Sobre tus alas [ Jason Todd]

LXXV Pre cita VI

Bajo la cálida luz del atardecer, veo los rojos labios de Kory prácticamente devorando a los de Jason, como si quisiera comérselo.

Él al principio se resiste, pero luego cae en el juego de seducción y le pasa una mano por la nuca, para seguir devorándose mutuamente.

Volteo la mirada con rapidez, sintiendo calor en las mejillas. Yo no debería estar viendo esto ¡Nadie debería estarlo viendo! Son unos desvergonzados.

Dick está junto a mí y parece tan incómodo como yo. Se encoge de hombros y sonríe nerviosamente.

¿Esperará que me despida así de él?

De pronto me toma de la mano y avanzamos por el jardín, hacia la deslumbrante fuente que hay en la entrada.

—¡Yo no voy a besarte! —digo más rápido de lo que lo pienso.

—Lo sé, nada de besos en la primera cita, que ni siquiera ha ocurrido todavía —dice con serenidad y mi corazón baja su ritmo acelerado. —¿Te divertiste hoy?

Asiento, viendo que no vamos hacia la fuente, sino hacia la motocicleta de Jason que está estacionada junto a ella.

—Algún día, seré yo el que te lleve en una moto —promete y las piernas me tiemblan.

—¿También sabes conducir?

—Yo le enseñé a Todd.

Inmediatamente me los imagino peleándose a cada momento, con Jason insultándolo y riñendo y Dick, con su evidente paciencia dándole indicaciones como a mí cuando jugábamos.

En el fondo sé que se aprecian mucho.

—No quiero dejarte ir —me dice, tomando uno de los cascos que está sujeto al manubrio y poniéndomelo con suavidad.

Yo tampoco quiero separarme de él.

—Nos veremos mañana en la escuela —le digo.

Ese es mi consuelo.

—Lo sé, pero cuando estamos allí es como si fuera invisible para ti.

¿Qué?

—A veces tengo la impresión de que me evitas, como si te avergonzara que te vieran conmigo.

Jamás en la vida habría imaginado que él pudiera sentirse de ese modo. Es un chico guapo, inteligente, popular, que parece tan seguro de sí mismo. No puedo creer que yo lo haga sentir inseguridad, cuando siempre ha sido al revés.

Él es quien pone mi mundo de cabeza.

—¡No, claro que no! Yo nunca podría avergonzarme de ti, Dick.

Maldición, el casco sólo estorba, pero no puedo quitármelo porque él lo tiene sujeto por los costados.

Aferro su polera y nos miramos directo a los ojos.

—¡Dick, tú también me gustas mucho!

Listo. Se lo dije, ya no hay vuelta atrás.

Me aparto de él para observar su expresión cuando vuelve a atraerme y acercando su rostro al mío, me besa.

Bueno, besa el casco, pero es lo más cercano sin romper nuestro acuerdo. Al separarnos, él tiene una sonrisa triunfal que me llena el corazón.

—Prométeme que mañana me hablarás en la escuela —pide y no puedo negarme.

—Lo prometo.

Cuando volteamos a la entrada, Kory ya se ha ido, dejando a Jason solo.

—Llévala sana y salva a casa —le pide Dick y Jason rueda los ojos.

~🦇~

Viajamos cada uno en silencio, meditando en todo lo ocurrido durante nuestra pre cita. Jamás pensé que sería del modo en que fue.

—¿Y? ¿Qué piensas de Dick? —le pregunto cuando llegamos a mi casa.

Nos quedamos conversando en el jardín, en la banca que hay junto a la ventana.

Sin importar lo que me responda, mi cerebro me dice que efectivamente le gusto a Dick y que sería incapaz de jugar con mis sentimientos.

Jason suspira.

—Creo que va en serio —dice por fin y no puedo más con la alegría.

Lo abrazo fuertemente y le doy un beso en la cabeza tal como él hizo.

—¡Basta! —se queja, apartándome—. Ya me besaron mucho por hoy.

El recuerdo de aquello me revuelve el estómago.

—Ni siquiera voy a preguntarte lo que piensas de Kory porque es demasiado evidente —dice con pesar.

No creí que ella pudiera ser tan venenosa y jugara así con los sentimientos de los demás. Ojalá estemos equivocados y sólo sea algo excéntrica.

—¿Qué planeas hacer?

No quiero que esa chica lo lastime. Con todo el lío en su cabeza, un corazón roto podría ser demoledor para él.

—Bueno —dice con soltura y esa sonrisita pícara tan típica de él—, como dice Wally, voy a "aprovechar el bug".

Supongo que me preocupé demasiado.

—¡Pero Jason!

—¡¿Qué?! Ella es una chica candente, yo soy un chico que se calienta fácilmente, es matemática básica, sabelotodo.

—¡Y si ella sólo quiere jugar contigo!

—¡Que lo haga! ¡Ambos jugaremos y me la pasaré genial!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.