Sobreviviendo a Alen Bradford

Divergente.

 

 

No supe cuanto tiempo pasó, pero lloré hasta que me quedé sin lagrimas,  estaba agotada, me dolían los ojos y la cabeza, pero me sentí mejor después de seguir el consejo de Cecilia de gritar con mi cara pegada a la almohada, golpee un peluche de cerdito gigante que tenía en uno de sus sillones y maldije todo lo que puede, Cecilia me ayudó y me enseño unas palabrotas que me hicieron sentir completamente descargada, era verdad, decir groserías era terapéutico, aunque no era mi estilo.

Tenía los ojos rojos y muy hinchados, así que me puse unas rodajes de pepino, y un trapo con hielo para que se me bajara la hinchazón.

—¿Estás bien? ¿Quieres decir más groserías? Creo que el señor cerdito aun aguanta unos insultos más.—me preguntó Cecilia mientras me sobaba la rodilla.

—No, estoy bien, ya me duele la garganta.—le dije sintiéndome fatal, solo faltaba que me mordiera un perro.

—Armin, no sé que decir para animarte, todo esto es una mierda, te esta lloviendo sobre mojado, pero yo estoy contigo, ya le mandamos el correo al papá de Levy junto con los videos y los audios, estoy segura de que te contactará pronto para asesorarte, esos desgraciados irán a la cárcel, eso si no los mata el gánster del que tanto hablaban.

—¿quien será ese hombre? Nunca había escuchado sobre él.

—Claro que no, solo la gente que esta en malos pasos lo conoce, escucha, tienes que hacer algo por ti, esos dos están dándose la gran vida mientras tu te lamentas literalmente en el suelo de mi habitación, eso no es justo, deberías pausar todo esto, me refiero a que se perfectamente que no puedes perder la memoria, pero tampoco puedes arreglar nada estando así, vamos, levántate, mañana nos vamos al caribe, duerme tranquila sabiendo que nosotros te acompañamos en el proceso, diviértete, es la primera vez que vas a la playa.

—¿Y como lo hago? Yo también quisiera dejar de pensar en Alen, Oliver y maría, quisiera que nada de esto me importara y vivir mi vida sin preocupaciones.

—Por más que le des vueltas a l asunto, jamás podrás arreglar nada desde aquí, aun si te quedas ¿que vas a decirles? ¿Como vas a detenerlos? Lo mejor es que piensen que sigues ignorando lo que hacen, para que cuando menos lo esperen, tu los sorprendas con la justicia, Levy pondrá a su padre al tanto d todo lo que pasa, estoy segura de que ya debió hablar con él de esto y con las evidencias que obtuviste, no habrá dudas de que deben investigarlos.

—Tienes razón, nada puedo hacer, excepto estresarme y llenarme de resentimiento y no quiero vivir con esto, odio la forma en al que esto me hace sentir.

—Entonces finjamos que no vimos nada, ya habrá tiempo de todo lo que implica resolverlo, vamos a descansar, te traeré un té de manzanilla y después dormiremos ¿esta bien?

—Ceci, espera…—le dije haciendo una pausa.

—¿Que pasa?

—Gracias por todo lo que haces por mi, sin ti y sin los chicos, me sería imposible sobre llegar todo esto.

—Para eso están los amigos, cierra los ojos, te traeré el té enseguida.—me dijo apagando la luz dejando solo la lampara encendida.

Una vez que Cecilia se fue, soltó todo el aire que tenía contenido y su expresión pasó a ser de preocupación, una vez en la cocina agarró su teléfono y le hizo una video llamada a Nil y a Levy contándoles lo sucedido, aunque Levy ya estaba enterado.

—¿Como esta ella? ¿Necesitan que vayamos?—le preguntó Nil preocupado.

—No, hace un rato me asomé a la recamara para llevarle el té pero ya estaba dormida.

—Pobre, debió ser muy duro para ella.—exclamó Levy con pesar.

—¿Crees que tu padre acepte este caso tan complicado? Armin necesita toda la ayuda posible.—le dijo Cecilia con el ceño fruncido.

—No creo que después de ver esto mi padre se niegue a ayudarle, pero estoy seguro que se necesitará más que un abogado para resolver esto.

—¿Que más necesita?

—Detectives, agentes encubierto, cualquier cosa que pueda sacar la basura debajo de la cama, estoy seguro de que debe haber cosas escondidas todavía.

—¿Creen que ellos mataron los padres de Armin? ¿Realmente no tiene a nadie?

—Eso tendrá que ser desmentido o confirmado por profesionales, por lo pronto debemos apoyar a Armin y hacerla sentir que no esta sola.—les dijo Nil con seriedad.

—Aunque ahora no podemos hacer mucho, hagamos que Armin pase unas vacaciones lejos de toda esta mierda.—dijo Levy con una expresión de empatía.

—Pienso igual, esto es aterrador, ni siquiera se que decirle.

—Vamos a descansar, si necesitan algo, llámanos, estaremos al pendiente.

—Gracias chicos, los veo mañana.

—Descansen.—los tres se despidieron y Cecilia se recargó en la barra de su cocina.—Tienes que portarte bien Alen, ya no la lastimes más…haz que pasé este trago amargo, prometo que no me dolerá…

Se dijo Cecilia así misma y después subió a su habitación, Armin estaba dormida y ella se tiró hacia ella y la abrazó.

—Yo voy a cuidarte…lo prometo.

El despertador sonó antes de que pudieran descansar, las vacaciones tan esperadas por fin habían llegado, todos estaban tan emocionados de disfrutar al máximo de las playas del caribe, sol, arena, alcohol y bikinis, la diversión les esperaba con las hermosas aguas cristalinas, todos ansiaban aquellos romances intensos y fugases que pudieran darse entre el calor del sol.

Cada uno tomó su camino, había un avión privado del internado de Mirland que estaba esperando a los dos grupos ganadores del gran premio, por primera vez, había dos escuelas premiadas, el internado de Midnigth conviviría íntimamente con Mirland aun apenas de ser escuelas rivales.

—Ahí están algunos de los chicos, ay se ven tan deliciosos como dulces de cereza jajaja.—exclamó Erika al ver a Ezra, Yeral, Arner y Jack, estaban esperando al resto de sus amigos.

—Por Dios… ¿Ya vieron a los chicos de Midnigth? Hay chicos guapos ahí también, no nos quitan los ojos de encima jaja.—expresó Nayeon coqueta.




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