Todos estaban en shock, pero no tan sorprendidos como yo ¿realmente esto estaba sucediendo? Sus manos me tenían sujetada de la cintura, tan fuerte y preciso, como si fueran conscientes de que podía desmayarme en cualquier momento, sus labios húmedos y suaves contra los míos, declarándole a todos esos testigos que era oficialmente suya, nunca me consideré una masoquista, pero no importaba lo mucho que dolieran sus dedos enterrados en mis costillas, amaba la sensación de tenerlo tan cerca de mí, en ese momento olvidé por completo que Alen Bradford era un demonio y que con ese bezo estaba firmando mi sentencia, vendiéndole mi alma a ese hombre ruin.
Todos nos estaban mirando y es que Alen no hacía este tipo de cosas ¿que tan amenazado debió sentirse por Alphonse y Nil que decidió atarse a mí convirtiéndome en su novia?
¿Si quiera lo hizo por amor? No, solo quería asegurarse de que ningún otro chico se me acercara, él me creía una propiedad, era su capricho y él el mío, porque a pesar de ser una oveja y sentir los colmillos de aquel lobo, el miedo se hizo minúsculo comparado con la alegría que recorría mi cuerpo, que estúpida he ingenua fui.
Alen había cerrado los ojos para besar a Armin, los fuegos artificiales le daban un ambiente más romántico a la escena, sus labios eran un manjar para él, su saliva lo convertía en un adicto cada vez que la probaba, quería más y más, ella era suya y le encantaba ser su dueño.
La contempló por unos escasos segundos y una vez que Armin abrió los ojos y sus pupilas se encontraron alineándose fijamente, él se deleitó en lo que vió reflejado en ellos, su imagen apoderándose de toda su atención, los ojos le brillaban a su presa, las pupilas se dilataban y la piel se le erizaba y sonrió convencido de que jamás la soltaría.
Nunca dudó de que ella aceptara su propuesta, sabía que Armin corría al chasquido de sus dedos, adoraba que fuera tan sumisa, eso la convertía en una presa perfecta, el dominante príncipe desvió la mirada hacía Alphonse y Nil y sonrió de lado satisfactoriamente como diciéndoles “Yo gané”
Alphonse miró con desanimo lo sucedido y el alcohol le supo más amargo que la hiel ¿con que así se sentía la fractura del corazón? Se preguntó así mismo mientras sonreía sarcásticamente para no reflejar que esta dolido.
—Me ganó…debí ser más rápido, no sé tu, pero yo no quiero ver como se comen a besos.—le dijo Alphonse al tieso de Nil quien no podía ni moverse.
Entonces el chico francés se fue de ahí y sus amigos le siguieron, al final del día sabían lo que él sentía por Armin, había planeado conquistarla y terminar las vacaciones convirtiéndose en su novio, pero Alen le había arrebatado ese sueño y no solo a él.
—Nil…—exclamó Levy con angustia al ver a su amigo contemplando aquel beso, desde su posición pudo escuchar como le dolía lo sucedido, no podía creer que Alen se la hubiese arrebatado, así que se dio media vuelta y se fue tragando todo su sentimiento.
—Espera amigo.—Levy se encontraba entre la espada y la pared, no era el único corazón que debía consolar, al desviar su mirada pudo ver a Cecilia quién no podía contener las lagrimas, su cuerpo temblaba y tampoco pudo soportar lo sucedido, sin más se retiró, no es que supiera que tenía alguna oportunidad con él, sabía que Alen jamás s fijaría en ella, pero verlos como novios, fue más doloroso de lo que imaginó, tanto que su corazón no pudo soportarlo y salió corriendo de ahí detrás de Nil.—Alen Bradford, tu capricho costó varios corazones rotos, haz que valga la pena…—se dijo Nil así mismo mientras apretaba los puños.
Por otro lado, las cosas para Irene no fueron nada fácil tampoco, como segundo narrador me atrevería a decir que ella fue quién más sufrió, estamos claros que en esta historia cruel, ella es la villana, pero Irene amaba profundamente a Alen Bradfor, probablemente más de lo que Armin lo hacía.
—¿Irene? ¿Estás bien?—le preguntó Nayeón al ver su sepulcral seriedad.
—No quiero estar aquí, las mataré si me siguen ¿entendido?
—Pero…
—Solo quiero irme a casa…
Irene era demasiado orgullosa como para llorar, eso sin duda sería humillante, así que caminó tan rápido que terminó corriendo y en el camino lloró tanto que parecía que su vida esta perdida, de un momento a otro, pidió un auto para que la llevara al aeropuerto y reservó un vuelo para volver a casa, Irene calló en una profunda depresión, pero nadie se enteraría jamás de su gran sufrimiento.
Así que en esa noche tan memorable, solo quedaron las chicas de Midnight y uno que otro chico de su mismo instituto, también estaban Ezra, Yeral, Arner, Jack y Levy quién se mantenía distante.
—No sé que decir, es…realmente increíble, inesperado jajaja, pero increíble, felicidades chicos, se veía venir, quién diría que nuestro Alen se haría de una novia jaja, me alegra que seas tu.—les dijo Yeral mientras los felicitaba.
—Felicidades chicos.—expresó Arner con sinceridad.
—Me alegra que Alen tenga a una novia linda como tu.—le dijo Jack dandole un abrazo a cada uno.
—¿No vas a felicitarlos? Ya se fueron Nil y Cecilia, no podemos hacer lo mismo.—le dijo Ezra acercándose a Levy.
—Sabes que él la destruirá ¿que clase de amigos somos para alegrarnos de esto?—le cuestionó Levy con seriedad.
—Alen es nuestro hermano, se imparcial.
—También ella lo es…
—Vamos.—Ezra se lo llevó con él y se acercaron a los nuevos novios.
Todo parecía mágico para Armin, no sabía si estaba dormida o despierta y se pellizcaba constantemente, pero salió de su burbuja rosada en el momento en el que no vio a Nil y a Cecilia en el lugar.
—¿Nil? ¿Cecilia? ¿Donde están?…— se preguntó así misma buscándolos por todas partes.—Oh no…Ceci…
Mi egoísmo me llevó a perderla de vista, no me imagino lo difícil que fue para ella ver ese beso profundo ¿está mal que sea tan feliz en un momento como este? Seguramente ella esta llorando por mi culpa…
#949 en Novela romántica
#358 en Chick lit
#31 en Joven Adulto
internado, chico malo, triangulo amoroso celos traicion drama
Editado: 19.11.2024