Salgamos de aquí con vida -Dije acariciando levemente su mejilla-
Charlotte asintió y dejó un corto beso en mis labios antes de pararse.
Espiar es de mala educación -Dijo ella llamando mi atención-
Dirigí mi mirada hacia los árboles y de allí salieron Andrew y Fréderic con Giselle en brazos.
Giselle tenía los ojos hinchados y la nariz roja, seguramente había llorado.
Pero ¿en qué momento? ni siquiera la escuché…
Felicidades, aunque se tardaron demasiado -Dijo Andrew mirándonos-
¿Gracias? Supongo -Dije extrañada por su comportamiento-
Ahora paga -Dijo Fréderic sonriendo mientras me entregaba a Giselle, quien se aferró a mí-
¿Apostaron? -Preguntó Charlotte incrédula-
Así es, lo de ustedes dos era esperado -Fréderic le sonrió descaradamente-
Ush bien -Andrew volteó los ojos y lo besó-
¡Oye! -Fréderic se alejó sorprendido y con la cara roja- e-era dinero
Se me calló lo poco que tenía al salir del refugio y esos idiotas se lo llevaron -Andrew se alzó de hombros-
También era esperado -Dije riendo levemente-
Ni disimulaban -Susurró Charlotte burlándose-
Ustedes tampoco y menos la chaparra -Respondió Andrew fingiendo indiferencia-
A ella no la metas imbécil -Dijo Charlotte molesta-
Ya paren de pelear y mejor volvamos con los demás, esta conversación dejó de tener sentido hace mucho -Dije empezando a caminar mientras jugueteaba con Giselle-
Volvimos con los demás y nos recostamos entre los troncos de los árboles.
Tranquila pequeña, aquí estoy -Dije al notar que Giselle estaba algo inquieta-
¿Problemas para conciliar el sueño? -Preguntó Charlotte acercándose un poco más-
Así parece, seguro es por el lugar -Dije mientras le daba palmaditas a Giselle en la espalda-
Ya es hora de dormir -Dijo Charlotte mirando a la pequeña y agarrando mi cintura para acercarme aún más a ella-
El clima estaba bastante frío, por lo que teníamos que estar unidos para crear un poco de calor.
Giselle no se despegaba de mi pecho, por lo que aproveché para cerrar el abrigo que yo tenía puesto y mantenerla abrigada.
Agradezco que este abrigo me quedara lo suficientemente grande como para que entrara Giselle cómodamente.
Tú también tienes frío -Dijo Charlotte abrazándome-
Ayudémonos mutuamente -Sonreí levemente mientras nos abrazábamos-
Parece que a Giselle le gusta que nos abracemos -Dijo viendo como la pequeña se iba calmando poco a poco- es una chica lista
Por supuesto que le gusta -reí levemente- así le damos más calor a ella
Pues yo digo que le gusta vernos juntas y punto -Dijo tercamente mientras se recostaba en el tronco sin dejar de abrazarnos-
Como digas -Dije reprimiendo una risa-
Es increíble que a pesar de estar luchando por sobrevivir, existan momentos tan cálidos y valiosos como este.
Perdí la noción del tiempo en cuanto cerré los ojos, estaba agotada del largo viaje, pero había una calidez que llenaba mi pecho, que me reconfortaba innumerablemente.
Aquella calidez tiene nombre y apellido: Charlotte Lennox.
El día siguiente continuamos con nuestro recorrido, había uno que otro infectado suelto, pero nada difícil de superar.
Parece que alguien está bastante cómoda -Dijo Fréderic caminando al lado mío y mirando a Giselle, quien seguía metida en el abrigo-
El frío le ha de impedir salir -Dije mientras la cargaba-
¿No te duelen los brazos? -Preguntó Charlotte a mi lado- la chamaca es pesada
Estoy bien -Dije mientras caminaba-
Alto -Charlotte se puso al frente mío deteniéndome-
Abrió el cierre del abrigo y cargó a Giselle para entregársela a Fréderic.
Sostenla un rato- dijo mientras me quitaba la mochila y buscaba algo- quítate la chaqueta -agarró una tela que estaba guardada en la mochila-
Tal como lo dijo, me la quité y mi cuerpo tembló al sentir el repentino frío que me invadió.
Charlotte le dio un par de vueltas a la tela en mi torso y luego me devolvió a Giselle, envolvió la tela de cierta manera que la sostuvo firmemente en mi cuerpo.
Así se te hará más fácil cargarla -Colocó la mochila en su espalda- yo llevaré esto, tu solo encárgate de la pequeña -Me volvió a abrigar y cerró la chaqueta, haciendo que Giselle estuviera calentita de nuevo.
Gracias -Dije mientras empezaba a caminar-
Nada en esta vida es gratis -Dijo antes de agarrar mi barbilla y plantar un corto beso en mis labios- cobrado -sonrió con suficiencia-
Sabes cómo dejar a las personas sin habla -Le dije riendo levemente mientras continuaba con la caminata-
Lo tomaré como un cumplido -Me guiñó el ojo mientras caminaba a mi lado-
Tortolitas -Dijo Fréderic sonriendo levemente-
No más que tú y Andrew -Dije bromeando-
N-Nosotros no tenemos nada -Dijo nervioso y con el rostro enrojecido-
Aun -Dijimos Charlotte y yo al unísono-
¿De qué hablan tanto? -Preguntó Andrew apareciendo detrás de nosotros-
De nada -Dijo Fréderic rápidamente-
Okey -Dijo dudoso- tengan -Nos dio una rodaja de pan con atún encima-
Gracias -Dije empezando a comer-
Y esto es para la monstruito de ahí -Me dio otra rodaja de pan, sin embargo no tenía atún-
Gracias -Repetí mientras le empezaba a dar de comer a Giselle-
Caminamos por lo menos otras 4 horas más, mis pies estaban matándome.
Solo un poco más, vamos tenemos que llegar a la frontera.
Quedarse aquí es muy peligroso.
Los soldados detuvieron su paso al encontrar un pueblo abandonado, revisaron con cautela el lugar, pendiente de cada ruido de la zona.
Este pueblo está cerca de la ciudad, así que manténganse alerta ante cualquier ruido sospechoso -Dijo el general captando la atención de todos-
Pasamos por el pueblo con cautela, sin embargo parecía que a todos los infectados se los hubiera tragado la tierra, sin dejar un solo alma en aquel lugar.