Los días iban pasando y así mismo nos íbamos turnando para salir a conseguir medicamento y comida, era una suerte que la mayoría volviera con vida.
Los días que no salía entrenaba con Andrew, con Fréderic y a veces con Charlotte.
Con el pasar de las semanas, Charlotte cambió levemente su comportamiento, pues ahora tiene una actitud más atenta y suave con Giselle y conmigo.
Cada vez que salimos trata que yo no toque nada o agarra la maleta más pesada, dejándome la más liviana mientras inventa algún pretexto.
Dejé de pelear o insistir con ella, pues es inútil, su terquedad siempre sale a flote.
Agh -me quejé por el dolor en la espalda, pues Charlotte me había tirado como si fuera un costal de papas-
Eres muy lenta y débil -Dijo de manera burlona mientras me ayudaba a parar-
En todos los entrenamientos perdía contra ella, lo que me estresaba considerablemente.
Hasta le he ganado algunas veces a Andrew, no sé por qué sigo perdiendo contra ella.
WaAaAa -Escuché un llanto no tan lejano-
Tranquila pequeña -Dije sonriendo mientras me colocaba delante de Giselle- déjame lavarme los brazos rápidamente para cargarte -Le di unas pequeñas palmadas en la cabeza, lo que la tranquilizó un poco-
Me lavé y me sequé los brazos rápidamente, me coloqué una blusa por encima, pues había practicado con una top para no ensuciar más la ropa.
Ven acá pequeña -Sonreí levemente mientras la cargaba- ¿tienes hambre? -me senté en una de las sillas, sacando un pequeño botecito de papilla-
Empecé a darle de comer mientras ella sostenía un pequeño muñequito que le había regalado uno de los niños del lugar.
Parece que estas bien de temperatura y tienes más color -Sonreí levemente- estás sanando muy bien -le di un pequeño beso en la frente, lo que hizo que se me quedara mirando por un rato-
Maa -Dijo mirándome-
Y-Yo no soy tu mamá -Dije nerviosa- pero te cuidaré como una hasta encontrar a tus padres -hice una pequeña pausa mirando esos pequeños ojos azules llenos de inocencia- lo prometo -susurré-
No prometas algo que no sabes si vas a cumplir o no -Dijo Charlotte sentándose a mi lado-
Haré todo lo posible por hacerlo -Dije mirándola con el ceño fruncido-
Me molesta esa actitud tan negativa de ella.
¿Has visto a sus padres? ¿Si quiera los conoces? -Pregunto acercándose a mi bruscamente, lo que hizo que la pequeña se aferrara a mi ropa y empezara a sollozar-
No pero yo podría encontrarlos, hay una posibilidad de que estén vivos -hice una pausa abrazando a la pequeña-
¿Cómo demonios estás tan segura de eso? La posibilidad de que eso ocurra es casi nula y lo sabes -hizo una pausa mirándome molesta- No seas tan soñadora, seguramente sus padres se convirtieron en la cena de algunos infectados
¡Por qué eres así! -Grité harta de la situación y de su actitud- ¡Bien! Sé perfectamente que es muy probable que sus padres hayan sido devorados como los míos -Hice una pausa parándome molesta- ¡pero por qué siempre tienes que ser tan negativa! -Grité dejando salir toda esa frustración- Aunque haya una jodida posibilidad... ¡Me vale que sea del 0.1%! yo la tomaré -hice una pausa mirándola fijamente- si hay aunque sea una pequeña posibilidad de devolver a esta niña a sus padres lo haré sin importar lo que me digan… -Un dolor punzante se hizo presente en mi pecho- ella merece estar de vuelta con su familia, no le quitaré el calor de un hogar cuando podría crecer dentro del cariño de su familia -Susurré aferrándome a la pequeña mientras sentía mi cara empapada- Ese cariño ninguna otra persona te lo puede dar…
Apenas terminé de desahogarme me di cuenta que la pequeña estaba llorando en mis brazos, con su carita escondida en mi pecho.
De alguna forma me sentía identificada con la situación de la pequeña.
Ella también había perdido a su familia, pero había una posibilidad de que ellos estuvieran con vida, en cambio yo no tenía esperanza alguna…
Vi a mis padres morir ante mis ojos, al igual que a mi hermana menor, y joder que era doloroso.
Hasta el momento había expulsado todos esos recuerdos de mi cabeza para poder concentrarme en sobrevivir, sin embargo ahora que he dejado salir todo, era un dolor insoportable, mis piernas empezaron a temblar y la fuerza en ellas se iba disipando.
Me senté en uno de los asientos mientras cargaba a Giselle.
Lo siento pequeña -Dije separándola un poco de mi cuerpo y viéndola llorar- ¿Te asusté verdad? -Le sequé las lágrimas tratando de controlarme- perdóname -Susurré haciéndole mimos en la cabeza-
Charlotte no dijo ni una sola palabra, de hecho nadie lo hizo.
Toda la sala se había sumergido en un silencio casi sepulcral.
Ese silencio tenía una palabra escrita en el aire: “Lástima”
Seguramente los que me escucharon sentirán lástima o pena por mí.
Dejé salir una pequeña risa amarga, no quiero la lástima de los demás.
¿Por qué tanto silencio? -Pregunté en voz alta- no soy la única que lo ha vivido, así que no se preocupen y vuelvan a sus actividades habituales -Dije sonriendo levemente mientras me secaba las lágrimas-
Pasaron unos minutos y logré tranquilizarme y calmar el llanto de Giselle.
Aurora -Dijo Fréderic acercándose y sentándose a mi lado mientras cargaba dos rodajas de pan-
¿Si? -Dije sin mirarlo y jugando un poco con Giselle, quien seguía aferrada a mi blusa-
¿Estás bien? -Preguntó con cuidado-
Tardé un poco en responder, pero al final una respuesta salió de mis labios.
Si -Susurré- lamento el escándalo que formé hace poco -Dije apenada-
No te preocupes -Me extendió la rodaja de pan- A pesar de la situación, creo que te hizo bien desahogarte -sonrió levemente- No es bueno que hayas guardado toda esa frustración dentro de ti por tanto tiempo
Supongo que si -Dije sonriendo levemente- Siendo sincera, me siento un poco más aliviada -empecé a comer el pan y le di unos pedacitos a Giselle-