Su inexplicable partida, dejaba llenos mis bolsillo pero vacío mi corazón.
Fueron veinte años que compartí con el, siempre lo respete y admire y sobre todo agradecí pero nunca lo ame.
No terminaba de sepultar su cadáver cuando miles se acercaban con alguna intención, un abrazo de condolencia, una llamada para saber como iría la empresa, abogados y la lectura del tan esperado testamento. Mi mundo explotaria por x eso decidí tomar si última carta y correr sin rumbo entre más lejos mucho mejor, tome solo un bolso de mano y un autobús cualquiera llore por horas, nuevamente estaba sola el autobús lkego a su destino baje lentamente y lo primero que vi fue un salón de belleza antes de entrar obsequie mi Movil a yn hombre en la calle corte y pinte mi cabello, luego consegui unos pantalones anchos y blusas holgadas rente una habitación y bebi por días, empeze a frecuentar bares ni yo misma me reconocía creo que no recordaba ni mi nombre.
Y fue cuando decidí tomar aquellas locas vacaciones que siempre soñé sin x tapujos ni ataduras total ni yo misma me reconocía mi apariencia era irreconocible.
Editado: 08.07.2019