I
Te amé en un tiempo sin medida,
cuando creía en lo eterno.
Ahora solo eres la herida
que sangra en mi invierno.
II
Te fuiste sin decir adiós,
sin cerrar la historia a medias.
Y aún te escucho en mi voz,
cuando el corazón me pides.
III
Tu ausencia pesa, no lo niego,
pero no borra lo que sentí.
Fuiste fuego, fuiste ruego,
fuiste todo lo que perdí.
IV
Aún te llevo, aunque te vayas,
como sombra que no se olvida.
El amor no siempre se calla,
aunque ya no seas mi vida.