Despierten perezosos -Dijo una voz casi gritando-
Con ese grito seguro hasta los de afuera escucharon -Me quejé restregándome los ojos para despertarme bien-
¡Auch! -Escuché un quejido del que nos despertó-
Escúchame bien Andrew -Dijo Fréderic después de darle una patada en las costillas al contrario- vuelves a asustarme así y no la cuentas -Amenazó-
Quejumbroso -Bufó Andrew sobándose las costillas mientras una pequeña sonrisa aparecía en su rostro-
A este par ya los estoy shippeando.
¿No creen que es demasiado temprano para sus peleas? Parecen esposos -Me levanté del asiento y me estiré para despertarme mejor-
¿Qué acabas de decir mocosa? - Preguntó Andrew acercándose con intenciones asesinas-
¡Espera! -Dijo Fréderic colocándose entre ambos- Mejor preparémonos para salir -se volteó a mirarme, sorprendentemente su cara estaba roja- y tú cuida tu vocabulario niña
Soy mayor de edad -Bufé ante aquella parejita no confirmada-
Pero nosotros tenemos más edad así que respeto ante todo -Se acercó y me jaló el cabello, haciéndome soltar un quejido de dolor- y recógete ese cabello para que no te estorbe cuando salgas
Recién me levanto, espérate un momento -Me quejé buscando una liga para el cabello-
Y tú deja de actuar como un niño chiquito y revisa las cosas que necesitamos para irnos -Empujó a Andrew hacia la esquina en donde guardaban las armas-
Solo escuché un fuerte suspiro antes de ver que ya estaba haciendo lo que Fréderic le dijo.
Bien mandadito que está.
Encontré una liga y me recogí el cabello rápidamente antes de agarrar una mochila vacía y agarrar un par de navajas para colocarlas en su cartucho a cada lado de mis piernas.
¿Todo listo? -Preguntó Andrew mirándonos a los tres que íbamos a salir-
Si -Dijo Fréderic colocándose la mochila en la espalda-
Salimos del lugar y nos separamos al estar a las afueras de la ciudadela.
Es mejor ir por esta ruta, es la que menos es transitada por esos degenerados -Dijo Leonard caminando por un callejón- Hay un restaurante a una o dos cuadras de aquí, ojalá y encontremos comida suficiente
De no ser así solo hay que seguir buscando -Dije siguiéndolo-
Escuché pasos a lo lejos por lo que nos escondimos en una pared.
Agarré una de las navajas que cargaba y me puse en guardia.
Leonard hizo lo mismo mientras trataba de hacer el menor ruido posible.
Ya estoy cansada de solo comer carne de animal, hay que encontrar a esas ratas humanas -Escuché la voz de una chica, que parecía estar sumergida en la locura-
Es cierto, pero dudo que nos hayamos comido a todos en tan poco tiempo -Esta vez habló un chico, contrario de la chica su voz estaba calmada- tranquila, seguro encontraremos más humanos, esas ratas no pueden esconderse para siempre -Habló con voz tenebrosa-
Leonard me dio una señal para retroceder y eso hacía, paso por paso íbamos retrocediendo lentamente.
Esta vez logramos escapar sin ser vistos, por suerte…
Caminamos un poco más y vimos un almacén a lo lejos.
Ingresamos al lugar, el cual estaba hecho un completo desastre como el resto de instalaciones, y guardamos todo lo que podíamos comer sin necesidad de cocinarlo.
Una vez con la mochila llena, salimos rápidamente del lugar dirigiéndonos con sigilo al refugio.
Malditos humanos, que salgan ya -Escuché la voz desesperada de un chico- tengo hambre -se quejó-
No te quejes demasiado que estamos en las mismas -Le regañó una voz más grave, parecía ser un adulto-
Nos movimos con cautela, evitando aquellas voces terroríficas que vagaban por el lugar.
Mira lo que trajo la marea -Escuche una voz detrás mío-
Maldita sea, toda la piel se me erizó.
Agarré rápidamente la navaja que tenía y me puse en guardia apuntándolo.
Era un chico alto, de aspecto delgado y tenía los típicos signos de los infectados: manchas moradas esparcidas por su rostro y su cabello se había vuelto por completo blanco.
Al fin una buena comida -Dijo emocionado y en voz alta, lo que llamó la atención de los dos que habíamos escuchado con anterioridad-
Lo primero que se me vino a la mente es que estaba jodida, estaba completamente jodida.
Primero tranquilízate -Dijo Leonard apuntando a los otros que nos rodeaban- defiéndete y mátalos en la primera oportunidad que se te presente -Ordenó-
Asombrosamente esas palabras me hicieron reaccionar y me puse en una posición más estable, recordando los entrenamientos que tuve con Andrew y Fréderic.
Recuerda que su punto débil es el cuello -Susurró antes de que aquellos infectados se nos tiraran encima-
Le di numerosas patadas evitando sus dientes, pronto utilicé la navaja para clavársela en la parte anterior del cuello y lo empujé con todas mis fuerzas lejos de mí.
El chico que había estado rondando me dio una fuerte patada en el abdomen, lo que hizo que me estrellara contra una pared.
Me faltaba el aire, empecé a ver borroso lo que me hizo desesperar.
Vi hacia un lado y noté como aquel adulto infectado mordía a Leonard en el cuello.
Estoy jodida.
“No mueras” -escuché una voz dentro de mi cerebro- “No mueras” -repitió aquella voz de aquella chica que me salvó la última vez.
No moriré, aún no -Dije antes de sacar fuerza para pararme y atacar numerosas veces a aquel chico en frente mío-
Su fuerza no se comparaba con su apariencia, tenía una sonrisa sínica en su rostro.
“No moriré aquí” -Repetía en mi cabeza mientras lo atacaba-
Recordé la imagen de mi familia en su último aliento de vida, lo que hizo que mi enojo aumentara considerablemente.
¡Malditos monstruos muéranse de una puta vez! -Dije antes de clavarle la navaja en el cuello y empujarlo lejos de mí-
Un par de chicas aparecieron detrás mío y empezaron a atacarme, por lo que me defendí como pude, dándole algunos cortes que se curaban rápidamente.