Me pregunto si me enamoré de alguien imaginario, alguien a quien yo creé en mi cabeza, idealicé la perfección de un amor inexistente ¿Qué diría un psiquiatra al respecto? ¿Aun me seguiría dejando libre o me recluiría entre paredes acolchonadas? El desamor es más mortal de lo que imaginaba, siempre tuve el mal hábito de ver cosas donde no las hay.
Aquello que me había prometido me tenía emocionada, me preguntaba de que se trataría ese regalo, mi mente fantaseaba con todo tipo de cosas y una de esas era la escena de un beso, no importa lo corto y efímero que fuera, yo lo recordaría toda la vida, aun si solo me tomaba de su mano, yo flotaría sintiéndome la más realizada del mundo, no sé si soy fácil de convencer o si él hace que las cosas más insignificantes parezcan tan asombrosas.
Así es Alen Bradford, peligrosamente encantador, todo este tiempo estuve en la luna, pensando en las delicias que me esperaban, pero el corazón se me encogió en el momento en el que supe que en aquella competencia habría sangre, solo quería que Alen estuviera bien, comencé a dudar en mi capacidad para mantener la calma en un evento como este, no me gustaba la idea de ver a Alen golpeándose con alguien, la idea de que lo lastimarán me rompía el corazón.
—Alen...tienes que ganar la competencia, mi recompensa será que salgas ileso de esto. —pensé mientras me dirigía al gran salón.
Cada paso que daba me angustiaba más, Cecilia ya estaba reunida con las demás porristas, solo me estaban esperando a mí, no sabía que me había demorado tanto.
—¿Dónde estabas? Iba a empezar a buscarte. —me dijo Cecilia con preocupación, se veía en su cara que lo que vería no sería de su agrado, también Irene tenía la misma expresión de preocupación, aun no presentaban a Alen, Arner, ni a sus oponentes Alphonse y Cristof, el gran salón estaba repleto de estudiantes entusiastas, todos habían esperado este momento, esta competencia no era como las anteriores, en esta habría sangre, golpes llenos de ira, ambas escuelas se sentían orgullosas de sus representantes principales, incluso había paramédicos y dos médicos por si ocurría un accidente.
—Esto se ve muy profesional, hasta trajeron un par de médicos. —exclamé con nerviosismo.
—Lo es, los cuatro son deportistas potenciales, pareciera que estas presenciando una pelea profesional, el año ante pasado, Alen no pudo participar porque estaba en el extranjero con su padre, pero Arnen participó junto a Nick, un excompañero y antiguo miembro de Mirland, Arnen compitió contra un chico y ganó, fue una pelea muy dura, terminaron bañados en sangre, fue horrible verlos en ese estado, Nick en cambio... el recibió un mal golpe y cayó al suelo perdiendo la conciencia, todos creímos que estaba muerto, fue un gran susto, sus padres decidieron sacarlo del colegio por que la mitad de su cuerpo se paralizó, hasta el día de hoy sigue recibiendo terapias para recuperar la movilidad, el acta que firman es una responsiva, si hay algún accidente o mueren... la escuela se deslinda, pues al final quienes compiten en esto siempre son reclutados para ser deportistas profesionales, Alen ya ha sido nombrado un prodigio en el deporte, Arnen también es de los preferidos de los buscadores de talentos , pero ninguno puede aceptar un contrato hasta que se gradúen de Mirland, es la regla.
—Dios...no pensé que fuera tan serio. —mi corazón se estaba fracturando y comencé a tener miedo, miedo de que Alen fuera lastimado.
—Mira tú cara... parece que te conté una historia de terror. —me dijo Cecilia con una sonrisa forzada y añadió. —pero te entiendo, creo que todas estamos así.
Cecilia y yo miramos a Irene de re ojo, la pobre se veía angustiada, parecía muy preocupada por Alen y eso me inquietaba aún más, el público sin embargo se veía emocionado, silbaban con fuerza exigiendo la presencia de los competidores que saciarían su morbo y fue entonces cuando el profesor de deportes tomó el micrófono y anunció el primer enfrentamiento.
—¡Por fin se ha llegado el momento de presenciar el final de nuestras competencias anuales! Un enfrentamiento intenso y apasionado, donde cada golpe es un paso más al premio deseado, recuerden que la escuela ganadora se llevará un viaje todo pagado a la playa de su preferencia y esto incluye también el país a donde quieran viajar, además, los concursantes de todas las categorías tienen la oportunidad de ser reclutados por entrenadores profesionales que pueden impulsarlos al éxito al graduarse de sus internados, así que griten a todo pulmón y apoyen a sus favoritos, los primeros participantes serán Arnen Miller y Cristof Flang quienes se enfrentaran por el honor de sus institutos.
—¡Vamos Arnen! ¡Pon a Mirland en alto! ¡Si ganas yo seré tu premio! —gritó Erika eufórica.
Al unisonó todas comenzaron animar a sus favoritos, los gritos de los chicos no tardaron en aparecer, Arnen era un buen contrincante, pero Cristof no se quedaba atrás, él tenía las mismas ganas de ganar la competencia que nosotros.
—¡Vamos Arnen! ¡eres el mejor! ¡tú puedes! —Los chicos estaban apoyando a Arnen desde sus asientos, gritaban con todas sus fuerzas para animarlos, me enterneció ver la sonrisa que se le había escapado a él, sin duda saber que contaba con el apoyo de sus amigos le daba fuerza.
—No vayas a dejar que se te suban los humos a la cabeza, no importa cuánto griten, aun así, te hare sangrar. —le dijo Cristof con soberbia mirándolo con desprecio.
—Creo que el que tiene la cabeza llena de aire eres tú, en lugar de hablar golpea. —exclamó Arnen con seriedad.
—Voy a tratar de no ser tan brusco, no queremos que tengas la misma suerte que Nick, jaja, el año pasado ganaste porque yo no estaba compitiendo, hoy no tendrás la misma suerte.
Cristof hizo enojar a Arnen y este lo empujó lleno de ira, todos tenían la sangre caliente, el comentario de Cristof había estado fuera de lugar y el réferi le puso un alto.