Sobre tus alas [ Jason Todd]

LXXI Pre cita II

—Prepárate. En cuanto Grayson vuelva, será amable y cooperador; luego, se invitará solo a lo que sea que hagamos después —asegura Jason, con mirada inquisitiva.

Y yo sigo en las nubes.

—¡Ay por Dios, no es para tanto! —exclama, sirviéndome un vaso con agua, que bebo como si me estuviera quemando.

Me bebo hasta la última gota.

—¡Claro que sí! —le digo absolutamente convencida—. Su cuerpo es una oda a la anatomía masculina.

Jason se me queda mirando fijamente y luego empieza a reír.

—Así que ese es el tipo de halagos que das —se burla—. Es bastante propio de una sabelotodo como tú.

No importa lo que diga, nada borrará la hermosa imagen que guardaré como un tesoro en mi mente.

—Di lo que quieras, pero Dick es el chico más guapo que he visto.

—Eso es porque es el único al que has visto sin polera, no tienes con quien compararlo.

—Pues sí, pero...

—Yo creo que sus pectorales son muy grandes.

Eso es pura envidia.

—Parecen pechos —agrega con asco.

¡Eso sí que no se lo voy a permitir!

—¡Cómo puedes decir algo así! ¡Sus pectorales no parecen pechos! —le reclamo, viendo que hace un sutil gesto para que me calle y mire hacia la puerta.

Volteo lentamente, con la fatal seguridad de que allí está Dick.

Y que oyó todo lo que dije de sus pechos... pectorales, sus perfectos pectorales.

Nuestros ojos hacen contacto y quiero desaparecer.

—Estamos ocupados, así que no vengas a joder —le advierte Jason, lanzándome un salvavidas.

Y lo adoro por eso.

—¿Por qué siempre tienes una actitud tan negativa? Sólo quiero ayudar. —Avanza hacia mí para saludarme con un beso en la mejilla—. Lamento lo de antes, no vayas a pensar que soy un exhibicionista o algo así.

Veo a Jason rodando los ojos tras él y contengo la risa.

—No, claro que no. Fue un accidente.

Un accidente de todo mi gusto.

¡Isabel! No viniste aquí por su cuerpo, sino para saber lo que hay en su mente ¡Concéntrate!

—¿Te gusta cocinar? —le pregunto cuando veo que ha sacado una procesadora de alimentos y varios ingredientes.

Dick asiente, sumando un punto más a la lista de cosas que amo de él.

—Voy a preparar una salsa de champiñones que te va a encantar —me guiña un ojo y recuerdo las indicaciones de Jason.

No sucumbir a sus encantos.

—Ya veremos si supera a la que yo preparé la primera vez que estuve aquí —lo desafío y veo que sus ojos brillan con entusiasmo.

—Reto aceptado —afirma, picando los champiñones para ponerlos a freír.

Ahora Jason está frente a nosotros en el mesón, observándonos al tiempo que intenta cortar los bordes del pan de molde.

—¿Puedo saber el motivo de tu visita?

Voy a contestar cuando Jason me interrumpe.

—Vamos a estudiar trigonometría.

Dick ríe y el corazón salta en mi pecho.

—Eso lo creo de Isabel, pero no de ti.

Jason bufa, entregándome una pila de pan para preparar los sándwiches. Los bordes están muy chuecos y hay uno que quedó muy pequeño porque le cortó mucho. Se lo muestro sonriendo y él se encoje de hombros, sonriendo también.

—¿Y entonces? —insiste Dick.

—Vino a jugar videojuegos —le contesta Jason.

Dick me mira con incredulidad.

—¿Te gustan los videojuegos?

Nunca en mi vida he jugado uno.

—Jason dice que son divertidos —aseguro, siguiéndole la corriente a mi cómplice.

—Hay cosas más divertidas que podemos hacer —dice en tono sugerente y por poco me corto un dedo.

No puedo creer que me coquetee en frente de alguien más. Debo admitir que es un chico muy seguro de sí mismo.

—Eso será si es que algún día viene a verte a tí. Ahora está aquí por mí y ya tenemos planes.

Y debo admitir que Jason es bastante territorial.

—Si te aburres, ya sabes quien puede salvarte —agrega Dick y me quedo embobada viendo su hermosa sonrisa.

Termina de freír los champiñones y los pone en la procesadora de alimentos. Añade crema, aliños y los mezcla. Mientras esto ocurre, trae unas zanahorias que lava, pela y pica en tiritas. Todo muy rápido y con suma experticia.

Toma uno de los trozos y tras untarlo en la salsa que ya está lista, lo acerca hasta mi boca.

—Pruébala.

Miro la zanahoria y luego sus azules ojos, que brillan expectantes. Creo que quiere que la muerda desde su mano. De reojo veo a Jason boquiabierto y por unos segundos me quedo completamente en blanco.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.