Sobreviviendo a Alen Bradford

Temporada de caza.

 

 

El corazón me latía con fuerza, mientras caminábamos por los pasillos, las personas nos miraban con detenimiento, me sentía como un cordero a plena vista de los depredadores, nunca vi a tantos hombres en mi vida, de todos tamaños, colores y nacionalidades, este internado era internacional, venían de distintos países para educarse y prepararse para la vida, tanta diversidad me parecía un sueño, estaba impresionada, era inevitable no sentirme intimidada con todos esos ojos mirándome, pero como se lo había prometido a Oliver, yo caminaba con el mentón arriba, lo más derecha posible, sabía que todos me estaban examinado, cualquier error podría significar mi condena.

A lo lejos pude divisar que el salón a donde nos dirigíamos ya estaba lleno, el profesor ya se encontraba ahí, como aún faltaban unos minutos para las clases algunos estudiantes estaban de pie hablando libremente, me impresionaba que no hubiera alguien amenazándolos con golpearles las manos con una regla, no pude evitar preguntarme si acaso este era el paraíso.

—Espéreme aquí, yo entraré primero y una vez que la anuncien podrá pasar a su asiento ¿Entendido?

—Si, gracias. —le respondí tratando de controlar mi temblor.

—Buenas tardes profesor Leith, ¿Tiene un minuto? —le preguntó la señorita Brilleth mientras los alumnos seguían en lo suyo.

—Si, dígame, aún faltan cinco minutos para que inicie la clase ¿en qué puedo ayudarla?

—Tenemos una nueva estudiante, está esperando afuera.

—¿Una nueva estudiante? ¿En estas fechas? —preguntó el profesor confundido y añadió. —creí que no aceptaban alumnos hasta el año que viene.

—Es un caso especial, la chica es brillante, además hizo los exámenes para admitirla en solo veinte minutos, estoy segura de que no le causara problemas, es educada y viene de una de las familias más ricas del país, su estancia asegura el bienestar para la escuela, pagó su colegiatura por adelantado y dio un poco extra para las instalaciones.

—Ay, ya veo, si me hace el favor de presentarla se lo agradecería mucho.

—Por su puesto.

—Atención muchachos tomen sus asientos, la señorita Brilleth nos tiene un nuncio especial, inusual diría yo, pero bueno, adelante. —exclamó el profesor mientras acomodaba sus papeles.

—Gracias, como saben nuestra institución no acepta alumnos en estas fechas del año, solo en los meses de diciembre para ser aceptados en enero, si es que pasan con un puntaje de cien, el internado de Mirland hizo una excepción y para la sorpresa de todos tendrán una nueva compañera. —dijo la señorita Brilleth con una sonrisa.

—¿Qué?

—¿Eso es posible?

—¿Esto no es contra las reglas?

—Ojalá sea linda. —se decían algunos intrigados por la chica que anunciaban.

—No creo, debe ser un cerebrito, una chica enorme de anteojos gruesos jaja.

—Guarden silencio, adelante señorita Tesland, puede pasar.

—¿Dijo Tesland? Creí que su linaje había desparecido.

—Escuche que ella los asesinó.

—Claro que no, solo sus padres murieron, la hija estaba en un manicomio.

—¿Nadie la ha visto jamás?

—No, toda su vida estudió en un colegio de monjas, eso es lo que escuché.

—Cállense, está por pasar.

La mirada de todos estaba puesta en la puerta, intrigados por el aspecto de la mujer que la cruzaría, una vez que Armin entró, hubo un silencio abismal, ella mantenía su semblante relajado, casi etéreo.

—Ella es Armin Tesland, a partir de ahora será parte de este grupo, trátenla bien y ayúdenla a integrarse, es la primera vez que estudiara en una escuela mixta, hasta ahora solo se educó en un colegio de señoritas religioso, ayúdenla en todo lo que necesite.

—¿Quiere decir algo señorita Tesland?

En ese momento el corazón me brincó, me sentí avergonzada por las miradas penetrantes de mis compañeros, pero no permitiría que la voz se me quebrara en plena presentación.

—Espero que todos nos llevemos bien. —dije con serenidad mientras acomodaba mi cabello detrás de mi oreja.

Quizás las monjas tenían razón y realmente me veo como una vanidosa, una mujer orgullosa y apática, si no ¿por qué no me quitan los ojos de encima? Deben odiarme ya.

—Bien, entonces, los dejo, que tengan un buen día jóvenes, buena suerte señorita Tesland.

—Pase a sentarse, en medio hay un lugar para usted. —Me dijo el profesor tratando de guardar la compostura.

Suspire profundamente, tratar de mantener la calma era dificil, podía sentí mi corazón a mil por hora.

—Qué bonita es...

—¿Cómo pudieron mantener recluida a esa belleza?

—¿Es enserio? No sabía que existía tanta perfección, ahora tendremos a tres estrellas en el grupo.

La impresión de las personas cambia de manera radical, no es dificil agradarles cuando sus ojos disfrutan lo que ven, eso pensó el profesor Leith y asumió que estaría bien.

—Bienvenida señorita Tesland, justo ahora estamos viendo aritmética, si tiene alguna duda puede levantar la mano y la resolveremos como grupo.

—Gracias.

Armin parecía una muñeca de porcelana, su cabello liso y largo le caía por la espalda, era brillante y sedoso, su piel blanca y tersa resaltaba con su uniforme oscuro, aquel moño le daba un toque vampírico, era simplemente preciosa, sin quererlo seguía siendo el centro de atención de la clase.

—Pongan atención, el pizarrón esta por aquí.

No me había dado cuenta de donde me encontraba sentada, hasta que la piel se me erizo hasta la nuca, alguien me estaba observando, alguien con una energía masculina intensa y profunda, inevitablemente cruce miradas con él, esa acción mía resultaría ser mi perdición y no lo sabía.

Chicas, pues aquí están los primeros capítulos, ya saben que estoy obsesionada con los villanos y el drama jeje, voy a disfrutar mucho escribiendo esto (carcajada malevola)  gracias por leer.




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