo hizo. La pregunta sería ¿Por qué?

—¡Jason!

Voy junto a él en cuanto lo veo en el patio.

—¿Dónde estabas ayer a eso de las seis de la tarde? —lo interrogo.

Me mira con extrañeza. No es que desconfíe de él, sólo quiero saber por qué no se quedó en el auditorio.

—Estaba estudiando en casa de Wally.

Eso no se lo cree ni él y la sospecha es evidente en mi mirada.

—Bien, me descubriste. Estábamos viendo porno —confiesa.

Eso es más creíble y hace que me sonroje levemente. Algún día le preguntaré por qué los hombres hacen eso en grupo, pero no hoy. Le hago un resumen de lo que ocurrió.

—¿Por qué estabas con Grayson en el auditorio? —Es lo primero que pregunta.

—Eso no es lo importante...

—¡Sí lo es! ¿Qué estaban haciendo? Isabel, te advertí sobre él.

—Lo sé, pero él me dijo que ya no estaba saliendo con Kory.

Eso lo sorprende.

—¿Se lo preguntaste?

Asiento y cuando le cuento que me invitó a salir, creo que se va a desmayar.

—¿Lo dices en serio?

Su incredulidad empieza a ofenderme.

—¿Por qué te mentiría?

—No es que sea mentira, es sólo que... Tú no eres del gusto de Grayson —asegura con total confianza.

Inhalo profundamente, contando hasta diez y le exijo una explicación.

—Grayson ha salido con montones de chicas y todas son del perfil de Kory, ninguna ha sido como tú.

—Me... ¡¿Me estás diciendo que soy muy fea como para gustarle?!

¿Cómo se atreve?

—¡No, Isabel, claro que no! Es sólo que...

No sabe que decir y es obvio que piensa que soy fea, así como poco popular y aburrida y nerd. Yo también lo pienso, pero me acepto y me amo como soy.

—Dick no es un cretino superficial como piensas y aunque te cueste creerlo, yo le gusto. ¡Idiota!

~🦇~

Termino mi turno agotada nuevamente y como si mi día no hubiera sido lo suficientemente malo, al salir me encuentro con Jason.

—No quería esperar hasta mañana y que siguieras enfadada conmigo. —Luce triste y me ha estado esperando aquí solo quien sabe desde cuándo, pero no me dejaré conmover.

—¿Y por qué crees que voy a disculparte ahora? Porque con pedirlo no basta.

—Isabel, yo... No quiero que salgas herida.

—Explícate.

—¡Grayson es un imbécil! Nunca dura mucho con las chicas con las que sale y luego busca a otra. No quiero que seas una más en su lista, no mereces eso.

Puedo ver en sus ojos que su preocupación es genuina.

—Tal vez ellas no eran las indicadas, y antes de que lo digas, sé que suena a cliché, pero confía en mí. No soy tan ingenua como parezco. Quizás no tengo tanta experiencia en estos temas como él, pero no soy idiota. Soy la sabelotodo ¿Recuerdas? —le acaricio la mejilla y él intenta sonreír.

—Ten mucho cuidado con él —me dice y no puedo evitar abrazarlo. Su preocupación por mí me enternece—. No dejes que te bese en la primera cita —agrega y recuerdo lo ocurrido en el auditorio, cuando casi nos besamos.

—Jason —le digo con seriedad, sujetando sus brazos—. Si no quieres que salga lastimada, me tienes que ayudar a investigar. Creo que lo del auditorio no fue accidental. Alguien intentó quemarlo con nosotros dentro. 




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