Sobreviviendo a Alen Bradford

Amuletos 2

 

Nil ¿Cómo podría describir a Nil Brenon? Cada que lo veía sentía que retrocedía en el tiempo, era como un príncipe de algún cuento olvidado, su forma de comportarse era tan inusual, recto, callado, sereno, inteligente y misterioso, realmente sentía que viajaba en el tiempo cada vez que charlaba con él, no tenía nada que envidiarle a Alen, tenía su propio encanto, su propia belleza, quien lo diría, ellos eran como hermanos, pero eran el vivo ejemplo de que la sangre no te hace familia y la de ellos se encargaba cada día de separarlos y sembrar discordias en sus corazones.

Eran tan codiciados, como si ganarse su favor fuera un logro, las chicas soñaban con ser sus mujeres, probar sus labios y sus placeres, eran tan perfectos que parecían divinos, místicos, mágicos, tan inalcanzables, los habían perfeccionado tanto que seguramente toda esa atención era una carga insoportable, este tipo de personas no tienen permitido equivocarse, es tanto el sueño que llegas a preguntarte si son reales.

Y claro que lo son, tan reales que solo quieren sentirse normales, las chicas dicen que ellos les roban el aliento, pero yo creo que la sociedad les roba el alma a ellos, les quita el derecho de ser humanos, muchas veces nos enamoramos de las personas que creamos en nuestra cabeza, así de narcisistas somos.

El juego había comenzado, nunca fui muy buena entendiendo las reglas del voleibol, pero ese día me enamoré de ese deporte, era tan elegante, estético y requería de la fuerza, agilidad y concentración precisas, para ser un excelente jugador tenías que ser como Nil y Levy, ellos hicieron que ese deporte luciera tan bien.

—¡Por Dios! ¡que hermosos se ven!

—¡Los alumnos de Mirland son guapísimos!

—No tendría problemas en cambiarme de internado jajaja, imagínate estar en el mismo grupo que ellos.

—Que malas somos, deberíamos estar apoyando a nuestra escuela jajaja.

—El día que sean igual de guapos que ellos, lo haremos jaja.

Todas las chicas estaban encantadas con las estrellas de Mirland, no solo eran atractivos a la vista, sino que eran realmente competitivos.

—¡Vamos Nil! ¡Demuéstrales quien es el mejor! —gritaba Nayon enérgica, realmente estaba enamorada de él, lo veía con tanto amor que se le escapaba el alma en la mirada, Nil era muy varonil, cada que tomaba agua su garganta masculina resaltaba, con esa manzana de adán que se asomaba con cada trago de energizante.

 

—¿Ahora entiendes lo dificil que es tener amigos como ellos? —me preguntó Cecilia con una expresión de sufrimiento.

—¿Lo dices por todas las admiradoras que tienen?

—No solo por eso, es en momentos como estos donde su testosterona está a otro nivel y se me olvida que son amigos...me hacen sudar.

—Si...

El partido por fin termino, los chicos terminaron bañados en sudor, pero pegaron de brincos al recibir la noticia oficial de que habían ganado, Levy se le subió encima a Nil y este lo cargó lleno de alegría, su sonrisa era tan bonita que desee que nunca dejara de sonreír, a la distancia levantó su mano sacudiendo la muñeca, al parecer el amuleto exprés había funcionado, desde ese día, Nil no se quitó mi liga para el cabello.

—¡Ganamos! —expresaron los chicos con una enorme sonrisa.

—¡Felicidades! Estamos a un juego de ir a la playa. —externó Cecilia abrazándolos efusivamente, yo también quería abrazarlos, pero la timidez me lo impidió, solo sonreía sintiéndome muy orgullosa de ellos.

Levy me cargó de la cintura y me dio tres vueltas.

—¡Gracias por las ligas! Jajaja

—¡Cárgame a mí también! yo fui quien te la dio jaja. —le reclamó Cecilia subiéndosele a la espalda y Levy la cargó en su espalda llevándola de aquí para allá, dejándonos solos a Nil y a mí

—Hicieron un gran trabajo. —le dije a Nil con timidez.

—Gracias.

Había momentos donde sentía como nuestras miradas se apoderaban de todo, desapareciendo cualquier cosa o persona que estuviera a nuestro alrededor, no sabría explicar si lo primero que sentía era incomodidad a quedarme sola con él, o si tenía miedo de algo más, ninguno de los dos era capaz de hablar y sentimos como de golpe el ambiente rosado se fracturó, Nayon saltó a los brazos de Nil como si fuera su chica.

Rápidamente me hice a un lado, no quería presenciar esa sensación incomoda de estar fuera de lugar, así que suspiré cansada y coloqué mi cabello detrás de mi oreja y estaba a punto de irme cuando de pronto...

—Ya te dije que no me abraces así, no eres mi novia. —Nil la apartó de su lado y Nayon intento acercarse nuevamente, pero Nil retrocedía, me daba un poco de pena ver la forma tan directa en la que la rechazaba, Nayon era una chica muy atractiva, tenía el busto grande y el cabello tan sedoso que estoy segura de que muchos chicos querían estar en el lugar de Nil.

—Vamos no seas tan rígido, solo quiero felicitarte ¿Qué tienes ahí? Quítate esa cosa, te pondré algo más bonito. —Nayeon intentó quitarle la liga que yo le había dado a Nil para ponerle su listón azul como pulsera, fue ahí donde comprendí lo que en esta escuela significaba este acto, que un chico tuviera el listón de una chica en la  mano quería decir que estaban saliendo, o que le gustaba mucho, no supe como sentirme al respecto, fue algo tan agridulce y doloroso a la vez, Alen me había quitado el listón de la cabeza sabiendo lo que esto significaba y yo me sentí tan especial, tan afortunada... pero hizo lo mismo con Irene, el chico que me gustaba era un mujeriego.

En cambio, Nil, lo que hizo él, me dejó sin palabras, le detuvo la mano a Nayeon y la miró fijamente.

—Me gusta donde esta, no la toques. —le advirtió Nil con un semblante duro.

—¿Qué? Pero...

Nil me tomó de la mano y nos fuimos de ahí, yo no sabía cómo reaccionar, tenía la cara tan caliente que si me veía se daría cuenta que estaba llena de vergüenza, ojalá Alen fuera así...podía sentir la mirada ardiente y amenazante de Nayeon clavándoseme encima, si sus ojos fueran dagas ya me habría asesinado.




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