Sobre tus alas [ Jason Todd]

LXXVIII Celos

Tras un accidentado almuerzo debemos volver a clases. Antes de levantarnos, el teléfono de Jason vibra y se queda viendo atentamente la pantalla. Enarca una ceja y luego escanea a su alrededor. Yo también lo hago y me encuentro con Kory, viéndonos a lo lejos.

Agita su mano en señal de saludo, que Jason devuelve con sutileza.

—¿Te envías mensajes con Kory?

No me aguanto la curiosidad.

Él asiente.

—Vamos a juntarnos después de clases.

Mira nada más, y no me había contado nada.

—¿A hacer qué?

Ninguna palabra sale de su boca, pero su sonrisa pícara sumada a una mirada perversa lo dicen todo. Tomo mis cosas y me voy rápidamente, consciente del ardor en mis mejillas.

Sí que van rápido esos dos.

~🦇~

—Suerte en tu cita —le digo a Jason mientras caminamos a la salida.

—No necesito suerte —asegura con autosuficiencia.

—¡Todo el mundo necesita suerte! ¡Nadie puede tener el control sobre todos los factores, el azar juega un rol importante y cuando el azar te favorece, entonces tienes suerte! —Termino sin aliento.

Me mira fijamente, con extrañeza.

—¿Estás bien? Pareces hiperventilada.

—¡¿Quién?! ¡¿Yo?! ¡Claro que no! ¡Estoy perfectamente!

No parece muy convencido.

—Bien, como sea. Nos vemos mañana —se despide y lo veo avanzar hasta su motocicleta.

En parte tiene razón, estoy nerviosa y no sé muy bien por qué. Él es hombre, sabe cuidarse y parece tener las ideas claras respecto a Kory, pero aun así me preocupa.

De pronto me paro en seco, con una perturbadora idea clavada en mi cabeza. Si se va con ella en la moto ¡¿le va a poner mi casco?! Una incómoda sensación me invade al pensar que cuado yo vuelva a usarlo olerá a Kory.

¡Yo no quiero compartir casco con ella!

La idiotez me dura unos cuantos segundos que son de agonía. Ese casco no es mío, es de Jason y él puede dárselo a la chica que quiera. Probablemente muchas lo usaron antes que yo, es absurdo sentir celos por algo así.

¿Celos?

¿Será eso lo que siento?

Sea lo que sea es un sentimiento horrible que oprime mi pecho y me hace sentir pequeña y egoísta. No quiero sentirme así y menos por algo tan insignificante como un casco.

Cierro los ojos, inhalo profundamente varias veces y vuelvo a recordar lo hermoso que es el día de hoy. No puedo permitir que se arruine por un sentimiento egoísta y posesivo.

Sigo caminando hasta la salida y veo a Jason pasar con Kory en la motocicleta. Sorprendentemente, ella lleva un casco de otro color.

Definitivamente este es un gran día.

~🦇~

Nunca había visto el Iceberg tan repleto. Voy de un lado para otro sin descanso y para empeorar las cosas, estamos con dos meseras menos por enfermedad. Terminaré exhausta después del turno. Creo que hasta aquí llegó el gran día.

—¡Cariño, date prisa! —oigo que me llama un cliente.

¡¿Cómo se atreve a llamarme cariño?! ¡Yo no soy el cariño de nadie!

Tranquila, Isabel. Respira profundo y no le lances la bandeja por la cabeza.

De pronto, siento una mano posarse en mi cintura. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.