Sobreviviendo a Alen Bradford

Al descubierto

 

Estaba claro que eran despreciables…en ese momento no podía dejar de temblar, me sentía enojada, indignada, deshecha…¿cuanto tiempo se habían burlado de mí? Comiendo de mis costillas, engordando con la mejor comida mientras yo permanecía encerrada en ese convento como una criminal, profanaban la memoria de mis padres ensuciando sus nombres con sus asquerosos actos inmundos de depravación.

Ellos eran amantes, con esto podía correrlos de mi casa, pero sabía que tenía que llegar más lejos, si quería hundirlos y encontrar la verdad, debía seguir escarbando, sin importar las ampollas, la colera y las ganas de dejarlos en la calle, decidí bajarles el sueldo, ni siquiera sabía cuando ganaban, no conocía a todos mis trabajadores, tampoco a los colegas de mis padres que se hacían cargo de mis empresas en lo que yo cumplía los veintiún años.

No sabía cuánto dinero me estaban robando esos infelices ¿por que me sacaron de la escuela de monjas si les servia más encerrada? Esa era una pregunta que me causaba conflicto, así que le pedí ayuda a Levy, su padre tenía un amigo que podía investigar la razón de mi salida, pero no pensé que seri tan rápido.

Me llegó un correo que contenía el verdadero motivo por el cual Oliver y María me habían sacado de mi encierro, la razón era que buscarían otros tutores que se hicieran cargo de mí ya que consideraban un maltrato que ni siquiera pudiera salir de ese lugar cada tres meses, había muchas irregularidades, tampoco recibía la mensualidad estipulada por mi padre, si no una cuarta parte de ella, ahora entiendo por que me despreciaban tanto en ese lugar, siempre decían que moriría de vieja en el internado, ni siquiera salía una vez cada tres meses y hubo tiempos donde me quedaba encerrada todo el año…tan solo recordarlo me rompe en mil pedazos.

Creí que Oliver y maría me habían rescatado, que querían que fuera feliz, pero me encerraron en otro internado donde los días libres no eran tan recurrentes, pero si sucedían, deben estar felices de que no este estorbadores durante mi viaje a la playa.

Lo ultimo que leí, me dejó absorta.

—Debe tener cuidado señorita Armin, los trabajadores sociales que estaban viendo sus aso, están desaparecidos, no sabemos si siguen con vida, le recomiendo que se asesore y busque ayuda de inmediato, puede que todo este tiempo haya convivido con unos asesinos y estafadores.

En este punto ya me sentía mareada, era demasiado para mí, no podía procesar tanta información, estaba sudando, tenía frío, me faltaba la respiración y las paredes se estaban encogiendo, me estaba dando un ataque de ansiedad.

Lo ultimo que escuchamos fue el audio que obtuvimos gracias a los micrófonos que Fiel instaló, lo que escuché terminó de matarme.

—Armin, debemos parar, no te vez bien…estás muy pálida, enseñémosle todo al papá de Levy, el es abogado, de los mejores que existen en el país, mis padres piden su asesoría cuando van a emprender nuevos negocios, es diligente y responsable además es discreto.—exclamó Cecilia preocupada, pues se veía que Armin estaba en shock.

—No…necesito escucharlo todo, ya no hay nada que me pueda hacer más daño.—le dije decidida a terminar con esto.

—Armin…no es buena idea.

—¡Solo ponlo! —exclamé exaltada y Cecilia lo reproducían esperando lo peor.

—¿Seguro que no podemos envenenar a esa mocosa estúpida? Estoy cansada de fingir que me cae bien, deberíamos matarla y ya.—declaró María mientras se ponía la ropa.

—¿Otra vez con eso? La pobre te ve como una madre ¿no tienes escrúpulos? Jajaja

—Yo no tengo la culpa de que se encariñe al igual que un cachorro, solo le das algo de afecto y te mueve la cola jajaja, es tan estúpida.—decía María burlándose de ella.

—No podemos deshacernos de nuestra gallina de los huevos de oro, gracias a que esta viva podemos vivir como reyes, hagamos que nos herede todo, pero solo hasta que cumpla la mayoría de dad, una vez que lo haga la engañaremos de alguna forma para que firme los documentos, pensaba en envenenarla poco a poco hasta que quede en estado vegetal.

—Me encanta la idea, pero aun faltan como tres años para eso…estos cansada…fastidiada de que la maldita me vea con esos ojos de mosca muerta.

—Ya deja de quejarte he inhala esto rápido, debemos conseguir más polvo, se nos esta acabando.

—¿Vas a verte con esos tipos? ¿No es la mafia de la serpiente? Me dan mala espina esos tipos, son los más peligrosos del país.

—¿Ese gánster? Jajaja la víbora esa no es más que un matón aficionado, debe ser un tipo gordo y millonario que se esconde detrás de sus hombres, un inútil que solo sabe ladrar.

—Jajaja, si te escuchara te arrancaría la lengua, pero debe ser un estúpido como dices, aunque sería interesante acostarme con un gánster jeje.—manifestó María con una risa burlona, pero Oliver la agarró del cuello y la azotó a la pared dejando caer unos libros del librero.

Ella estaba asustada, lo miraba con mucho miedo y él apretaba cada vez más fuerte cortándole la respiración.

—Deja de ser tan sorra perra.

—Lo siento, perdóname, jamás te sería infiel, solo fue una broma.

—Por supuesto que no me serías infiel, te asesinaría antes de que siquiera lo intentaras, vístete rápido, hay muchas cosas por hacer, debemos dejar todo en orden.

—Eh…si…

Cecilia volteó hacia Armin de golpe, por que escuchó un fuerte golpe, se había desmayado, no sabía que hacer, ella misma esta sorprendida por el descaro de esos dos.

Cecilia no tubo tiempo de llamar a nadie, se le cerró el mundo, así que corrió a su caja de primeros auxilios y al ver que no tenía alcohol, rompió una botella de whisky de su padre y mojó una de sus blusas y se la acercó a la nariz a Armin y ella despertó.

—¡Armin! Gracias a Dios…¿estás bien? ¿Te duele algo?—me preguntó Cecilia con un nudo en al garganta.

—Me duele el alma Ceci….dime como quitarme este dolor….—le dije rompiéndome en llanto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.