Kory está de pie en el umbral. Su cabello rojo luce esponjoso y alborotado, con cada rizo tan bien definido que parece hecho a mano. Lleva una polera ajustada con un escote que muestra lo suficiente como para dejarte con ganas de querer ver más y una falda plisada que le llega a mitad de los muslos, que se ven bronceados y firmes.
No sólo se ve hermosa, es simplemente deslumbrante y creo que todos quedamos boquiabiertos al verla.
—Kory... ¿Qué haces aquí?
Dick es el primero que logra sacar la voz, pero se oye profundamente sorprendido.
—Vine a ver a Jay. —Sacude sus largas pestañas, que delinean esos enormes ojos verdes.
Jason luce pasmado y el leve sonrojo que aparece en su rostro sólo se intensifica cuando ella lo saluda de un sonoro beso en la mejilla.
¡Debería aplicar en sí mismo los consejos que me da!
—¿Por qué todas vienen a ver a Todd y nadie viene a verme a mí? —se queja Dick, dejándose caer en el sillón.
Yo vuelvo a sentarme junto a él, sintiéndome un poco incómoda al recordar las palabras de Jason. Si tiene razón en lo que dijo, Kory vino para sacarle celos a Dick. De ser así, supongo que podré darme cuenta.
Sin esperarlo, ahora Jason y yo estamos jugando a lo mismo, atentos a cada movimiento de nuestros objetivos. Supongo que es otro trabajo para Isabel y Jason: detectives.
Kory se sienta entre Jason y yo. Alcanza una barrita de zanahoria que unta en la salsa de champiñones y la lleva a sus rojos labios, que parecen eternamente húmedos por el labial que usa.
—¡Hmm! —exclama con placer, mordiendo lentamente la barrita—. Esta delicia la preparó Dick.
Por supuesto. Tendría que ser una idiota si pensara que él sólo cocinaría para mí. Ella fue su novia y conoce muy bien todos sus talentos.
—¡Y estos sándwiches todos chuecos! —se burla de los bordes que cortó Jason—. De seguro los preparaste tú, Isabel.
Estoy demasiado concentrada en entender lo que planea que ni siquiera le contesto.
—Vamos a seguir jugando —dice Dick.
Jason busca un control para Kory y comenzamos una nueva carrera. Ni siquiera alcanzo a salir de la línea de partida porque ella me choca, haciéndome girar en mi eje.
—¡Ups, lo siento!
Su disculpa es absolutamente en vano porque lo vuelve a hacer cada vez que tiene oportunidad. En un momento, viene con toda velocidad hacia mí y Dick se le interpone. Terminan los dos rodando colina abajo y explotando.
—Lo siento Dick, es difícil usar este control cuando tienes uñas de chica —dice con una risita aguda.
Miro sus manos y me quedo impresionada de lo largo de sus uñas, son como garras. Con ellas no debe poder ni escribir, cómo lo hará en la escuela.
—Isabel no tiene problemas con eso —indica Dick.
—Yo tengo uñas normales. Los dedos concentran una gran cantidad de receptores nerviosos. Con las uñas tan largas, no se puede disfrutar de toda la interesante información que entrega el tacto.
Todos se quedan en silencio, mirándome pensativos. Rayos, dejé salir mi lado sabelotodo.
—¿Eso significa que te gusta tocar las cosas? —pregunta Dick y su insinuación es tan divertidamente evidente que no puedo evitar reírme.
Él me coquetea incluso con Kory presente, eso me hace sentir bien.
O tal vez, ellos están jugando a lo mismo, buscando provocarse celos mutuamente, y mi fiel Watson y yo estamos en el medio, sin saber que nos utilizan para sus retorcidos propósitos.
No, eso sería una locura. Debo mantener mi instinto detectivesco bajo control.
Nuevamente es Jason quien gana las carreras.
—Conduces muy bien, Jay ¿No es así, Isabel? Tú te la pasas montada en su motocicleta.
Esta vez, el silencio se siente más absoluto que el anterior y ella lo disfruta. Sus intenciones parecen mucho peores de lo que Jason pensaba.
Y yo no tengo nada que ocultar.
—Pues sí, realmente me sorprendió. Creí que terminaría muerta la primera vez que me subí.
Jason bufa.
—Yo también pensé que terminaría muerto la primera vez que lo vi subirse a una —agrega Dick y parece realmente preocupado.
Supongo que a pesar de todo, ellos se estiman mucho.
—Sí, sí, Jason el suicida. Mejor juguemos uno de luchas para que vean como les pateo el trasero a todos.
Espero que no sea un juego muy violento.
—Jay ¿Quieres ser mi pareja? —pregunta de pronto Kory y Jason se atora con su jugo.
Empieza a toser desesperadamente y me apresuro a pasarle una servilleta. Ella ríe con diversión mientras a él le sale el jugo por la nariz y sé que eso duele un montón.
—¿Estás bien? —le pregunto y asiente, pero es evidente que no lo está.
—Yo quería saber si serías mi pareja en las luchas, a menos que tú... quieras otra cosa —pregunta con fingida inocencia.
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Editado: 27.10.2020