Levy tenía una familia de la que deseas pertenecer después de pasar un rato con ella, seguro que sus padres eran así de increíbles, me daba más confianza saber que su padre estaría involucrado en este caso, el caso de la investigación de la muerte de mis padres y el placer culposo de desenmascarar a Oliver y a María, mi supuesta familia, me pregunto cuanto dinero me abran sacado, no encuentro otra explicación para que hayan permanecido a mi lado sabiendo que no me soportan.
Después de la cena, jugamos un rato con Anya y Camil, después de un rato ambas se quedaron dormidas y Levy y yo las subimos acostar.
—¿Puedes esperarme en la sala? Solemos hacer una oración antes de ir a la cama con ellas, pero ya que están dormidas no quiero perder la costumbre, jeje, no tardo.—me dio Levy sonriente.
—Claro, esperaré abajo.—le dije mientras cerraba delicadamente la puerta con delicadeza.
Después de mandarle mensaje a Fidel para saber si estábamos en la misma sintonía, le escribí a Oliver para avisarle que quería que preparara todo el papeleo para que Marco hiciera el examen a Mirland y sabiendo que se opondría a usar mi dinero como yo quisiera, me agarraría de ahí para hacer mi siguiente jugada, pedirle al padre de Levy que me ayudara a poder administrar mi dinero demostrando que ya era lo suficiente madura y responsable como para disponer de mi fortuna, al no encontrar un familiar directo, esa sería una posibilidad extraordinaria y una vez que descubriera los oscuros secretos de mis sirvientes, les haría pasar por el más amargo de los tragos.
Nunca había odiado tanto a alguien, pensé que mi resentimiento hacia ellos sería insuperable, pero me equivoqué, aprendi que Alen Bradford me llevaría al limite de mi tolerancia y al más oscuro de los sentimientos cuando del resentimiento se trataba.
Con todos estos pensamientos me sentí acalorada y claustrofóbica, no importaba que tan grande fuera la mansión de Levy, así que me fui al balcón que estaba cerca del comedor, el aire era fresco, la brisa deliciosa, andaba mi cabello apaciguando mi alma y comencé a llenarme de nostalgia, pensando en las tres personas que más deseaba ver después de Levy, Cecilia, Nil y Alen….
Levy miró por el ventanal a Armin quien estaba recargada en el barandal, estaba muy agradable el clima, pero ella se veía perdida y de repente, los brazos de Levy le rodearon la cintura.
—¿Estás bien? —me preguntó Levy muy cerca de mí, al ver mi cuerpo tensarse, se alejó poco a poco.
—Levy, me asustaste, no pensé que llegarías tan rápido.—le dije con nerviosismo.
—Pasaron veinte minutos, no es tan poco tiempo.—me dijo con una sonrisa cálida.
—Vaya, si que se me fue el tiempo jeje.
—¿Tienes miedo de estar sola conmigo?—me preguntó mirándome fijamente, haciendo que mi corazón latiera con fuerza.
—¿Que? No, es solo que…es difícil acostumbrarme a estar con chicos, me pongo nerviosa todavía, lo siento.—le dije con una sonrisa nerviosa.
—Nunca haría nada que te pusiera incomoda, jamás rebasaría nuestra línea, al menos que tu quisieras.
—¿Cual línea?—le pregunté confundida.
—La línea de amigos, claro jajaja.
—Ah, si, jajaja, entiendo.
—¿Hay alguien que si pueda rebasar esa línea? Alguien que desees que rodee tu cintura, rose tus manos, te bese ¿hay alguien así?—me preguntó Levy sin quitarme los ojos de encima, debía tener mucha confianza en si mismo para sostenerle la mirada a alguien.
—Si la hay…pero todos me dicen que huya de él, incluso sus propios amigos, es extraño, pero entre más prohibido parece, más me atrae.
—Déjame adivinar, ¿hablas de Alen Bradford ?—preguntó levantando una ceja.
—¿Como lo supiste?—le pregunté sorprendida.
—No es difícil adivinar jaja, aunque, pensé que en esa área, serías más inteligente, ninguna presa se acerca a su depredador solo para ser devorada, normalmente huyen de el.
—¿Que tan peligroso es Alen?—le pregunté con curiosidad.
—Tan peligroso como la droga, tan adictivo como esas sustancias y jodidamente difícil de dejar.—me respondió con una gran seriedad.
—Es que ese es el tema, para mí no es tan malo como dicen, conmigo es amable y…—Levy me interrumpió de golpe cortándome las palabras.
—No eres la primera chica que dice lo mismo de él y de todas a excepción de Irene que aun sigue con él, te puedo decir que a todas les ha roto el corazón, el hecho de que seas el objeto de su obsesión, no lo convierte en alguien bueno para ti, tengo a un chico mejor como candidato.
—¿Tu?
—Jajajaja, no, alguien más.
—El dijo que le gustaba…—externé con insistencia pero mi valentía se vio opacada con la llegada de Cecilia y Nil que llegaban de prisa reuniéndose con nosotros al balcón.
—Trajimos cervezas y golosi…—dijo Cecilia quedándose sin palabras al verme, Nil entró después de ella y su expresión también cambió, parecía haberse congelado, los dos amigos que parecían estarme evitando, ahora estaban enfrente de mi con una cara de sorpresa.
—Armin…
—¡Chicos que sorpresa! ¿Que hacen aquí?—les preguntó Levy con una sonrisa.
—Tu nos invitaste.—expresó Nil con seriedad.
—Me da gusto verlos, los extrañe…—les dije con el corazón comprimido.
—Yo los llamé, creo que lo que estas pasando deberían saberlo tus amigos más íntimos, no es un momento para permanecer reservada.—dijo Levy con seriedad.
—¿De que esta hablando Levy? ¿Estás bien?—me preguntó Cecilia dejando las golosinas de lado.
—¿Que esta pasando Armin?—me preguntó Nil acercándose a mí.
—Pues no se por donde empezar…
Levy no quería que pasara este tiempo sola, así que abrí mi corazón con las personas que más quería.